sábado, 1 de noviembre de 2014

Zuñiga, Lucas E. - Exploración de los Miembros Anterior y Posterior del Equino Deportivo

                                                 Exploración de los Miembros Anterior y Posterior del Equino Deportivo

Cátedra: Clínica de Animales de Interés Zootécnico
Profesor: Dr. Jorge Merlassino
Alumno: Lucas E. Zuñiga
Año: 2013


Introducción:
La exploración de los miembros anteriores y posteriores del equino reviste particular importancia dentro de la medicina veterinaria, encontrándose en ellos el 90% de las patologías más frecuentes de los caballos deportivos.
La agrupación de elementos óseos constitutivos del esqueleto formando las articulaciones y la movilización  de estas, a través de las distintas acciones de los músculos, que expresan la importancia de los movimientos para un sin número de funciones y disciplinas.
Aunque la forma del movimiento está determinada por la especial disposición de las palancas osteomusculares, su regencia queda a cargo del sistema nervioso, motivo por el cual si se halla alguna deficiencia del mismo, se manifiesta con alteración en cualquiera de sus miembros.
La mayoría de las veces, el diagnostico de las lesiones de los miembros  requiere del clínico un exhaustivo examen, el cual debe estar sustentado en el conocimiento anatómico y fisiológico y en el uso correcto y ordenado de las maniobras que constituyen la semiología de dichos aparatos.
Es importante que el veterinario conozca la disciplina deportiva en que participa el caballo, como también la alimentación y el plan de entrenamiento. Es necesario resaltar la importancia de la conformación del caballo y del herraje que se utilice.








Conceptos Generales de Claudicaciones:
Ante un paciente que claudica, el clínico deberá  explorar los miembros  en un orden cronológico, denominado Postulados de Bouley:
-¿El animal verdaderamente claudica? ¿Cuál o cuáles son los miembros afectados?
-¿En qué región del miembro asienta la causa de la claudicación?
-¿Cuál es el tipo y origen de la lesión?
El paso presenta 2 fases y varios momentos. La fase de elevación comienza cuando el casco deja el suelo y termina cuando vuelve apoyarse, mientras que la fase de apoyo dura todo el tiempo en que un determinado pie se encuentra apoyado.
Hay diferentes denominaciones que se les puede dar a claudicaciones:
-Según donde se haga más evidente en alguna de dichas fases del paso, de elevación o de apoyo, o ambas mixtas.
-Según el momento del ejercicio, cuando el animal inicia los movimientos  de ejercicio llamadas claudicaciones en caliente o durante el ejercicio llamadas claudicaciones en caliente.
Si bien las claudicaciones pueden tener innumerables causas, estas pueden ser resumidas en 3 grandes grupos:
1) Claudicaciones de origen doloroso: son la mayoría y responden a todas aquellas alteraciones capaces de  desarrollar el signo de dolor.
2) Claudicaciones de origen mecánico: son todas aquellas en las que, ausente el dolor, se produce la alteración a expensas de la imposibilidad mecánica impuesta al libre juego articular como ocurre, por ejemplo en las rigideces articulares, anquilosis, retracciones tendoligamentosas, osteoartritis, secciones musculares, tendinosas, etc.
3) Claudicaciones de origen neurogénico: son aquellas producidas por alteraciones del sistema nervioso y que provocan ataxias, paresias y parálisis, pudiendo, estas últimas ser de tipo flácido o espástico. Las cojeras producidas por lesiones de los nervios periféricos suelen dar claudicaciones intensas.






Examen del Enfermo Claudicante:

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ANAMNESIS:
Es importante recoger datos sobre la longevidad del proceso, sus características (continuo, remitente, intermitente); preguntar si el proceso ha mejorado o empeorado, investigar sobre la probable relación con traumatismos, el momento del ultimo herraje (si fue herrado) y la posible coincidencia con la aparición del proceso. También si la claudicación es mayor al iniciar los movimientos o si se exacerba con el ejercicio y respecto a que deporte realiza y su entrenamiento.

INSPECCION:
La inspección del presunto enfermo claudicante se realiza en 3 fases.
-La primera de ellas con el paciente en estación, lo más tranquilo posible y en forma práctica mientras se realiza la anamnesis. En este caso la inspección es global, tratando de verificar la existencia de actitudes viciosas y alteraciones bien evidentes.
-La segunda fase de la inspección se realiza en forma funcional, es decir, haciendo deambular el paciente con el objeto de corroborar la primera incógnita de Bouley: determinar si el paciente realmente claudica y cuál es el miembro enfermo, y la tercera consiste en la evaluación de las actitudes posturales.
Para la evaluación funcional se procede de la siguiente forma: se lleva al animal a una pista o calle que permita la deambulación en línea recta y de ser factible que presente piso parejo.
Un ayudante llevara al paciente en línea recta al paso unos 20-30 mts. ida y vuelta permitiendo que realice movimientos libres con la cabeza; el profesional prestara atención a sus miembros y cabeza.
El procedimiento se repite una vez más, pero en este caso al ¨trote¨.
Las claudicaciones se ven poco al paso, bien al trote y nada al galope.
Los equinos (todos los cuadrúpedos) presentan el centro de gravedad localizado aproximadamente a nivel del tercio posterior del esternón y utilizan la cabeza y el cuello como balancín para mantenerlo en posición más o menos estable y no caer.
En todos los casos, cuando existe una lesión en uno de los miembros, el animal instintivamente trata de evitar que el peso de su cuerpo se cargue sobre dicho miembro en el momento en que este apoya, es decir que trata de quitar el apoyo del mismo, ayudándose con la cabeza, de tal forma que cuando apoya un miembro anterior enfermo, eleva bruscamente la cabeza, con lo cual logra derivar parte del peso y cuando se trata de un miembro posterior, durante el apoyo del enfermo, la grupa se eleva y la cabeza baja. Esto es evidente cuando se trata de un miembro, cuando se presentan alteraciones simultaneas en dos o más miembros, no se percibe en forma tan obvia.
Cuando las lesiones se presentas en más de dos miembros a la vez, la situación se torna más confusa, siendo a veces necesaria la realización de ciertas maniobras complementarias (anestesias diagnósticas, etc.)
El examen funcional continúa con la inspección desde lateral, donde pueden observarse una serie de datos que normalmente escapan a la inspección de frente.
Cuando el paciente pasa al trote frente al clínico se deberá observar:
1-Los movimientos de la cabeza en relación a los miembros, lo mismo de la grupa si se trata de un miembro posterior
2-La longitud del paso en ambos miembros, acortándose el miembro enfermo y por lo tanto permanece menos en apoyo.
3-El sincronismo  o asincronismo entre las fases de apoyo y elevación. En las claudicaciones de apoyo este se acorta, mientras que en las de elevación se prolonga.
4-El grado de descenso que alcanza el nudo en relación al opuesto, ya que el peso que el animal alivia del miembro enfermo y que está en relación directa con la intensidad del trastorno.
5-La intensidad y el grado de flexión de todo el miembro durante la fase de elevación.
6-La desigualdad en la intensidad del golpe de los cascos o pezuñas contra el suelo. Si el animal deambula sobre piso duro se hace más notorio, siendo el casco del miembro enfermo un ruido menos intenso que el del miembro sano.
Luego de constatados estos datos se continuara ejercitando al animal, con el objeto de comprobar si el trastorno se mantiene con la misma intensidad, si se agrava o remite.
Todas las lesiones de tipo agudo (óseas, musculares y especialmente articulares) se exacerban con el ejercicio (claudicaciones en caliente) mientras que las alteraciones degenerativas de las articulaciones (artrosis) suelen producir trastornos intensos al comienzo del ejercicio que tienden a atenuarse y aun a desaparecer con la prosecución del trabajo (claudicaciones en frio). Las lesiones musculares y tendinosas crónica suelen intensificarse con el devenir del ejercicio.
Es buena práctica realizar el estudio deambulatorio primero con herradura (si el animal la posee) y luego sin esta.
Además de lo mencionado, el paciente deberá deambular en pisos de distintas durezas y en círculos, ya sea en forma concéntrica (con el miembro enfermo hacia adentro del círculo) o excéntrica (con el miembro problema hacia afuera).
En general, las claudicaciones se hacen más evidentes o se intensifican sobre pisos duros cuando las alteraciones asientan sobre huesos y articulaciones, aconteciendo lo mismo con la marcha concéntrica. Sobre piso blando y marcha excéntrica se denotan las claudicaciones de origen musculotendinoso.
Exploración de los Miembros:
La exploración específica de cada una de las regiones de los miembros permitirá esclarecer la segunda incógnita de Bouley, es decir identificar donde asienta la lesión (locus dolenti).
En esta etapa del examen clínico se explora por medio de la inspección, palpación y percusión de cada una de las partes de los miembros y en muchos casos puede ser necesario recurrir a pruebas semiológicas especiales y exploraciones complementarias.

Miembro Anterior:
1)   Inspección:
El Paciente deberá estar en estación, sobre piso liso y nivelado, aplomado correctamente al animal. Se observara los miembros anteriores de frente (ambos en forma comparativa) y luego individualmente de lateral, para finalizar con la observación desde atrás.
Es importante destacar la iluminación en  que se realice el examen, siendo las existencias de luces y sombras que podrían inducir errores de interpretación, de la misma forma se deberá tener en cuenta el manto piloso, especialmente en invierno, siendo conveniente empapar con agua los miembros para adosar los pelos sobre ellos (especialmente carpo).
Aunque no exista una regla fija, la práctica de los profesionales especialistas ha impuesto que tanto la exploración visual como las demás maniobras del examen físico se realicen desde distal hacia proximal del miembro, encontrándose un alto porcentaje de alteraciones que asientan en el pie.










Casco o Uña: Interesa determinar en el examen visual



-          Tamaño global del casco en relación con el volumen corporal, pues los pies chicos están más predispuestos a sufrir lesiones que los de tamaño proporcionado al cuerpo del animal.

-          Verificar la pigmentación, ya que los cascos faltos de pigmentos (Blancos) son más débiles, quebradizos y se desgastan con más facilidad que los pigmentados (Negros).
-          Determinar las modificaciones de la forma del casco. Ej. En infosura crónica el casco adopta la típica forma de ‘’Zapato chino’’.
-          La muralla puede mostrar lesiones tales como soluciones de continuidad (fracturas de uña), rugosidades o presencia de surcos y prominencias, conocidos como ‘’seños’’. Se debe determinar su forma, cantidad y dirección (puede ser consecuencia de osteítis de falange distal, infosura, etc.), si el animal esta herrado se deberá observar el borde externo de la herradura y salida de los clavos de herrar.
-          Nivelación del pie.
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Cuando se hace la inspección también se debe prestar atención a los aplomos de pie y del dedo. En condiciones normales ambas pinzas deben estar dirigidas hacia el frente, de tal manera que sus prolongaciones  sean paralelas entre sí.
Cuando esto no ocurre y el pie se desvía, aparecen los defectos de izquierdo   (chueco hacia afuera) donde la punta de las pinzas se dirigen hacia fuera y estevado (chueco hacia adentro) una alteración a la inversa de la anterior.
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Si bien ambos defectos sobrecargan desigualmente los ligamentos colaterales de las articulaciones distales, aumentan la predisposición a los esguinces.

En el examen desde lateral debe repararse principalmente atención en los bulbos de los talones y los talones, teniendo en cuenta:
-          La altura, el paralelismo entre la línea de la muralla en talones y la misma a nivel de las pinzas.
-          Las características del eje del dedo.
Elevando el miembro se inspecciona la suela, que generalmente contiene tierra, excrementos, aserrín de las camas, etc. por lo que es necesario realizar su limpieza.
Hecho esto se seguirá la inspección clínica, se observa la implantación de la herradura (si posee) (relación con talones, forma de desgaste, etc.) y las características de la ranilla o candado (tamaño, forma, dirección de la punta, color, etc.)
La articulación metacarpofalangianosesamoidea es muy importante en el mecanismo de disipación de las fuerzas que ejerce el peso del cuerpo del caballo (y del jinete) cuando el miembro contacta con el suelo y por ello está altamente predispuesta a lesiones traumáticas.
Por esta razón es importante tener un animal correctamente aplomado.
Corona y Cuartilla:
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Durante la inspección de la región  deberá prestarse atención en posibles existencias de lesiones que son frecuentes ej. Heridas desgarradas, presencia de tejido de granulación exuberante, desarrollo de vesículas y grietas sobre la cara volar de la cuartilla. Suelen aparecer también quemaduras producidas por el roce con arneses como consecuencia de mala sujeción.
Dentro de las alteraciones de los perfiles de la zona, son frecuentes las deformaciones generalmente duras y que caracterizan a las osteítis periarticulares  (formas coronarias y falangianas) y a las artrosis interfalangianas proximal y distal. También se observan deformaciones generalmente unilaterales en la zona de proyección de los cartílagos complementarios de la tercera falange.
El hueco ubicado en la cara volar de la corona y limitado a cada lado por el reborde superior de los cartílagos alares y el bulbo de los talones, se conoce como fosa de Chenot, la cual en muchas oportunidades disminuye su profundidad llegando a veces a borrar su perfil, hecho bastante característico de la bursitis podotroclear (ectasia de la bolsa podotroclear).
La deformación ubicada en la cara anterior de la corona en correspondencia a las pinzas del casco suele indicar alteración a nivel de la apófisis piramidal de la falange distal (osteítis, fractura, etc.). Si la deformación es difusa con calor, blanda, pastosa y muy dolorosa, puede corresponder a un flemón coronario.


Nudo: (Articulación metacarpofalangiano-sesamoidea)
Esta articulación es una de las zonas sometidas a mayores esfuerzos, su estructura anatómica hace que actué de palanca, descomponiendo las fuerzas aplicadas desde arriba (peso del cuerpo) y contrarrestando las que vienen desde abajo (resistencia del suelo).
En el segundo momento del apoyo cuando el miembro anterior esta vertical y el nudo en su punto de máximo descenso, el peso del cuerpo y del jinete es soportado íntegramente por esta articulación.
Puede existir deformaciones de toda la articulación (edema traumático, fibrosis, osteoartrosis) o algunas de sus partes (exostosis por hiperextensión ligamentosa, bursitis, ectasia de la sinovial articular, etc.). La observación de lateral, de atrás y en forma oblicua permite el examen de los huesos sesamoideos y de la inserción de la entrecuerda.
Sobre los sesamoideos deberá puntualizarse en su tamaño y forma. La inflamación de las ramas de la entrecuerda borra sus perfiles normales y altera la forma de la porción posterolateral de la región.

Caña:
Hacia distal, en proximidades del nudo suelen observarse deformaciones que en la mayoría de los casos son blandas y corresponden a la ectasia de la sinovial articular o la sinovitis articular o la sinovitis de la gran vaina sesamoideana.
            En la inspección de frente se reparara atención en los perfiles lateral y medial,                        donde con frecuencia se presenta exostosis por hiperextensión del ligamento interóseo que reúne al metacarpo principal con cada uno de los rudimentarios.

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Cuando la observación se hace de lateral se investiga principalmente el recorrido de los tendones flexores de las falanges (Cuerda), los cuales son asiento de muchas lesiones. Normalmente el perfil posterior de la región de la caña es paralelo al anterior, entrando levemente debajo del hueso accesorio del carpo para unirse en forma neta con el nudo.

La pérdida de este correlación con la formación de un arco convexo hacia volar, caracteriza la tendosinovitis del tendón superficial de las falanges. La localización de las deformaciones blandas en distal de la caña permite hacer el diagnóstico diferencial entre la ectasia de la gran vaina sesamoideana y la sinovitis articular del nudo.
La deformación sobre el perfil anterior del hueso, generalmente en la mitad inferior corresponde a la denominada Sobrecaña, lesión osteoperióstica característica de los equinos jóvenes, producida por microfacturas. Otros hallazgos pueden ser heridas (alambres, vidrios, etc.), contusiones, etc.
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Carpo:
La presencia de una deformación del tamaño y forma de una media naranja sobre la cara anterior de la articulación en cuestión es típica de la bursitis precárpica. (Muy común en equinos de salto, debido a traumatismo en repetidas ocasiones de la zona)
Esta lesión suele ser asiento frecuente de alteraciones evidentes a la inspección. Las más frecuentes son las deformaciones articulares generalizadas (osteoartrosis) o más comúnmente localizadas (osteoperiostitis de los huesos tercer carpiano e intermedio). También puede observarse la ectasia de la sinovial articular (2 o 4 fondos de saco en la cara dorsal del carpo y uno en lateral y por encima del hueso accesorio), las correspondientes a la tendosinovitis de los extensores del carpo (deformaciones alargadas en relación a los tendones de los músculos extensores carporadial, flexor largo de las falanges y cubital lateral) que comienza unos 5 cm por encima de la articulación y finalizan por debajo a idéntica distancia (son todas ellas blandas y más o menos fluctuantes).
   
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En la Inspección de las regiones mencionadas, se encuentran el asiento de la mayoría de las lesiones que causan la perdida de performance del equino de deporte.



Antebrazo, codo, brazo, hombro y espalda:
Lo más común a encontrar son traumatismos que provocan heridas o contusiones. Es importante verificar el volumen de las masas musculares, pudiendo encontrar marcadas atrofias de origen crónico locomotores.
La presencia de un codo descendido con atrofia del musculo tríceps hará sospechar la existencia de una parálisis del nervio radial, fractura de humero y si se le suma tumefacción localizada y tal vez crepitación en el codo, se podría sospechar de una fractura de olécranon.
La observación de una marcada atrofia de los músculos supra e infraespinoso, junto con el desplazamiento del hombro (encuentro) hacia fuera, en observación de frente, forma un ‘’hueco’’ de forma triangular entre el contorno del tórax y el encuentro, caracterizado de una disfunción del nervio supraescapular.

2)   Palpación y Percusión:
Finalizada la inspección se comienza el examen de palpación y percusión del miembro problema. Las maniobras que lo componen se hacen para cada una de las regiones en particular y la percusión especialmente en el examen del casco.
Si bien en algunas zonas anatómicas las maniobras se aplican con el miembro en apoyo, la mayoría requiere de la elevación del miembro, debiéndose realizar con extrema cautela y seguridad.



Palpación del Pie:
Se deberá ayudar la palpación con pinza de tentar (Palpación por presión), para poder recoger datos que requieren de mayor sensibilidad. Se aplicara presión buscando dolor (evitar de producirlo).
La pinza de tentar debe poseer mango largo (30 cm aprox.) ya que esto le facilita el manejo  y regular la presión con mucho más precisión. La empuñadura de la misma debe realizarse con ambas manos: una de guía y la otra aplica la presión.
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La respuesta más clara del signo patológico del pie, se obtiene cuando el paciente se resiste en forma evidente a la exploración, retirando el miembro o elevación de manos. Otras veces la manifestación objetiva de la sensación álgica es más leve, llegando a veces solo a producirse signos sutiles, tales como leves contracciones o fibrilaciones de músculos o grupos musculares del antebrazo y brazo. Se deberá estar atento a cualquier movimiento de estas reacciones.

Es frecuente que ciertos animales, al comienzo del examen, y especialmente cuando se les presiona los ángulos de inflexión de la muralla, desarrollan reacciones de aparente dolor. En estos casos conviene seguir el examen en otros sectores del pie y volver luego al punto problema, en la mayoría de los casos la manifestación observada inicialmente desaparece, por lo cual es conveniente realizar siempre el estudio comparativo con el miembro opuesto.
La maniobra se inicia levantando el miembro y solicitando al ayudante que lo sostenga por el nudo o cuartilla, se limpia perfectamente la palma, lagunas laterales y central del candado (con limpiavasos) donde se pueden encontrar materiales extraños (tierra, estiércol, suela vieja, etc.) y se comienza con la palpación-presión generalmente por el ángulo de inflexión interno. Se apoya una rama de la pinza contra la cara interna de la barra, en la laguna lateral y la otra sobre la muralla a nivel de los  talones, se presiona y se valora la respuesta.
Se continúa entonces explorando toda la periferia del casco hasta llegar al ángulo de inflexión externo.
Si el paciente posee herradura, la rama de la pinza se apoyara en cada punto a explorar inmediatamente por adentro del borde interno de la misma y prestando especial atención a la exploración de los lugares coincidentes con la entrada de los clavos que la sostienen.

(Fuente propia)
En caso de estar descalzo, la palpación se realiza por dentro de la línea blanca (exploración excéntrica), con la palpación a nivel de la muralla  se exploran especialmente los procesos angulares de la tercera falange y el tejido vivo del pie de la zona correspondiente (osteítis angular de la tercera falange, fractura angular, contusiones de suela, escarza, etc.). En el resto del contorno del pie se explora  también el tejido vivo (pododermitis) y el borde periplantar de la tercera falange (osteítis, fracturas, columnas corneas, clavaduras, picaduras, clavo ensaucado, etc.).
Se procede luego en forma semejante, pero la rama de la pinza se coloca más hacia adentro de la suela, rodeando el candado (exploración concéntrica) de esta forma se evalúa la integridad del tejido vivo del pie y el cuerpo de la tercera falange.
La exploración de los elementos restantes del pie requiere la localización de la pinza en sectores distintos:
-Para explorar el centro del pie (articulación interfalangica distal, sesamoideo distal o navicular) se coloca la rama de la pinza en la punta del candado (y luego en el medio de la laguna central) y la otra sobre la muralla o en la unión de las pinzas (punto medio entre borde periplantar y rodete coronario).
-La región de los talones se explora colocando cada una de las ramas de la pinza sobre la muralla a nivel de los talones externo e interno.
-La bolsa podotroclear y la tróclea del pie se exploran colocando una de las ramas de la pinza sobre la foseta de Chenot y la otra sobre la punta de la ranilla.
Terminada la exploración instrumental se procederá a la palpación manual de la fosa de Chenot, cartílagos alares y bulbos de los talones. La semiotecnia a aplicar en el examen de las estructuras enunciadas es la siguiente: mientras el miembro elevado es sostenido por un ayudante, el operador toma el casco con ambas manos por la muralla, de tal forma  que ésta queda contenida por  uno y otro lado manteniendo libres los dos pulgares, en el cual estos realizan, con el miembro en semiflexión, la palpación-presión de cada uno de los bulbos de los talones en toda su extensión, se debe prestar atención a las posibles manifestaciones de dolor. Con mucha frecuencia, esta maniobra pone en evidencia soluciones de continuidad a nivel de los mismos, que dadas las características del tejido suelen pasar desapercibidas a la inspección.
Acto seguido uno de los pulgares, igualmente en semiflexión, se coloca en la foseta de Chenot y sobre el mismo se coloca el pulgar de la mano opuesta (a veces también de costado para presionar ambos), el que colabora en la palpación-presión profunda, en busca de respuestas álgicas por parte del paciente. Desde la misma posición y utilizando nuevamente los pulgares se realiza la exploración de los cartílagos alares. Primeramente se presiona, a cada lado sobre la proyección del borde superior de los mismos, luego pasando el pulgar hacia su lado interno, desplazándoles hacia fuera en toda su extensión. Luego inversamente  se empuja el cartílago  hacia la primera falange. Estas maniobras combinadas permiten investigar la sensibilidad y elasticidad de los cartílagos.
Si el pie explorado se encuentra con herradura, es de buena práctica realizar primero la exploración con la misma colocada y repetir el examen luego de retirarla.
Es conveniente examinar la herradura que se retiró, por tanto puede encontrarse desgastes de importancia relacionados a las características de la fisiología y movimiento del pie.

La percusión del casco: que debe realizarse con el miembro en apoyo y luego en elevación, se realiza con un martillo metálico o con la misma pinza de tentar. Se realiza para detectar zonas álgicas y la presencia de hosquedades en suela y muralla (tapa hueca).

   Palpación de la región de la Cuartilla y Corona:
El clínico realizara palpación-presión a punta de dedo en toda la circunferencia del rodete coronario, dando especial énfasis a la realizada en correspondencia con las pinzas del casco (lesiones de las apófisis piramidal o extensora de la tercera falange) y en las porciones más anteriores (lesiones ligamentosas de la articulación interfalangiana proximal, formas coronarias y falangianas). Luego de la palpación de los elementos duros, se procederá a la palpación del tendón tendón del flexor profundo y del extensor largo de las falanges. En el primer caso deberá verificarse la existencia de contornos y consistencia normales, así como también realizar la palpación-presión del mismo contra el cuerpo de la primera falange, donde suelen producirse osteofitos por tironeamento periótico y desmitís de los ligamentos sesamoideanos distales. Es importante en esta región explorar el sesamoideo fijo de la segunda falange, que se realiza en forma semejante a lo enunciado para el examen de la foseta de Chenot, pero aplicando los dedos contra la cara volar y porción proximal de la falange en cuestión.
Luego de la palpación se le pide al ayudante que tome firmemente el miembro por la porción proximal de la cuartilla y el clínico inicia la exploración de los movimientos pasivos de las articulaciones interfalangianas. Tomando a mano llena el casco se imprimen movimientos de extensión, flexión, lateralidad y rotación, con el objeto de verificar la amplitud y dirección de dichos movimientos (fracturas, rigideces articulares por fibrosis capsulares u osteoartrosis), la existencia de dolor y las características de dicho dolor (en todos los movimientos, solo en algunos, en todos pero exacerbado en algunos, etc.).
Palpación del Nudo:
Es importante el papel fisiológico que juega esta articulación en el movimiento y como consecuencia es frecuente observar en la región trastornos patológicos.
En esta articulación se examinaran selectivamente los huesos sesamoideos proximales, los ligamentos y la articulación propiamente dicha.
-Sesamoideos proximales: con el miembro elevado y sostenido por un ayudante a nivel del metacarpo (metatarso), el clínico procede de la siguiente forma:
1) Abarcando el nudo con ambas manos por las caras dorsales y colaterales, se utiliza el dedo pulgar de cada mano para la palpación-presión de cada uno de los huesos sesamoideos. Dicha palpación-presión se realiza sobre el borde posterior de las caras abaxiles, sobre la superficie de las mismas y sobre  el extremo superior de los sesamoideos en el punto de inserción de las ramas del órgano de Ruini.
(Fuente propia durante la guardia de Clínica)
2) Colocando ambos pulgares sobre las caras distales de los sesamoideos, se ejerce presión para evaluar el estado de los ligamentos sesamoideanos distales y luego, desde la misma posición y empuñando la primera falange se realizan movimientos leves de flexión y extensión de la articulación, a la vez que se empujan los sesamoideos desde sus caras distales.
3) Sosteniendo el nudo con una mano, con la otra utilizando los dedos pulgar, índice y medio en forma de pinza, se presionan ambos sesamoideos como si quisieran juntarse hacia la línea media.
Ligamentos Articulares: Se procede a la palpación a nivel de todos los puntos de inserción ligamentosa (colaterales, articulares, colaterales sesamoideanos, etc.)
Articulación Propiamente Dicha: Se realiza la palpación-presión a punta de dedo sobre la interlinea articular en toda su circunferencia, sobre el punto de inserción de la capsula articular (ostealgias, osteoperiostitis) y sobre la epífisis del metacarpo y primera falange, especialmente en animales jóvenes donde las placas de crecimiento están abiertas (dolores de crecimiento, epifisitis).
Flexión Forzada del Nudo: Maniobra importante ya que muchas veces, la palpación cuidadosa de los distintos puntos mencionados resulta negativa, mientras que durante el desarrollo de esta técnica, la manifestación algésica se hace evidente.
El clínico se coloca mirando hacia el miembro problema ya elevado, apoya el carpo (tarso) sobre su muslo y tomando el casco por la muralla con ambas manos se flexiona, observando la posible aparición de reacciones dolorosas. En oportunidades la maniobra puede realizarse con una de las manos tomando el casco en pinzas para flexionar el nudo y la otra sosteniendo el antebrazo, fijándolo sobre el muslo del operador.



Palpación de la Región de la Caña:
Si bien esta región en cuestión es anatómicamente simple, cabe destacar que existen elementos de vital importancia en la mecánica locomotora y que son asiento  de frecuentes y graves alteraciones, tal como los tendones flexores de la falange y el órgano de Ruini (entrecuerda o suspensorio de los sesamoideos).
 Los elementos a explorar son los tendones flexores de las falanges, el ligamento suspensorio de los sesamoideos y los huesos metacarpianos.
Tendones Flexores y órgano de Ruini o entrecuerda: En la practica el ligamento suspensorio de los sesamoideos recibe el nombre de ‘’entrecuerda’’, mientras que el conjunto formado por el tendón del flexor superficial y el profundo se denomina como ‘’cuerda’’.
Se inicia la palpación con el miembro en apoyo, por lo cual al estar soportando las presiones del peso del cuerpo, ambas estructuras se encuentran en tensión. Se comienza palpando la entrecuerda de proximal a distal, por medio del pulgar e índice y colocados en forma de pinza.
-Primero se deslizan los dedos suavemente por los contornos de la entrecuerda para verificar su uniformidad y la posible existencia de deformaciones localizadas, nódulos, etc. Luego se realiza la verdadera palpación-presión, delimitando las deformaciones y rastreando la existencia de manifestaciones dolorosas.
 Para el caso de la entrecuerda se procede de la siguiente manera: se eleva el miembro y se procede a su meticulosa palpación, la que debe realizarse en toda su extensión de cuerda y entrecuerda, individualmente para cada uno de los elementos constitutivos, donde se debe verificar la presencia de dolor y su localización, la existencia de deformaciones, su volumen, consistencia y extensión, verificar si existen adherencias entre las distintas estructuras y se detectan hendiduras que indiquen soluciones de continuidad parcial o total de los elementos explorados.
(Fuente propia durante la guardia de clínica)

Palpación del Carpo:
Se exploran simultáneamente las articulaciones radiocarpiana, intercarpiana y carpometacarpiana. Se investiga la presencia de deformaciones blandas, verificando su límite, consistencia y posible fluctuación o existencia de deformaciones duras. Colocando el carpo en semiflexión se procede a la cuidadosa palpación a punta de dedo del reborde anterior del radio, la cara anterior y los rebordes articulares de los huesos de la fila proximal del carpo, el borde superior y cara anterior de los huesos de la segunda fila y la interlinea de la articulación carpometacarpiana.
La investigación del dolor se realiza a través de la movilización pasiva de la articulación, tomando el miembro por la caña se practica pronación, supinación y movimientos de lateralidad. Una maniobra muy importante es la flexión forzada del carpo, que consiste en mantener el miembro en máxima flexión a nivel de esta articulación, de tal forma que la cara palmar del antebrazo contacte con las caras palmares del metacarpo y nudo. La realización de esta maniobra pueden presentar varias alternativas: que el animal se resista a la flexión máxima, lo cual indica dolor o impedimento mecánico o que no reacciona a la flexión. En este caso se mantiene la misma durante 30 segundos a 1 minuto y luego se hace deambular al paciente al trote, si la cojera se intensifica la prueba se interpreta como positiva.


Palpación del Antebrazo:
Se procederá a la palpación de las masas musculares que rodean al radio reparando en su consistencia, tono y sensibilidad.
La denominada ‘’brida radial’’ o ligamento frenador proximal, se inserta en una cresta en la cara posterior del radio, por debajo de la mitad del mismo y cerca del borde medial y corresponde a la cabeza radial del flexor superficial, siendo frecuente el asiento de lesiones.
Manteniendo el miembro explorado elevado y flexionado a nivel del carpo, el clínico lo mantiene por la caña con su mano derecha o izquierda (dependiendo el miembro que se explora), mientras que con la otra mano palpa a punta de dedo sobre la cara interna del antebrazo. Cuando existe dolor, el paciente suele resistirse a la maniobra.
Las lesiones más frecuentes son distensiones y osteoperiostitis en el punto de origen.

Palpación del Brazo y la Espalda:
Al igual que en la región anterior, se realiza palpación-presión para investigar consistencia, tono y sensibilidad de los músculos. Esta palpación es particularmente importante en los músculos de la espalda, ya que son los que en general originan el dolor y la disfunción locomotora en la cojera de la espalda. Se investiga principalmente el grupo de músculos ancóneo, esternocefálico y supraespinoso e infraespinoso, tanto en su cuerpo como su inserción.
Se realiza luego la palpación de la zona de la interlinea articular y la articulación del codo, juntamente con la del proceso anconeo. Pero de vital importancia resulta para el diagnóstico exacto de la localización del proceso, la movilización pasiva de las correspondientes articulaciones.
Palpación de la Articulación Humeroradiocubital:
Se comienza con la palpación presión de las estructuras externas de la zona, y palpando el proceso ancóneo para controlar su integridad. Asimismo en ese punto, se debe considerar la inserción del tríceps braquial.
Se realiza movilización pasiva de la articulación tirando el miembro hacia delante. De esta forma se logra extender la articulación y seguidamente  con el miembro extendido hacia delante, se lo lleva hacia arriba (como si quisiera levantar de manos el caballo) con lo que se logra la flexión de la misma.
La rotación de la articulación permite explorar los músculos que rodean a la misma (aductores, abductores, pronadores y supinadores). Complementariamente puede llevarse el miembro hacia fuera y hacia adentro, cuando se sospecha una lesión de los ligamentos colaterales.
Palpación de Articulación Escapulohumeral:
En general, la palpación a punta de dedo de las masas musculares de la espalda puede demostrar la presencia de algias, deformaciones, etc. Las mismas maniobras de extensión y elevación del miembro y la retracción del mismo, extienden y flexiona la articulación Escapulohumeral y tienen particular valor para detectar trastornos en la misma cuando se ha podido descartar la existencia de lesiones en la articulación distal (codo).


Miembro Posterior:
La exploración del miembro posterior sigue los mismos principios enunciados para el miembro anterior. Asimismo, la exploración de las regiones comunes (pie, nudo, caña) es idéntica, por lo cual no se analizara a continuación.
1)   Inspección:
La Inspección del miembro posterior se realiza siguiendo los mismos principios establecidos para el examen del miembro anterior. Se comenzara la exploración desde el tarso, ya que como anteriormente explique la anatomía en cuestión es la misma.

Región del Tarso (Garrón):
Respecto a los aplomos, es necesario apreciar la posición de los garrones, en lo que hace a sus desplazamientos (cerrados o abiertos de garrones), así como también valorar el ángulo de dicha articulación (sentado o parado de garrones).
Las posteriores se sitúan abajo con la correcta distribución.
Muchos caballos poseen aplomos incorrectos, que luego acaban causando problemas como heridas, mayor frecuencia de tropiezos, etc.



La región del tarso suele ser asiento de deformaciones y desviaciones de importancia, que condicionan la aptitud del atleta.   


Son frecuentes en esta región tanto las deformaciones blandas como las duras. Las primeras responden a las ectasias de las sinoviales tendinosas (tendosinovitis) caracterizadas por presentar forma alargada y estar situadas en correspondencia con los distintos tendones. Las deformaciones blandas pueden corresponder también a distensiones de la cápsula articular, denominada artrosinovitis crónica o hidrartrosis.
Otra deformación blanda característica de la zona corresponde a la ectasia de la bolsa cuneana (bursitis cuneana) que se localiza en la porción antero disto medial del tarso, presenta forma redondeada. La última deformación blanda característica de la zona corresponde a la bursitis calcánea, que se localiza sobre la punta del hueso calcáneo.
Las deformaciones duras son en general manifestaciones del denominado complejo osteoartrosis társica, que según la posición que estas ocupen reciben denominaciones específicas.  Así, el denominado ‘’esparaván’’ típico (esparaván óseo) corresponde a la deformación dura que se localiza en la parte antero disto medial de las articulaciones tarsometatarsiana, intertarsiana e intermetatarsiana, involucrando los huesos pequeño cuneiforme (tarsianos 1 y 2 fusionados), gran cuneiforme (tercer tarsiano) y epífisis proximal de los metatarsianos rudimentarios medial y principal.
La denominación de ‘’corvaza’’ corresponde a la deformación que asienta en la parte lateral y distal del tarso, implicando los huesos cuboide (cuarto tarsiano), metatarsiano principal, rudimentario lateral y en algunos casos también el hueso calcáneo. Sobre el lado interno del garrón asienta otra deformación dura conocida con el nombre de ‘’corva’’, que asienta principalmente sobre el maléolo interno de la tibia y parte del hueso astrágalo.
  
Sobre el perfil posterior de la región y comprometiendo los huesos calcáneo, pequeño cuneiforme y cuboide desarrolla una deformación denominada ‘’trascorva’’.
Región de la Pierna y Babilla:
Ambas regiones por sus propias características no suelen desarrollar deformaciones específicas, salvo el eventual desarrollo de abscesos, hematomas o tumores posibles de ser detectados por simple observación, auxiliada por una cuidadosa palpación.
En la babilla, solo en casos particulares, es posible la observación de la ectasia de la sinovial articular. Cuando existen lesiones en esta articulación (femororotuliana) es fácil observar la actitud de una postura típica, con el miembro elevado y mantenido en semiflexión (pata a lo tero) y la de la luxación superior de la patela, con la extremidad extendida hacia atrás (imposibilidad de flexión del miembro, que es arrastrado durante la deambulación).
Región de la Grupa:
Por la profundidad a que se encuentran los elementos óseos y articulares de esta región, las alteraciones de estas estructuras no se hacen evidentes a la inspección. Sin embargo, en algunas situaciones como en la subluxación sacroiliaca, es posible detectar asimetría en la línea media cuando se realiza la observación desde atrás. Asimismo en los casos de fracturas de la tuberosidad coxal o en las fracturas altas del cuerpo del ilion, suelen observarse un descenso de la grupa en correspondencia al lado lesionado. Así como mencionamos que el volumen de la zona impide visualizar las lesiones osteoarticulares, es muy frecuente observar la atrofia muscular provocada por las disfunciones locomotoras crónicas o la atrofia refleja en los casos de las artropatías agudas, hecho particularmente notable a nivel de los músculos glúteos.
Ciertas disfunciones de los nervios del miembro posterior cursan con modificaciones musculares y funcionales características. Así, por ejemplo, la disfunción del nervio femoral promueve una marcada atrofia del musculo cuádriceps femoral y secundariamente hipertrofia del musculo tensor de la fascia lata, mientras que la disfunción del nervio obturador promueve la atrofia del conjunto de músculos aductores del miembro posterior.

2) Palpación:
En forma semejante a lo enunciado en la palpación para el miembro anterior, en el miembro posterior la palpación requiere proceder a la elevación y sujeción del miembro a explorar.
La elevación del miembro posterior requiere mayor habilidad y destreza por parte del clínico. La potencia del mismo y la posibilidad de las coces, requiere extrema precaución por parte del operador. La elevación se realiza en 2 tiempos:
1.- el operador debe acercarse al animal de forma que este lo vea y aplicar la mano opuesta al miembro a elevar sobre dorso y lomo, efectuando pequeñas palmadas para que el paciente se acostumbre al contacto. Luego, con la mano apoyada sobre la tuberosidad coxal, de la misma forma que en el miembro anterior, se empuja para derivar el peso y se toma la parte distal del miembro para elevarlo. Seguidamente se pasa la mano libre por detrás y por debajo del nudo, forzándolo hacia arriba, hacia fuera y algo hacia delante para elevarlo. En la medida en que el miembro se va elevando la mano se va rotando y desplazando hasta poder sujetar el casco por la pinza.
2.- mientras se mantiene el miembro en elevación se desliza la mano que estaba apoyada sobre la tuberosidad coxal por sobre el perfil de la grupa hasta alcanzar las crines de la raíz de la cola, simultáneamente se pasa el codo del operador hacia medial del miembro, quedando la cara posterior de la babilla contra la axila del operador y el miembro contactado, de medial, con el brazo y de lateral con la parte lateral del tórax del clínico. Al mismo tiempo se avanza la pierna más cercana al animal, empujando con el muslo de la misma el miembro elevado, a nivel de la caña, de tal forma que al ser llevado hacia atrás, el nudo quedara calzado en la ingle del operador.
Para descender la extremidad es importante realizar, paso a paso por la maniobra enunciada pero en sentido inverso, teniendo en cuenta especialmente no perder el contacto con la cola o el apoyo en la grupa, pues ello puede traer consecuencias nefastas para la integridad física del clínico.
Tarso: (Articulaciones tibioastragalina, intertarsiana y tarsometatarsiana)
Manteniendo el miembro en elevación y sostenido por la mano derecha, los dedos de la mano izquierda se incurvan sobre la cara medial de la articulación  del tarso. Con la mano en esta posición, se aplica presión sobre el ligamento plantar para controlar sensibilidad en la zona de la llamada ‘’trascorva’’. Manteniendo la mano en la misma posición, pero usando solo los dedos índice y medio, se aplica presión sobre la cara posterior de la cabeza del rudimentario medial; en el caso de existir dolor, este se manifiesta por flexión y abducción del miembro, cuando el animal intenta impedir la maniobra y puede interpretarse como un indicio característico de lesiones en la zona társica. Otra zona importante para realizar palpación-presión es la de la bolsa cuneana; se realiza palpación-presión a punta de dedo en búsqueda de sensibilidad.
Terminada la palpación, se toma el miembro posterior ahora con la mano izquierda y con la derecha se palpa a punta de dedo la cara posterior de la cabeza del rudimentario lateral. En esta región debe palparse también el tendón de Aquiles, buscando eventualmente engrosamientos y la inserción de la cuerda femorometatársica (3º tarsal, 3º metatarsiano, 4º tarsal y 4º metatarsiano)en busca de dolor o deformaciones.
Una prueba tradicional, utilizada para verificar la presencia de dolor en la zona del garrón es la denominada Flexión forzada del tarso, conocida también como Prueba del esparaván y Prueba de Hering. Consiste en mantener el tarso flexionado durante un periodo de tiempo determinado y luego hacer trotar al animal, evaluando lo que ocurre durante los primeros pasos que realiza. Para que la prueba tenga valor, deben tenerse en cuenta los siguientes puntos: la flexión  de la articulación  del tarso debe ser máxima, de tal manera que la caña debe quedar prácticamente contactando con el flanco. El miembro debe ser mantenido en flexión sujetado por el nudo, pero no flexionado dicha articulación, porque puede producir errores de interpretación.
La prueba consta en realidad de dos etapas: la primera, conocida clásicamente como prueba rápida, que consiste en mantener la flexión forzada durante treinta segundos; y la segunda o prueba lenta, mantiene la flexión durante un minuto. Se considera que la prueba es positiva cuando durante los primeros pasos posteriores a  la flexión, e animal exhibe una cojera que antes  no existía o exacerba el grado de la que ya existía, como  consecuencia del incremento del dolor producido por la compresión de las estructuras articulares producida por el grado de flexión extremo.
En general, se considera que la positividad de la prueba rápida permite localizar el dolor en las articulaciones altas (coxofemoral y femorotibiorrotulina), mientras que la prueba lenta indica dolor en la región del tarso. Siempre deben realizarse ambas pruebas.


Región de la Pierna: (Tibia)
Es una zona donde se producen con mucha frecuencia contusiones y como consecuencia de ellas, una alta incidencia de fracturas incompletas de tibia que pueden hacerse completas en forma súbita. Por palpación-presión a punta de dedo se debe evaluar la base ósea (sobre todo si hubo antecedentes de traumatismos previos).  También debe realizarse una prolija palpación, especialmente en los potrillos, de la cresta tibial, frecuente asiento de procesos osteocondrósicos.
Región de la Babilla: (Articulación femorotibiorrotulina)
Se debe palpar a punta de dedo entre los ligamentos patelares y la capsula articular con el fin de determinar si existe aumento de presión del líquido sinovial; si dicho aumento de presión es importante se produce la protrusión de los fondos de saco articulares. Debe tenerse en cuenta que, debido al volumen de esta articulación, esta protrusión no siempre es visible. Dicha palpación se realiza a punta de dedo, utilizando el dedo pulgar y tomando como referencia los ligamentos rotulianos. En forma idéntica se palpan los ligamentos colaterales de la articulación femorotibial.
El siguiente paso es forzar la patela hacia fuera y arriba con el fin de engancharla sobre el cóndilo femoral medial entre los ligamentos rotulianos medio y medial.
Esta maniobra puede poner en evidencia la posibilidad de la fijación superior de patela (o enganche) o eventualmente detectar crepitación, signo que puede inducir a considerar una posible condromalacia de la patela. Luego debe evaluarse el ligamento colateral medial. Al examinar el miembro posterior derecho, el clínico debe abordar el miembro desde atrás y mirando hacia craneal ubicando su mano izquierda en la cara interna del tarso, ejerciendo tracción hacia fuera; simultáneamente con el hombro se empuja la babilla hacia medial y la mano derecha se coloca en la cara interna de la articulación tratando de palpar el ligamento.
La positividad de la prueba (presencia de dolor) se manifiesta por el intento de retirar el miembro. Si existe ruptura ligamentosa, el clínico percibirá una apertura anormal de las carillas articulares. Los ligamentos cruzados (sobre todo el craneal) se exploran movilizando la articulación femorotibial. Para ello el clínico se coloca detrás del enfermo y empuña con ambas manos la extremidad proximal de la tibia y apoya la rodilla sobre la cara posterior del hueso calcáneo. Desde esta posición se realiza movimientos de tracción hacia atrás en busca de movimientos de desplazamientos y ruidos de crepitación. La existencia de alguno de estos signos puede hacer sospechar la presencia de ruptura del ligamento cruzado craneal.
Región de la Grupa y Muslo:
En esta región es importante realizar una prolija palpación de las voluminosas masas musculares. Se comienza la palpación dando suaves palmadas o acariciando la grupa para luego ir incrementando paulatinamente la presión. Al principio la palpación se realiza a mano llena, para luego, en zonas específicas, efectuar palpación-presión a punta de dedo.
Se debe palpar el grupo de los glúteos, cuádriceps femoral y la masa muscular ubicada en la cara medial. Sobre la cara externa debe explorarse cuidadosamente la zona del trocánter en busca de manifestaciones de dolor o para delimitar y determinar la consistencia de posibles deformaciones.
La palpación rectal es importante cuando se desea evaluar la integridad de los huesos de la pelvis, así como también algunas estructuras ligamentosas y articulares, como es el caso de la articulación sacroiliaca.
Para la articulación coxofemoral se realiza la movilización pasiva tratando de llevar el miembro hacia atrás, tomándolo desde la cuartilla (extensión de la articulación coxofemoral). La positividad de la maniobra se manifiesta porque el animal ejerce poca resistencia a la misma o deja llevar su miembro hacia atrás sin poner resistencia. La segunda forma de movilización es traccionando el miembro hacia delante (flexión articular). Su interpretación es semejante a la de la movilización posterior.
Cuando se explora la articulación de la cadera es importante haber descartado, previamente, la existencia de lesiones en las articulaciones más distales (tarso y femorotibiorrotulina) ya que las maniobras enunciadas, de existir dolor en algún otro sector del miembro, también lo pondrán en evidencia y serán positivas.
Al igual que lo que ocurre en la espalda, las manifestaciones álgicas localizadas en la grupa y músculos lumbares, manifestadas a la palpación o a las maniobras de movilización pueden tener su origen en lesiones que asientan en lugares distantes.
Si el animal manifiesta dolor en forma bilateral y este se extiende hacia delante, es posible sospechar que el origen del mismo se encuentra en otro punto del miembro. En general estas mialgias tienen como causa los movimientos inadecuados y posición antiálgicas de defensa que adopta el animal como consecuencia del dolor primario.

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- Lightowler, C. H. y Col.: (2003) Exploración del Aparato Locomotor de Los Equinos; 2 Edición,
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