
Facultad
de Ciencias Veterinarias
Exploración del aparato locomotor equino.

Cátedra:
Clínica de Animales de Interés Zootécnico.
Departamento:
Clínicos y Patológicos.
Profesor: Jorge Merlasino.
Alumno: Julio Baretta.
2011

Introducción …………………………………………… 2
Conceptos
Generales …………………………………………… 4
Exploración
de miembro anterior …………………………… 10
Exploración
de miembro posterior…………………………… 19
Exploración
de la columna vertebral………………………… 25
Examen
neurológico………………………………………………… 26

Conceptos
generales sobre la exploración del aparato locomotor equino.
INTRODUCCIÓN
La exploración del aparato locomotor del equino
reviste particular importancia dentro de la medicina veterinaria.
La reunión de los elementos óseos constitutivos del
esqueleto formando las articulaciones, y la movilización de estas, a través de
las distintas acciones de los músculos estriados, constituyen la forma de
expresión mas notoria de los animales pues, por intermedio de los movimientos,
establecen las distintas relaciones con el medio ambiente, para alimentarse,
desplazarse, reproducirse, escapar e, inclusive para manifestar su estado
emocional.
Las propias funciones de estos elementos hacen que
estén condicionados al padecimiento de un sinnúmero de alteraciones, entre las
que se destacan, en forma notoria las de origen traumático.
En este trabajo si bien se esboza la semiología de
cada uno de los elementos en cuestión (huesos, articulaciones, músculos,
ligamentos, etc.) se pone particular énfasis en el estudio de la exploración de
los mismos en su asociación destinada a constituir el aparato locomotor.
Aunque la forma de movimiento está determinada por la
especial disposición de las palancas osteomusculares, su regencia queda a cargo
del sistema nervioso, por lo cual, ciertas deficiencias de este repercuten más
o menos marcadamente en la función del aparato locomotor.
La integridad anatómica y funcional de los miembros y
columna vertebral cobran importancia en función de la utilidad que presta el
animal de que se trate, especialmente en aquellos destinados a la producción o
deporte.
Las particulares características de la producción
pecuaria de nuestro medio, esencialmente extensiva, crea la necesidad de
mantener animales cuyo aparato locomotor se encuentre en óptimas condiciones,
tanto para procurarse el sustento diario como para reproducirse.
La mayoría de las veces el diagnóstico de las lesiones
del aparato locomotor requiere del examen clínico exhaustivo, el cual debe
estar sustentado en el acabado conocimiento anatómico y fisiológico y el uso
correcto y adecuado de las maniobras semiológicas de dicho aparato.
Conceptos
generales sobre las cojeras.
Cualquiera sea el origen de la lesión que asiente sobre
el aparato locomotor, este responde alterando su funcionalidad normal
apareciendo entonces un entorpecimiento en el andar que genéricamente se conoce
con el nombre de claudicación o cojera.
Así, ante un paciente que claudica, el clínico deberá
dilucidar varias incógnitas a saber:
1-¿El animal verdaderamente
claudica? Y ¿Cuál o cuáles son los miembros que claudican?
2- ¿En qué porción del aparato
locomotor o región del miembro asienta la causa de la claudicación?
3-¿Cuál es el tipo y origen de
la lesión?
Estos tres interrogantes, conocidos como incógnitas de Bouley marcan no solo que
se debe buscar, sino el orden cronológico en que debe hacerse.
Asimismo, fijan los conceptos previos necesarios para
encarar la tarea diagnostica, entre los que se destaca el conocimiento del
desplazamiento normal y las maniobras semiológicas destinadas a la exploración
individual de músculos, huesos y articulaciones.
La palabra claudicar
en términos veterinarios significa desplazarse en forma defectuosa o
desarreglada y por lo tanto es sinónimo de cojear.
En Argentina, muchas veces se utiliza el término de aflojar y los mas especifico de manquera y renguera
cuando el proceso claudicogeno asienta en los miembros anteriores o posteriores
respectivamente.
El andar o dicho de otra manera el paso, presenta dos
fases y varios momentos. La fase de elevación
comienza cuando el casco, pezuña o dedo deja el suelo y termina cuando este
vuelve a apoyarse, mientras que la fase de apoyo
dura todo el tiempo que un determinado pie se encuentra apoyado.
Considerando que la trayectoria del pie en movimiento
forma un arco cuyo centro queda demarcado por el miembro contralateral en apoyo
y en posición vertical, se produce una división del paso en dos hemiarcos
aproximadamente iguales. Se llama entonces fase
posterior del paso al movimiento que queda demarcado por el primer hemiarco
(despegue del pie desde el suelo, que es avanzado hasta que alcanza la vertical
marcada por el miembro contralateral) y fase
posterior a la determinada por el siguiente hemiarco (desde que el pie
avanza dejando la vertical del miembro contralateral hasta que toma contacto
con el suelo, por delante del miembro contralateral).
En un sujeto normal la fase de elevación y la de apoyo
duran el mismo tiempo y recorren la misma distancia en el suelo, de tal forma
que si se evalúa la deambulación por las huellas se verá que cada bípedo avanza
en línea recta, siendo la pisada del miembro anterior cubierta por la del
miembro posterior del mismo lado, y las del lado opuesto quedarían a la mitad
de distancia entre las huellas contralaterales.
Se denominan claudicaciones en frio aquellas que son
más intensas cuando el animal inicia los movimientos en contrapartida con las
llamadas en caliente donde la
disfunción se acentúa con el trabajo o en el ejercicio.
Se dice que una claudicación es de elevación o de apoyo, según el trastorno se haga más evidente en alguna de dichas
fases del paso, mientras que si es semejante en ambas se designa como cojera
mixta.
Causas más
comunes de las claudicaciones:
-Claudicación
de origen doloroso: son la mayoría y responden a todas aquellas alteraciones capaces de
desarrollar el signo dolor.
-Claudicación
de origen mecánico: aquellas en las que ausente el dolor, se produce el desarreglo a
expensas de la imposibilidad mecánica impuesta al libre juego articular.
-Claudicación
de origen neurogénico: son aquellas producidas por alteraciones del sistema
nervioso y que provocan ataxia, paresias y parálisis, pudiendo, estas últimas
ser de tipo fláccido o espástico. Las claudicaciones producidas por lesiones de
los nervios periféricos suelen dar cojeras intensas.
Examen del
enfermo claudicante
Anamnesis
Es dable destacar algunos puntos sobre los cuales se
debe prestar mayor atención.
Es importante recoger datos sobre la longevidad del
proceso, sus características (continuo, remitente, intermitente); preguntar si
el proceso ha mejorado o empeorado, investigar sobre la posible relación con
traumatismos, el momento del último herraje y la posible coincidencia con la aparición
del proceso. También si la claudicación es mayor al iniciar los movimientos o,
si se exacerba con el ejercicio y, por supuesto, respecto al uso o servicio que
presta el animal y la forma en que desarrolla su trabajo o entrenamiento.
Inspección
Se realiza en tres fases. Primero con el animal en
estación, lo mas tranquilo posible y, en forma práctica mientras se realiza la
anamnesis. En este caso es una inspección global, tratando de percibir
actitudes viciosas y alteraciones evidentes.
Segunda fase es en forma funcional, es decir, haciendo
deambular el paciente con el objeto de dilucidar la primera incógnita de
Bouley: determinar si el paciente
realmente claudica y cuál es el miembro enfermo; y la tercera consiste en
la evaluación de las actitudes posturales.
Para la evaluación funcional se procede de la
siguiente forma: se lleva al animal a una pista o calle que permita la
deambulacion en línea recta, de ser posible en suelo parejo.
Un ayudante llevara al paciente con un cabestro lo
suficientemente largo como para permitir los libres movimientos de la cabeza y,
ante la orden del clínico, quien se encuentra en el otro extremo, a unos 20 o
30 metros, lo traerá hacia el al paso. Acto seguido se da vuelta al animal y se
lo lleva al punto original. En el primer paso el clínico prestara atención al
movimiento de los miembros anteriores y la cabeza, y al retirarlo podrá
verificar el accionar de los miembros posteriores y grupa. El procedimiento se
repite una vez mas pero al trote, recordar las claudicaciones se ven poco al paso, bien
al trote y nada al galope. Los cuadrúpedos utilizan la cabeza y el
cuello como balancín para mantenerse en posición mas o menos estable y no caer.
Cuando exista lesión en alguno de los miembros, el animal trata de evitar que
el peso de su cuerpo se cargue sobre el miembro enfermo en el momento que este
apoya, es decir que trata de quitar el apoyo del mismo. Esto lo hace ayudándose
con la cabeza, de tal forma que cuando apoya un miembro anterior enfermo, eleva
bruscamente la cabeza, con lo cual logra derivar parte del peso. Cuando se
trata de un miembro posterior, durante
el apoyo del enfermo, la grupa se eleva y la cabeza baja; cuando un paciente
claudica de un miembro anterior visto de adelante eleva la cabeza cuando apoya
el miembro enfermo y la baja coincidentemente con el apoyo del sano. Cuando la
cojera es de miembro posterior y visto de atrás, el animal eleva la grupa en el
momento de apoyo del miembro cojo, mientras que la desciende con el apoyo del
sano. Téngase en cuenta que, en general, en este último caso, la cabeza
desciende con el apoyo del miembro posterior enfermo, sobrecargando además el
peso sobre el miembro diagonal sano, disminuyéndolo así en el punto
lesionado.
Cuando el trastorno locomotor aparece en los miembros
anteriores y la intensidad es similar en ambos, en animal adopta una forma de
andar bastante característica que se ha dado a llamar enclavijado o envarado,
existe cierta renuncia al desplazamiento, y cuando lo realiza se observa una
marcada rigidez articular en todo el miembro, con un notable acortamiento de
ambas fases del paso. De idéntica forma, cuando existen alteraciones
simultaneas en ambos miembros posteriores, la disfunción locomotora se
caracteriza por que, en vez de dar pasos de un miembro por vez, el animal
avanza ambos en forma simultánea, dando pequeños saltos igual al desplazamiento
de un conejo es por ello que se dice que camina a lo conejo.
Cuando los trastornos asientan en bípedos diagonales o
laterales, la situación se torna aun más confusa, siendo necesario la realización de estudios
complementarios (anestesias diagnosticas, por ejemplo) para arribar al
diagnostico.
El examen funcional continua, pero ahora haciendo la
inspección desde lateral, donde pueden observar algunas que escapan a la
inspección de frente. En este momento el clínico de observar.
1-Los movimientos de la cabeza
en relación a los miembros (lo mismo de la grupa, si se trata de un miembro
posterior).
2-La longitud del paso en ambos
miembros (el miembro enfermo lo acorta).
3-El sincronismo o asincronismo
entre las fases de apoyo y elevación.
4-El grado de descenso que
alcanza el nudo en relación al opuesto, este es un buen indicador de la cuantía
del peso que el animal alivia del miembro enfermo, y que está en relación
directa con la intensidad del proceso.
5-La intensidad y el grado de
flexión de todo el miembro durante la fase de elevación. En las claudicaciones
de elevación la flexión es menos energética y de menor cuantía.
6-La desigualdad en la
intensidad del golpe del casco o pezuñas contra el suelo. En la deambulacion en
pisos duros, es dable escuchar una disminución del ruido que produce el
contacto del casco en el apoyo del miembro enfermo y un concomitante aumento en
la intensidad del sonido al ser apoyado el pie sano.
7-La forma en que toma contacto
el pie con el suelo: normal con talones levemente antes que las pinzas o, por
ejemplo, mas marcado en talones, solo en pinzas, sin apoyo, etc.
Todas las lesiones de tipo agudo (óseas, musculares y
especialmente articulares) se exacerban con el ejercicio (claudicaciones en
caliente) mientras que las alteraciones degenerativas de las articulaciones
(artrosis) suelen producir trastornos intensos al comienzo del ejercicio que
tienden a atenuarse y aun a desaparecer con el ejercicio prolongado
(claudicaciones en frio). Las lesiones musculares y tendinosas crónicas suelen
intensificarse con el ejercicio, mientras que las lesiones de origen
neurológico no se modifican con el ejercicio.
Además de lo mencionando, queda el recurso de
practicar distintas formas de deambulación que permiten la obtención de las
datos semiológicos. Estas consisten en hacer deambular al paciente sobre
distintos tipos de suelo de distintas durezas, y en círculos, ya sean en forma
concéntrica o excéntrica.
En general, las cojeras se hacen más evidentes o se
intensifican sobre pisos duros cuando las alteraciones asientan sobre huesos y
articulaciones, aconteciendo lo mismo con la marcha concéntrica. Sobre pisos
blandos y marchas excéntricas se exacerban las claudicaciones de origen musculo
tendinoso.
Las cojeras se
clasifican en cuatro grados de la siguiente manera:
Cojera de
primer grado: trastorno casi imperceptible, es necesario para su diagnóstico ojo
clínico y la ayuda de exámenes complementarios. A veces es mejor percibida por
el jinete que por el clínico.
Cojera de
segundo grado: bien evidente aunque el trastorno
locomotor no es tan grave.
Cojera de
tercer grado: el miembro enfermo solo se apoya en
forma incompleta, hay dificultad en el desplazamiento y el trastorno locomotor
es bien evidente es arrastrado, el animal se desplaza en tres miembros.
Cojera de
cuarto grado: el trastorno locomotor es evidente, esta acompañado por deformación
anatómica de la región.
Actitudes
posturales
Terminado el examen funcional, se deja al paciente en
reposo, de tal forma que pueda tomar la posición que la resulte más cómoda.
Este es el momento en que aparecen las actitudes viciosas destinadas a aliviar
las presiones y tensiones sobre las partes enfermas, cuando existe dolor.


Exploración del
miembro anterior
La exploración de cada una de las regiones de los
distintos miembros, permitirá dilucidar la segunda incógnita de bouley,
“establecer el lugar donde asienta la lesión”. En esta etapa del examen clínico
se explora por medio de la inspección, palpación y percusión y en muchos casos
serán necesarias las pruebas semiológicas complementarias y especiales.
Casco o uña
Examen visual: Tamaño global del casco con relación al
volumen corporal, porque los pies chicos están más predispuestos a sufrir
lesiones que los de tamaño proporcionado al cuerpo del animal.
Verificar
la pigmentación, porque los cascos blandos son más débiles, quebradizos y se
desgastan con más facilidad.
Determinar
modificaciones de la forma de los cascos. Por ejemplo, en la infosura crónica
el casco adopta la forma de “zapato chino”.
La
muralla o tapa pueden mostrar lesiones tales como soluciones de continuidad,
rugosidades en forma de corteza de árbol o surcos y prominencias, conocidas
como seños. Cuando se hace la inspección también debe prestarse atención a los
aplomos del pie y del dedo y relacionarlos entre sí. En condiciones normales
ambas pinzas deben estar dirigidas hacia el frente de tal forma que sus
prolongaciones sean paralelas entre sí. Cuando esto no ocurre y el pie se
desvía, aparecen los defectos de izquierdo (chueco hacia afuera) donde las
puntas de las pinzas se dirigen hacia afuera y estevado (chueco hacia adentro)
donde se produce una alteración inversa (pinzas hacia dentro).
En
el examen desde lateral debe observarse los bulbos de los talones y en los
talones, teniendo en cuenta:
La
altura de estos, el paralelismo entre la línea de la muralla en los talones y
la misma a nivel de las pinzas y las características del eje del dedo. Elevando
el dedo se inspecciona la suela, para esto muchas veces es necesario hacer la
limpieza de la misma. Hecho esto se observa la forma, la implantación y las
características de la ranilla o candado. Prestar especial atención al olor ya que
muchas enfermedades producen un olor fétido y desagradable.
Corona y cuartilla
Son
frecuentes e la región, heridas, desgarros, presencia de granulación
exuberantes y el desarrollo de vesículas y grietas sobre la cara volar de la
cuartilla. Suelen aparecer quemaduras producidas por el rose por arneses o mala
sujeción.
Dentro de las modificaciones de los perfiles de la
zona, son frecuentes las deformaciones, generalmente duras y que caracterizan a
las osteítis periarticulares y a la artrosis interfalangianas proximal y
distal. Deformaciones unilaterales en la zona de proyección de los cartílagos
complementarios de la tercer falange que, con o sin fistula, caracterizan al
gabarro cartilaginoso.
El hueco ubicado en la cara bolar de la corona y
limitado a cada lado por el reborde superior de los cartílagos alares y el
bulbo de los talones se conoce con el nombre de fosa de Chenot, la cual muchas
veces, disminuye su profundidad, llegando, a veces a borrar su perfil, hecho
característico de la bursitis podotroclear.
Nudo
Esta articulación, es en el equino una de las zonas
sometidas a mayores esfuerzos. Normalmente la región debe presentar contornos
netos. No es rara la existencia de deformaciones ya sea en toda la articulación
o alguna de sus partes (edema traumático, fibrosis, osteoartritis, exostosis,
bursitis). Observación de costado, de atrás y en forma oblicua permite el
examen de los huesos sesamoideos y de la inserción de las ramas de Ruini
(entrecuerdas). Sobre los huesos sesamoideos deberá repararse en su tamaño y su
forma. La inflamación de las ramas de la entrecuerda borra sus perfiles
normales y altera la forma de la porción posterolateral de la región,
dismorfosis que caracteriza la tenosinovitis baja.
Caña
En la inspección de frente se prestara atención en los
perfiles lateral y medial, donde con frecuencia se desarrolla exostosis por
hiperextensión del ligamento interóseo que reúne al metacarpiano principal con
cada uno de los rudimentarios. Hacia distal, próximo al nudo suelen observarse
deformaciones que, en la mayoría de los casos, son blandas y corresponden a la
ectasia de la sinovial articular o la sinovitis de la gran vaina sesamoideana.
Cuando se observa de lateral se
investiga el perfil de los tendones flexores de las falanges (cuerdas), los cuales
son asiento de muchas alteraciones.
La deformación sobre el perfil anterior del hueso,
generalmente en la mitad inferior, corresponde a la denominada “sobrecaña”
lesión osteoperiostica característica de equinos jóvenes, producida por
microfracturas.
Carpo
Esta región
suele ser asiento frecuente de alteraciones evidentes a la inspección. Pueden
observarse deformaciones articulares generalizadas (osteoartrosis) o,
localizadas (osteoperiostitis de los huesos tercer carpiano e intermedio)
también puede observarse la ectasia de la sinovial articular (fondos de saco en
la cara dorsal y lateral del carpo por encima del hueso accesorio). La
presencia de una deformación del tamaño y forma de una naranja, sobre la cara
anterior de la articulación, es típica de la denominada bursitis precarpica.
Antebrazo,
codo, brazo, hombro y espalda.
Salvo los traumatismos que provocan heridas o
contusiones, son relativamente escasos los datos que pueden obtenerse a la
inspección de dichas regiones. Es importante prestar atención al volumen de las
masas musculares de la región, pues los trastornos locomotores crónicos o por
vía refleja producen una marcada atrofia, especialmente de las masas más
voluminosas como es el caso del grupo del anconeo. La presencia del codo
descendido, con atrofia del musculo tríceps hará sospechar de parálisis del
nervio radial, fractura de humero o fractura de olecranon. Otros signos nos
harán sospechar de la disfunción del nervio supraescapular (atrofia de músculos
de la espalda, espina escapular marcada, etc.).
Palpación y
percusión
Terminada la inspección se comienza el examen
palpatorio y percutorio del miembro problema. Esta maniobra puede hacerse con
el miembro en apoyo, la mayoría de las veces requiere la elevación del miembro
en cuestión.
Palpación del pie
Al
estar recubierto por cuerno, es necesario realizar la palpación instrumentada,
recurriendo a la pinza de tentar, este elemento en muchos casos sirve para la
percusión del casco. La palpación y palpación presión es muy útil para evaluar
la sensibilidad de la región. Es importante”
buscar dolor sin producirlo”
La
existencia de dolor como signo patológico no siempre es fácil de valorar. La
respuesta más clara se obtiene cuando el paciente se resiste en forma evidente
a la exploración (retiro del miembro enfermo, elevación de manos). Otras veces
los signos son más leves como contracción de los músculos de la región del
antebrazo y brazo. Es conveniente realizar el estudio comparativo con el
miembro opuesto. La maniobra se inicia elevando el miembro y solicitando que el
ayudante lo sostenga por el nudo o cuartilla. Se limpia la zona de la palma,
lagunas laterales y centrales del candado si estuviesen sucias. Se realiza la
palpación presión de la zonas correspondientes a las distintas porciones del pie
(pinzas, talones, muralla, etc.) utilizando la pinza en la posición mas
adecuada a la anatomía de la porción a explorar.
Terminada la exploración instrumentada se procede a la
palpación manual de la fosa de Chenot, cartílagos alares y bulbos de los talones.
La maniobra se realiza con el miembro elevado, en semiflexión y se realiza la
palpación presión de cada uno de los bulbos de tos talones en toda su
extensión, prestar atención a las manifestaciones de dolor. Acto seguido se
colocan los pulgares en la fosa de Chenot, esto sirve para realizar la
palpación presión de forma profunda en busca de dolor. Desde la misma
posición y utilizando los pulgares se
realiza la exploración de los cartílagos alares. Primeramente se presiona, a
cada lado sobre la proyección del borde superior de los mismos, luego pasando
el pulgar hacia su lado interno, desplazándolos hacia afuera en toda su
extensión, luego inversamente se empuja el cartílago hacia la primer falange.
Estas maniobras combinadas, permiten investigar la sensibilidad y elasticidad
de los cartílagos. En caso de animales con herraduras es importante hacer el
examen con el paciente calzado y luego retirar la misma. Una maniobra
aconsejable es la “lectura de la herradura”, esta aporta datos importantes. Como
por ejemplo desgaste sufrido, lugar de máximo desgaste, el lustre que adquiere
la herradura en sus caras, etc. La percusión del casco debe realizarse con el
miembro en apoyo y luego elevado, se realiza con el martillo metálico. Es
importante para detectar dolor o sonidos de oquedad en suela y muralla.
Regiones de la
cuartilla y corona
El clínico realizara palpación presión a punta de dedo
en toda la circunferencia del rodete coronario, con especial énfasis a la
realizada en correspondencia con las pinzas del casco y de las porciones mas
anteriores de las mamillas. Luego de la palpación de los elementos duros, se
procederá a la palpación del tendón profundo (cara volar) y del extensor largo
de las falanges (cara dorsal). Siempre deberá verificarse la existencia de
contornos y consistencia normal. Realizar una palpación presión para descartar
y/o confirmar la presencia de osteofitos por tironeamiento periostico y
desmitis de los ligamentos sesamoideos distales. Luego de la palpación se
indica al ayudante que tome con firmeza el miembro por la porción proximal de
la cuartilla y el clínico inicia la exploración de los movimientos pasivos de
las articulaciones interfalangianas. Tomando a mano llena el casco se imprimen
movimientos de extensión, flexión, lateralidad y rotación, con el objeto de
verificar la amplitud y dirección de dichos movimientos, la existencia de dolor
y las características de dicho dolor.
Región del nudo
Es frecuente que esta articulación sea asiento de
trastornos patológicos. En esta
articulación se examinara selectivamente los huesos sesamoideos proximales, los
ligamentos y la articulación propiamente dicha.
Sesamoideos proximales con el miembro elevado
sostenido por un ayudante a nivel del metacarpo el clínico:
Realizará la palpación presión de cada uno de los
huesos sesamoideos, esta debe realizarse sobre el borde posterior de las caras
abaxiles, sobre la superficie de las caras abaxiles y sobre el extremo superior
de los sesamoideos en la inserción del órgano de Ruini.
Con ambos pulgares se ejerce presión sobre las caras
distales de los sesamoideos para evaluar el estado de los ligamentos
sesamoideanos distales y luego desde la misma posición se imprimen movimientos
leves de flexión y extensión de la articulación, a la vez que se empujan los sesamoideos
desde su cara distal.
Ligamentos
articulares
se procede a la inspección de todos los puntos de inserción ligamentosa
(colaterales, articulares, sesamoideanos, etc.)
Articulación
propiamente dicha se realiza la palpación presión a punta de dedo sobre la interlinea
articular, en toda su circunferencia, sobre el punto de inserción de la capsula
articular y sobre la epífisis del metacarpo y primer falange, especialmente en
animales jóvenes, donde las placas de crecimiento están abiertas.
Flexión forzada
del nudo maniobra
muy importante porque en esta operación de existir dolor se hace evidente. El
clínico se coloca mirando hacia el miembro problema ya elevado, apoya el carpo
sobre su muslo, y tomando el casco por la muralla con ambas manos se flexiona,
observando la posible aparición de reacciones dolorosas. Estas maniobras
permiten obtener datos de sensibilidad que podrá encontrarse normal o
exacerbada. Cualquier maniobra brusca puede arrojar respuestas falsas
positivas, siempre debe compararse con el miembro opuesto.

Grado de
movilidad articular. Cuando se realiza la exploración de la movilidad pasiva articular, debe
repararse, aparte de los datos relativos a la sensibilidad, la amplitud que
presentan los movimientos normales de la misma.
Región de la
caña
Los elementos a explorar son los tendones flexores de
las falanges, el ligamento suspensorio de los sesamoideos y los huesos
metacarpianos.
Tendones
flexores y órgano de Ruini. El ligamento suspensorio de
los sesamoideos recibe el nombre de “entrecuerda”, mientras que el conjunto
formado por el tendón del flexor superficial y el profundo se denomina
“cuerda”. Se inicia la palpación con el miembro en apoyo, situación en la cual,
al estar soportando las presiones del peso del cuerpo, ambas estructuras se
encuentran en tensión. Se comienza palpando la entrecuerda desde proximal hacia
distal, por medio del pulgar e índice y medio colocados en forma de pinza.
Primero se deslizan los dedos por la entrecuerda para verificar uniformidad y
la posible existencia de deformaciones localizadas, nódulos, etc. Luego se
realiza una palpación presión delimitando las deformaciones y rastreando la
existencia de dolor. Seguido a esto se eleva el miembro y se procede a una
meticulosa palpación, que debe realizarse en toda la extensión de la cuerda y
entrecuerda, y en la primera, individualmente para cada uno de los elementos
constitutivos.
Metacarpianos. En los huesos metacarpianos
existen una serie de puntos osteálgicos que deben ser explorados como norma. En
la mayoría de los casos, estos puntos se corresponden a lugares de inserción de
ligamentos, fascias, tendones, etc. A las manifestaciones de dolor e
inflamaciones de esta zona se las denomina enfermedades
de las inserciones.
Región del
carpo
Se exploran simultáneamente las articulaciones
radiocarpiana, intercarpiana, y carpometacarpiana. Se observa la presencia de
deformaciones blandas, verificando su límite, consistencia y posible
fluctuación, deformaciones duras. Con el carpo en semiflexión se procede a la
palpación a punta de dedo del carpo, reborde anterior del radio, cara anterior
y rebordes articulares de los huesos de la fila proximal y distal del carpo y
la interlinea de la articulación carpometacarpiana. La investigación del dolor
se realiza a través de los movimientos pasivos de la articulación, tomando el
miembro de la caña se practica movimientos de pronación, supinación y
movimientos de lateralidad. Una maniobra muy importante es la flexion forzada
de la articulación del carpo. Consiste en flexionar al máximo esta articulación
de tal forma que la cara palmar contacte con las caras palmares del metacarpo y
nudo. Se mantiene la articulación en flexión durante 30 segundos a 1 minuto y
luego se hace deambular al paciente al trote. Si la cojera se intensifica la
prueba es positiva.
Región del
antebrazo
Se procede a la palpación de las masas musculares que
rodean al radio reparando en su consistencia, tono y sensibilidad
La denominada “brida radial” o ligamento frenador
proximal se inserta en una cresta en la cara posterior del radio, por debajo de
la mitad del mismo y cerca del borde medial y corresponde a la cabeza radial
del flexor superficial, es frecuente el asiento de lesiones, por lo que debe
ser explorado minuciosamente.
Manteniendo el miembro explorado elevado y flexionado a nivel del carpo,
el clínico lo mantiene por la caña con su mano, con la otra mano palpa a punta
de dedo sobre la cara interna del antebrazo en el punto medio entre el pliegue
axilar y la castaña, directamente por detrás del borde posterior del radio.
Cuando existe dolor el paciente se niega a esta maniobra, lo que se manifiesta
más que por el retiro del miembro explorado, por la elevación del brazo.
Región del
brazo y la espalda
Al igual que en la zona anterior, se realiza palpación
presión para investigar consistencia, tono y sensibilidad de los músculos. Esta
palpación es particularmente importante en los músculos de la espalda pues son
los que en general originan el dolor y la disfunción locomotora en la cojera de la espalda. Se investiga el
grupo ancóneo, el supra e infraespinoso, tanto en su cuerpo como en su
inserción y el esternocefalico. Es muy importante realizar los movimientos
articulares pasivos de esta articulación.
Articulación
humerorradialcubital
Se comienza con
la palpación presión de las estructuras externas de la zona, y palpando el
proceso ancóneo para controla su integridad. En este punto se debe considerar
la inserción del tríceps braquial. Se realiza la movilización pasiva de la
articulación tirando el mimbro hacia adelante. De esta forma se logra extender
la articulación, seguidamente, con el miembro extendido hacia adelante, se lo
lleva hacia arriba. Lo rotación de la articulación permite explorar los
músculos que la rodean, complementariamente se puede llevar el miembro hacia
afuera y hacia adentro si se sospecha de los ligamentos colaterales.
Articulación
escapulohumeral
En general, la palpación a punta de dedo de las masas
musculares de la espalda pueden demostrar la presencia de algias,
deformaciones, etc. Las mismas maniobras de extensión y elevación del miembro y
la retracción del mismo extiende y flexiona la articulación escapulohumeral y
tienen particular valor para detectar trastornos en la misma cuando se ha
podido descartar la existencia de lesiones en la articulación distal.

Exploración del
miembro posterior
La exploración del miembro posterior sigue los mismos
principios enunciados para el miembro para el miembro anterior. Asimismo, la
evaluación de las regiones comunes (pie, nudo, caña) es idéntica.
Inspección
La inspección del miembro posterior se realiza
siguiendo los mismos principios establecidos para el examen del miembro
anterior.
Región del
tarso (garrón)
La región del tarso suele ser asiento de deformaciones
y desviaciones de importancia, que condicionan la aptitud del equino. Es
necesario valorar la posición de los garrones, en lo que hace a sus
desplazamientos (cerrado o abierto de garrones) como así también valorar el
ángulo de dicha articulación. Son frecuentes en esta región tanto las
deformaciones blandas como duras. Las primeras responden a las ectasias de las
sinoviales tendinosas (tenosinovitis) caracterizadas por presentar forma
alargada y estar emplazadas en correspondencia con los distintos tendones. Este
tipo de deformaciones pueden corresponder también a distensiones de la capsula
articular, cuya ectasia, característica de la denominada artrosinovitis crónica
o hidrartrosis, presenta 3 fondos de
saco: uno anteromedial, otro lateral y el tercero localizada en el hueco del garrón.
Otra deformación blanda de la zona corresponde a la ectasia de la bolsa cuneana
(bursitis cuneana) ubicada en antero medial del tarso. La última deformación
blanda de la zona corresponde a la bursitis calcánea que se localiza en la
punta del hueso calcáneo.
Las deformaciones duras de la zona son en general
manifestaciones del denominado complejo osteoartrosis társica. El denominado
“esparaván” típico (esparaván óseo) corresponde a la deformación dura de la
porción anterodistomedial de las articulaciones tarsometatarsianas,
intermetatarsiana e intermetatarsianas, involucrando los huesos cuneiformes (1
y 2 pequeños fusionados) gran cuneiforme (tercer tarsiano) y epífisis proximal
de los metatarsianos rudimentarios medial y principal. La denominación de
“corvaza” corresponde a la deformación que asienta en la parte lateral y distal
del tarso. Sobre el lado interno del garrón asienta otra deformación dura
denominada “corva” que asienta principalmente sobre el maléolo interno de la
tibia parte del hueso astrágalo.
Sobre el perfil posterior de la región y
comprometiendo los huesos calcáneo, pequeño cuneiforme y cuboide desarrolla una
deformación denominada “trascorva”.

Región de la
pierna y Babilla
Ambas regiones, por sus propias características no suelen
desarrollar deformaciones específicas, salvo el desarrollo de abscesos,
hematomas o tumores factibles de ser detectadas por simple observación,
auxiliada por la palpación. En la babilla en casos excepcionales es posible la
observación de la ectasia de la sinovial articular. Cuando existen lesiones en
esta articulación es fácil observar la actitud postural típica, con el miembro
elevado y mantenido en semiflexión “pata
a lo tero” y la d la luxación superior de la patela, con la extremidad
extendida hacia atrás, (imposibilidad de flexión del miembro, que es arrastrado
durante la deambulación).
Región de la
Grupa
Las alteraciones de estas estructuras no se hacen
evidentes a la inspección, dada la profundidad de la zona. Sin embargo en
algunas situaciones como en la subluxación sacroiliaca es posible detectar
asimetría en la línea media, cuando se realiza la observación desde atrás. En
ocasiones puede observarse un descenso de la grupa como en las fracturas altas
del cuerpo del ileon. Es muy frecuente observar la atrofia muscular provocada
por las disfunciones locomotoras crónicas o la atrofia refleja, hecho muy
evidente a nivel de los músculos glúteos.
Palpación
La exploración requiere proceder a la elevación y
sujección del miembro a explorar.
Tarso (articulaciones
tibioastragalina, intertarsiana y tarsometatarsia).
Manteniendo el miembro en elevación y sostenido por la
mano derecha, los dedos de la mano izquierda se incurvan sobre la cara medial
de la articulación del tarso. Con la mano en esta posición, se aplica presión
sobre el ligamento plantar para controlar sensibilidad en la zona llamada
“trascorva”. Manteniendo la mano en la misma posición, pero usando solo los
dedos índice y medio, se aplica presión sobre la cara posterior de la cabeza
del rudimentario medial, en el caso de existir dolor, este se manifiesta por
flexión y abducción del miembro, cuando el animal intenta sustraerse a la
maniobra eso puede interpretarse como un indicio característico de lesiones en
la zona tarsica. Otra zona importante para realizar la palpación presión es la
bolsa cuneana, esta debe hacerse a punta de dedo en búsqueda de sensibilidad.

Terminada esta
fase de la palpación, se toma el mimbro posterior ahora con la mano izquierda
y, con la derecha se palpa a punta de dedo la cara posterior de la cabeza del
rudimentario lateral.
En esta región debe palparse también el tendón de
Aquiles, buscando eventuales engrosamientos y la inserción de la cuerda
femorometatarsica (3º tarsal y 3º metatarsiano, y 4º tarsal y 4º metatarsiano)en
busca de dolor o deformaciones. En este caso a modo de ejemplo se describió la
maniobra utilizada para explorar el tarso izquierdo.
Una
prueba tradicional para verificar la presencia de dolor en la zona del garrón
es la denominada: flexión forzada del tarso, conocida también como prueba del
esparaván y prueba de Hering.
Consiste
en mantener el tarso flexionado durante un periodo de tiempo y luego hacer
trotar al animal, evaluando lo que ocurre durante los primeros pasos que
realiza el paciente. Se considera positiva la prueba cuando, durante los
primeros pasos posteriores a la flexión, el animal exhibe una cojera que antes
no existía como consecuencia del incremento del dolor producido por la
compresión de las estructuras articulares producido por el grado de flexión
extremo.
Región de la pierna (tibia)
Es una zona de donde se producen con frecuencia
contusiones y fracturas de tibia que pueden varar en cuanto a gravedad clínica.
Por palpación presión se debe evaluar la base ósea. También debe realizarse una
prolija palpación, especialmente en la cresta tibial, frecuente asiento de
procesos osteocondrósicos.
Region dela
Babilla(articulación
femorotibiorrotuliana)
Se debe palpar
a punta de dedo entre los ligamentos patelares la capsula articular con el fin
de determinar si existe aumento de presión del líquido sinovial, debido al
volumen de dicha articulación dicho aumento no siempre es visible.
El siguiente paso es forzar hacia afuera la patela con
el fin de engancharla sobre el
cóndilo femoral medial entre los ligamentos rotulianos medio y medial.

Luego debe evaluarse el ligamento colateral medial. Al
examinar el miembro posterior derecho, el clínico debe abordar el miembro desde
atrás y mirando hacia craneal ubicando su mano izquierda en la cara interna del
tarso, ejerciendo tracción hacia afuera, simultáneamente con el hombro se
empuja la babilla hacia medial y la mano derecha se coloca en la cara interna
de la articulación tratando de palpar el ligamento. La positividad de la prueba
se manifiesta por el retiro del miembro (dolor). Los ligamentos cruzados (sobre
todo el craneal) se exploran movilizando la articulación femorotibial. El
clínico se coloca detrás del enfermo y empuña con ambas manos la extremidad
proximal de la tibia y apoya la rodilla sobre la cara posterior del hueso
calcáneo. Desde esta posición se ejerce tracción hacia atrás en busca de
movimientos de desplazamientos y ruidos de crepitación.
Región de grupa
y muslo
En esta región es importante realizar una minuciosa
palpación e las masas musculares debido a su tamaño. Se comienza la palpación
ando suaves palmadas o acariciando la grupa para luego ir incrementando
paulatinamente la presión. El principio es una palpación a mano llena, para
luego, efectuar una palpación presión a punta de dedo en zonas específicas. Se
debe palpar en la zona de los glúteos, el cuádriceps y la masa muscular ubicada
en la cara medial. Sobre la cara externa debe explorarse la zona del trocánter
en busca de dolor o para delimitar y determinar la existencia de deformaciones.
La palpación rectal es importante cuando se debe evaluar la integridad de los
huesos de la pelvis, así también algunas estructuras ligamentosas y
articulares, como es el caso de la articulación sacro ilíaca.
Para la exploración de la articulación coxofemoral se
realiza la movilización pasiva tratando de llevar el miembro hacia atrás,
tomándolo desde la cuartilla (extensión de la articulación coxofemoral). La
positividad de la prueba se manifiesta porque el animal ejerce poca resistencia
a la maniobra o deja llevar su miembro hacia atrás sin oponer resistencia. La
segunda forma de movilización es traccionando el miembro hacia adelante
(flexión articular). Su interpretación es semejante a la de la movilización
posterior.

Exploración de la columna vertebral y examen neurológico.
Dentro de la exploración del aparato locomotor la
evaluación de la columna vertebral y el examen neurológico constituyen una
parte muy importante que, por su dificultad, suelen dejarse de lado, corriendo
el riesgo de cometer grandes errores diagnósticos.

La columna vertebral constituye un elemento de sostén
para músculos, tendones y ligamentos y un mecanismo de protección para la
medula espinal.
Anatómicamente se divide en cinco regiones, en
cervical, torácica, lumbar, sacra y coccígea. En el equino la formula
vertebral es:
C7 T8 L6 S5 Co 15-21.
Una
vértebra tipo está formada por el cuerpo, el arco, y los procesos.
Medula espinal
Es la porción del sistema nervioso central ubicada en
el canal vertebral. Se extiende desde el occipital hasta aproximadamente la
parte craneal de la segunda vertebra sacra. La medula se divide en segmentos
cada uno de ellos da origen a un par de nervios, de cada lado de la medula
espinal se desprenden 42 pares de nervios espinales.
La medula, en general, es de tamaño uniforme, salvo
dos ensanchamientos: la intumescencia cervical y la intumescencia lumbar. Estos plexos dan
origen a los nervios que se distribuyen por los miembros.
La vía final común de todas las funciones motoras de
los miembros es la neurona motora
inferior (NMI) que es la neurona eferente que conecta el sistema nervioso
central con un músculo efector. Las NMI reciben los axones del encéfalo y tallo
cerebral. Estas neuronas son llamadas colectivamente) neuronas motoras superiores (NMS). Responsables de los movimientos
normales. En general las NMS inhiben a las NMI. Su disfunción causa la perdida
de la inhibición de la NMI y produce respuestas exageradas de la información
refleja aferente.

Examen
neurológico
El
examen neurológico siempre debe estar precedido por un examen clínico completo,
debido a que ciertas enfermedades primarias de otros sistemas puedan dar signos
nerviosos. El examen formal debe seguir una secuencia ordenada. De Lahunta
divide el examen en cuatro partes: 1- deambulación, 2- reacciones posturales, 3-
reflejos espinales, 4- nervios
craneanos. Los objetivos finales del
examen es: precisar si hay enfermedades neurológicas, determinar cuál es su
ubicación anatómica y establecer la causa. Para evaluar la columna vertebral
los autores proponen como plan básico de exploración, el clásico de la
semiología, reseña, anamnesis, inspección, palpación y percusión, con el
agregado de algunos exámenes complementarios (examen del líquido
cefalorraquídeo, radiografías, etc.)

Luego de la metodología semiológica clásica se
continúa con el examen de los reflejos, tanto de miembros anteriores y
posteriores. Por último se explora el tono muscular a través de la palpación
presión con la yema de los dedos.

Comentarios:
En el presente trabajo se
remarca la importancia de la clínica en cuanto al aparato locomotor equino
tanto en caballos de deporte como de trabajo, dada por las características de
producción extensivas de nuestro país. También desde el punto de vista
reproductivo. Es importante el examen clínico exhaustivo, metódico y el
acompañamiento de exámenes complementarios (radiografías, ecografías, etc.) y
de correctas prácticas de manejo y sanidad de nuestros equinos.
BIBLIOGRAFÍA
“Exploración
del aparato locomotor de los equinos”. Lightowler, c.h. Mercado , Mc. García
Liñeiro, D.A.
“Enfermedades quirúrgicas de los miembros del caballo”. Adams,
OR. García Liñeiro. Fort Collins.
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