viernes, 31 de octubre de 2014

Brusain, Analia - Ectima contagioso: su desconocimiento e importancia

Ectima contagioso: su desconocimiento e importancia









Alumna: Brusain, Analia

Catedra: Clínica de Animales de Interés Zootécnico.

Profesor: Jorge Merlassino.

Año: 2013


Resumen:
Ovino y caprinos son susceptibles a innumerables enfermedades infecciosas; sin embargo hay muchas de ellas en las que no se tiene la prevención adecuada y no se conforman programas de concientización que se merecen. Una de ellas es el Ectima Contagioso también conocido como dermatitis pustular contagiosa, boca costrosa, estomatitis ulcerativa o boquera. En este trabajo se pretende lograr mejoras en las condiciones de la majada  como así también saber reconocer la enfermedad y que medidas aplicar a la hora de encontrarnos un caso. Y fundamentalmente, resaltar las medidas preventivas que debe adoptar el hombre ya que se trata de una zoonosis poco reconocida.
Poxviridae:
Esta enfermedad tiene un origen viral, exactamente hacemos referencia al Poxiviridae (familia) Parapoxivirus (genero); este es un ADN de doble cadena, su  morfología es oval y tiene una cubierta externa y un filamento externo que se ordena en espiral y que facilita el diagnostico por microscopia. Dicho filamento externo es proteico mientras que su cubierta externa es lipoproteica.
Su poder infectivo se mantiene aún en condiciones extremas como sequedad y calor, esto es así cuando el virus se mantiene en costras (lesión producida por el mismo). En suspensión es sensible a la luz ultravioleta, como así también a los pH extremos (3-10). Cabe señalar también que pierde efectividad por acción de la formalina y las acetonas.
Epizootiologia:
Las principales especies afectadas son ovinos y caprinos mientras que en otras, como bovinos, caninos, se encuentra en discusión.  Es de importancia señalar que esta enfermedad es una zoonosis, es  decir que atraviesa la barrera interespecie. Argentina es un país ovejero y como tal tiene una casuística importante. Se destaca como una enfermedad de veterinarios como así también de tamberos con una manifestación dermatológica benigna y que suele confundirse con otras enfermedades vesiculares.
La epizootia (sinonimia) es una enfermedad que tiene valores de morbilidad altos (alrededor del 70%) y una mortalidad relativamente baja (20%). Se manifiesta con mayor incidencia en animales jóvenes y en épocas de primavera verano.[1]
Los mecanismos de transmisión se dan por contacto directo y vía respiratoria. Sin embargo para que esto se pueda dar,  existen factores predisponentes a la enfermedad los cuales son: presencia de pasturas lacerantes sobre todo en épocas secas, herramientas, lana, agua, camas, e instrumental de esquila contaminadas
Patogenia:
Cuando este virus ingresa hace una replicación en el punto de entrada (boca o nariz) y una viremia primaria. Luego produce una segunda viremia donde se difunde y localiza en el epitelio de mucosas de cabeza, pies y ubres. Una vez generados los dos picos de viremia  aparece la lesión. Esto  se da en los nombrados epitelios y es provocado por una degeneración globosa de las células del estrato espinoso como así también una hiperplasia de las células del estrato basal. Conlleva a una secuencia de lesiones manifestándose primeramente como pápula, luego como vesículas, seguida de pústulas y finalmente como costras.
Esta enfermedad tiene tres formas de presentación: labial, podal y genital. Cabe señalar que esta dermatitis pustular contagiosa puede complicarse por la acción de diversas bacterias y esto a su vez genera la mortalidad. Puede originar abscesos; a su vez el tejido subcutáneo conjuntivo se ve afectado como así también puede haber áreas necróticas.
El desarrollo de la enfermedad en humanos es similar. La ubicación de las lesiones se da en dedos brazos y si la situación se  agrava aún más se presenta en cara (ojos y boca).
Diagnóstico:
Se logra mediante microcopia electrónica a través de cortes histológicos de costras; utilizando tinción negativa  brinda un diagnóstico rápido y seguro. También se puede  llevar a cabo el diagnostico por un kit de Eliza o fijación del complemento para detectar anticuerpos.
Sin embargo esta enfermedad a simple vista puede generar confusión con fiebre aftosa (lo que no es común en ovinos y caprinos y puede ayudarnos a diferenciarlo). Sumado a esto se debe hacer un diferencial con fotosensibilización pero esta nunca progresaría hacia las zonas pigmentadas. Cuando las condiciones no son las mejores también se puede  presentar costras por piógenos.
Tratamiento:
Se pretende básicamente controlar contaminantes secundarios y eliminar la lesión. Primeramente se retiran las costras con ayuda de yodopovidona disuelta en agua. Luego se aplica gentamicina en spray y de acuerdo a la época y si el animal sangra se aplica antimiasicos.
Sumado a esto se debe colocar en el agua de bebida lavandina en una proporción de un litro en cien litros de agua.
Profilaxis:
La vacuna se trata de una viral viva atenuada la cual se obtiene por suspensión de material orgánico obtenido de lesiones pustulosas de la piel a partir de una cepa activa virulenta y liofilizada o por cultivo de tejidos en glicerina al 25%. Se utiliza el hidrolizado de caseína como estabilizador. Las cepas se atenúan por pasajes en ovinos y se extrae de lesiones cutáneas de animales no vacunados. La vía de aplicación recomendada es por escarificación en la cara interna  del muslo. En cuanto el efecto de la inmunidad hay controversia, algunos[2] aclaran que es de por vida y otros[3] que solo tiene acción durante dos años. Hasta se ha mencionado el hecho de que la vacuna puede generar la enfermedad.
En Alemania ha dado resultado una vacuna que se administra por vía subcutánea pero hasta ahora solo en animales de laboratorio.
Zoonosis:
En humanos el diagnóstico es improbable que se logre por el desconocimiento de esta enfermedad. Uno de los factores predisponentes más importantes es la inmunosupresión como así también son muy susceptibles los tamberos, veterinarios y el personal a cargo de la explotación.
Para el tratamiento en humanos lo más apropiado seria hacer suaves lavados con agua oxigenada en la zona afectada y administración de antibiótico cada 12 horas (penicilina) para las infecciones secundarias. También es recomendable la utilización de pomadas con ácido fusidico.
Para que se logre una disminución del efecto de esta enfermedad sobre la población humana debe  tomar conciencia acerca del agente con el que se está tratando y tomar los recaudos necesarios a la hora de actuar. Es muy importante la higiene personal como el lavado de manos luego de tomar contacto con animales enfermos. También la utilización de un equipo de protección como la ropa de trabajo y guantes descartables. Se debe evitar la exposición a agujas contaminadas y mantener un sistema de deshechos para el material contaminado. A su vez se debera incentivar con programas de salud ocupacional y educar el personal.

Conclusión:
Si bien la actividad ovina y caprina, ha disminuidos en estos últimos años aun existen productores que dependen de esta actividad para subsistir lo que nos lleva a apuntar acerca de las condiciones sanitarias en este tipo de explotación. Y así, también, considerar los factores negativos  como lo es el ectima contagioso, el cual es capaz de saltar la barrera interespecie y afectar al ser humano generando pérdidas en la actividad ovina y caprina y un retaso en lograr un animal a término.
El desconocimiento por parte de los criadores sobre esta enfermedad ha contribuido a que el manejo de la presentación de la misma en muchos casos no fuera la adecuada por lo tanto es recomendable realizar acciones de capacitación a los productores  y al personal técnico vinculado como así también hacer proyectos de investigación y análisis en profundidad sobre esta enfermedad .
ANALÍA: esta exactamente igual que el que te envié el 01/09, no le veo ningún cambio



[1] (Investigación de ovinos y caprinos. Jorge L. Tortora)

[2] Representación regional de la OIE para las Américas.
[3] http://bvs1.panaftosa.org.br/local/file/textoc/Acha_v2_ectima_contagioso.pdf

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