sábado, 8 de septiembre de 2012

Julio BARRETA


Universidad Nacional de La Pampa
Facultad de Ciencias Veterinarias

Exploración del aparato locomotor equino.













Cátedra:  Clínica de Animales de Interés Zootécnico.
Departamento:  Clínicos y Patológicos.
Profesor: Jorge Merlasino.
Alumno: Julio Baretta.
2011


Introducción                      ……………………………………………    2
Conceptos Generales     ……………………………………………    4
Exploración de miembro anterior  ……………………………    10
Exploración de miembro posterior……………………………    19
Exploración de la columna vertebral…………………………    25
Examen neurológico…………………………………………………    26








 

Conceptos generales sobre la exploración del aparato locomotor equino.

INTRODUCCIÓN
La exploración del aparato locomotor del equino reviste particular importancia dentro de la medicina veterinaria.
La reunión de los elementos óseos constitutivos del esqueleto formando las articulaciones, y la movilización de estas, a través de las distintas acciones de los músculos estriados, constituyen la forma de expresión mas notoria de los animales pues, por intermedio de los movimientos, establecen las distintas relaciones con el medio ambiente, para alimentarse, desplazarse, reproducirse, escapar e, inclusive para manifestar su estado emocional.
Las propias funciones de estos elementos hacen que estén condicionados al padecimiento de un sinnúmero de alteraciones, entre las que se destacan, en forma notoria las de origen traumático.
En este trabajo si bien se esboza la semiología de cada uno de los elementos en cuestión (huesos, articulaciones, músculos, ligamentos, etc.) se pone particular énfasis en el estudio de la exploración de los mismos en su asociación destinada a constituir el aparato locomotor.
Aunque la forma de movimiento está determinada por la especial disposición de las palancas osteomusculares, su regencia queda a cargo del sistema nervioso, por lo cual, ciertas deficiencias de este repercuten más o menos marcadamente en la función del aparato locomotor.
La integridad anatómica y funcional de los miembros y columna vertebral cobran importancia en función de la utilidad que presta el animal de que se trate, especialmente en aquellos destinados a la producción o deporte.
Las particulares características de la producción pecuaria de nuestro medio, esencialmente extensiva, crea la necesidad de mantener animales cuyo aparato locomotor se encuentre en óptimas condiciones, tanto para procurarse el sustento diario como para reproducirse.
La mayoría de las veces el diagnóstico de las lesiones del aparato locomotor requiere del examen clínico exhaustivo, el cual debe estar sustentado en el acabado conocimiento anatómico y fisiológico y el uso correcto y adecuado de las maniobras semiológicas de dicho aparato.

















Conceptos generales sobre las cojeras.
Cualquiera sea el origen de la lesión que asiente sobre el aparato locomotor, este responde alterando su funcionalidad normal apareciendo entonces un entorpecimiento en el andar que genéricamente se conoce con el nombre de claudicación o cojera.
Así, ante un paciente que claudica, el clínico deberá dilucidar varias incógnitas a saber:
1-¿El animal verdaderamente claudica? Y ¿Cuál o cuáles son los miembros que claudican?
2- ¿En qué porción del aparato locomotor o región del miembro asienta la causa de la claudicación?
3-¿Cuál es el tipo y origen de la lesión?
Estos tres interrogantes, conocidos como incógnitas de Bouley marcan no solo que se debe buscar, sino el orden cronológico en que debe hacerse.
Asimismo, fijan los conceptos previos necesarios para encarar la tarea diagnostica, entre los que se destaca el conocimiento del desplazamiento normal y las maniobras semiológicas destinadas a la exploración individual de músculos, huesos y articulaciones.
La palabra claudicar en términos veterinarios significa desplazarse en forma defectuosa o desarreglada y por lo tanto es sinónimo de cojear.
En Argentina, muchas veces se utiliza el término de aflojar y los mas especifico de manquera  y renguera cuando el proceso claudicogeno asienta en los miembros anteriores o posteriores respectivamente.
El andar o dicho de otra manera el paso, presenta dos fases y varios momentos. La fase de elevación comienza cuando el casco, pezuña o dedo deja el suelo y termina cuando este vuelve a apoyarse, mientras que la fase de apoyo dura todo el tiempo que un determinado pie se encuentra apoyado.
Considerando que la trayectoria del pie en movimiento forma un arco cuyo centro queda demarcado por el miembro contralateral en apoyo y en posición vertical, se produce una división del paso en dos hemiarcos aproximadamente iguales. Se llama entonces fase posterior del paso al movimiento que queda demarcado por el primer hemiarco (despegue del pie desde el suelo, que es avanzado hasta que alcanza la vertical marcada por el miembro contralateral) y fase posterior a la determinada por el siguiente hemiarco (desde que el pie avanza dejando la vertical del miembro contralateral hasta que toma contacto con el suelo, por delante del miembro contralateral).
En un sujeto normal la fase de elevación y la de apoyo duran el mismo tiempo y recorren la misma distancia en el suelo, de tal forma que si se evalúa la deambulación por las huellas se verá que cada bípedo avanza en línea recta, siendo la pisada del miembro anterior cubierta por la del miembro posterior del mismo lado, y las del lado opuesto quedarían a la mitad de distancia entre las huellas contralaterales.
Se denominan claudicaciones en frio aquellas que son más intensas cuando el animal inicia los movimientos en contrapartida con las llamadas en caliente donde la disfunción se acentúa con el trabajo o en el ejercicio.
Se dice que una claudicación es de elevación o de apoyo, según el trastorno se haga más evidente en alguna de dichas fases del paso, mientras que si es semejante en ambas se designa como cojera mixta.
Causas más comunes de las claudicaciones:
-Claudicación de origen doloroso: son la mayoría y responden a todas aquellas alteraciones capaces de desarrollar el signo dolor.
-Claudicación de origen mecánico: aquellas en las que ausente el dolor, se produce el desarreglo a expensas de la imposibilidad mecánica impuesta al libre juego articular.
-Claudicación de origen neurogénico: son aquellas producidas por alteraciones del sistema nervioso y que provocan ataxia, paresias y parálisis, pudiendo, estas últimas ser de tipo fláccido o espástico. Las claudicaciones producidas por lesiones de los nervios periféricos suelen dar cojeras intensas.
Examen del enfermo claudicante
Anamnesis
Es dable destacar algunos puntos sobre los cuales se debe prestar mayor atención.
Es importante recoger datos sobre la longevidad del proceso, sus características (continuo, remitente, intermitente); preguntar si el proceso ha mejorado o empeorado, investigar sobre la posible relación con traumatismos, el momento del último herraje y la posible coincidencia con la aparición del proceso. También si la claudicación es mayor al iniciar los movimientos o, si se exacerba con el ejercicio y, por supuesto, respecto al uso o servicio que presta el animal y la forma en que desarrolla su trabajo o entrenamiento.

 Inspección
Se realiza en tres fases. Primero con el animal en estación, lo mas tranquilo posible y, en forma práctica mientras se realiza la anamnesis. En este caso es una inspección global, tratando de percibir actitudes viciosas y alteraciones evidentes.
Segunda fase es en forma funcional, es decir, haciendo deambular el paciente con el objeto de dilucidar la primera incógnita de Bouley: determinar si el paciente realmente claudica y cuál es el miembro enfermo; y la tercera consiste en la evaluación de las actitudes posturales.
Para la evaluación funcional se procede de la siguiente forma: se lleva al animal a una pista o calle que permita la deambulacion en línea recta, de ser posible en suelo parejo.
Un ayudante llevara al paciente con un cabestro lo suficientemente largo como para permitir los libres movimientos de la cabeza y, ante la orden del clínico, quien se encuentra en el otro extremo, a unos 20 o 30 metros, lo traerá hacia el al paso. Acto seguido se da vuelta al animal y se lo lleva al punto original. En el primer paso el clínico prestara atención al movimiento de los miembros anteriores y la cabeza, y al retirarlo podrá verificar el accionar de los miembros posteriores y grupa. El procedimiento se repite una vez mas pero al trote, recordar las claudicaciones se ven poco al paso, bien al trote y nada al galope. Los cuadrúpedos utilizan la cabeza y el cuello como balancín para mantenerse en posición mas o menos estable y no caer. Cuando exista lesión en alguno de los miembros, el animal trata de evitar que el peso de su cuerpo se cargue sobre el miembro enfermo en el momento que este apoya, es decir que trata de quitar el apoyo del mismo. Esto lo hace ayudándose con la cabeza, de tal forma que cuando apoya un miembro anterior enfermo, eleva bruscamente la cabeza, con lo cual logra derivar parte del peso. Cuando se trata de un  miembro posterior, durante el apoyo del enfermo, la grupa se eleva y la cabeza baja; cuando un paciente claudica de un miembro anterior visto de adelante eleva la cabeza cuando apoya el miembro enfermo y la baja coincidentemente con el apoyo del sano. Cuando la cojera es de miembro posterior y visto de atrás, el animal eleva la grupa en el momento de apoyo del miembro cojo, mientras que la desciende con el apoyo del sano. Téngase en cuenta que, en general, en este último caso, la cabeza desciende con el apoyo del miembro posterior enfermo, sobrecargando además el peso sobre el miembro diagonal sano, disminuyéndolo así en el punto lesionado.     
Cuando el trastorno locomotor aparece en los miembros anteriores y la intensidad es similar en ambos, en animal adopta una forma de andar bastante característica que se ha dado a llamar enclavijado o envarado, existe cierta renuncia al desplazamiento, y cuando lo realiza se observa una marcada rigidez articular en todo el miembro, con un notable acortamiento de ambas fases del paso. De idéntica forma, cuando existen alteraciones simultaneas en ambos miembros posteriores, la disfunción locomotora se caracteriza por que, en vez de dar pasos de un miembro por vez, el animal avanza ambos en forma simultánea, dando pequeños saltos igual al desplazamiento de un conejo es por ello que se dice que camina a lo conejo.
Cuando los trastornos asientan en bípedos diagonales o laterales, la situación se torna aun más confusa,  siendo necesario la realización de estudios complementarios (anestesias diagnosticas, por ejemplo) para arribar al diagnostico. 
El examen funcional continua, pero ahora haciendo la inspección desde lateral, donde pueden observar algunas que escapan a la inspección de frente. En este momento el clínico de observar.
1-Los movimientos de la cabeza en relación a los miembros (lo mismo de la grupa, si se trata de un miembro posterior).
2-La longitud del paso en ambos miembros (el miembro enfermo lo acorta).
3-El sincronismo o asincronismo entre las fases de apoyo y elevación.
4-El grado de descenso que alcanza el nudo en relación al opuesto, este es un buen indicador de la cuantía del peso que el animal alivia del miembro enfermo, y que está en relación directa con la intensidad del proceso. 
5-La intensidad y el grado de flexión de todo el miembro durante la fase de elevación. En las claudicaciones de elevación la flexión es menos energética y de menor cuantía.
6-La desigualdad en la intensidad del golpe del casco o pezuñas contra el suelo. En la deambulacion en pisos duros, es dable escuchar una disminución del ruido que produce el contacto del casco en el apoyo del miembro enfermo y un concomitante aumento en la intensidad del sonido al ser apoyado el pie sano.
7-La forma en que toma contacto el pie con el suelo: normal con talones levemente antes que las pinzas o, por ejemplo, mas marcado en talones, solo en pinzas, sin apoyo, etc.
Todas las lesiones de tipo agudo (óseas, musculares y especialmente articulares) se exacerban con el ejercicio (claudicaciones en caliente) mientras que las alteraciones degenerativas de las articulaciones (artrosis) suelen producir trastornos intensos al comienzo del ejercicio que tienden a atenuarse y aun a desaparecer con el ejercicio prolongado (claudicaciones en frio). Las lesiones musculares y tendinosas crónicas suelen intensificarse con el ejercicio, mientras que las lesiones de origen neurológico no se modifican con el ejercicio.
Además de lo mencionando, queda el recurso de practicar distintas formas de deambulación que permiten la obtención de las datos semiológicos. Estas consisten en hacer deambular al paciente sobre distintos tipos de suelo de distintas durezas, y en círculos, ya sean en forma concéntrica o excéntrica.
En general, las cojeras se hacen más evidentes o se intensifican sobre pisos duros cuando las alteraciones asientan sobre huesos y articulaciones, aconteciendo lo mismo con la marcha concéntrica. Sobre pisos blandos y marchas excéntricas se exacerban las claudicaciones de origen musculo tendinoso.
Las cojeras se clasifican en cuatro grados de la siguiente manera:
Cojera de primer grado: trastorno casi imperceptible, es necesario para su diagnóstico ojo clínico y la ayuda de exámenes complementarios. A veces es mejor percibida por el jinete que por el clínico.
Cojera de segundo grado: bien evidente aunque el trastorno locomotor no es tan grave.
Cojera de tercer grado: el miembro enfermo solo se apoya en forma incompleta, hay dificultad en el desplazamiento y el trastorno locomotor es bien evidente es arrastrado, el animal se desplaza en tres miembros.
Cojera de cuarto grado: el trastorno locomotor es evidente, esta acompañado por deformación anatómica  de la región.
Actitudes posturales
Terminado el examen funcional, se deja al paciente en reposo, de tal forma que pueda tomar la posición que la resulte más cómoda. Este es el momento en que aparecen las actitudes viciosas destinadas a aliviar las presiones y tensiones sobre las partes enfermas, cuando existe dolor.
http://t1.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcSmtyGphcOL5YeAy_nKw1A61VsNELnwuZd0eyyQjeOCEAN7hMgD









Exploración del miembro anterior
La exploración de cada una de las regiones de los distintos miembros, permitirá dilucidar la segunda incógnita de bouley, “establecer el lugar donde asienta la lesión”. En esta etapa del examen clínico se explora por medio de la inspección, palpación y percusión y en muchos casos serán necesarias las pruebas semiológicas complementarias y especiales.
Casco o uña
Examen visual: Tamaño global del casco con relación al volumen corporal, porque los pies chicos están más predispuestos a sufrir lesiones que los de tamaño proporcionado al cuerpo del animal.
Verificar la pigmentación, porque los cascos blandos son más débiles, quebradizos y se desgastan con más facilidad.
Determinar modificaciones de la forma de los cascos. Por ejemplo, en la infosura crónica el casco adopta la forma de “zapato chino”.
La muralla o tapa pueden mostrar lesiones tales como soluciones de continuidad, rugosidades en forma de corteza de árbol o surcos y prominencias, conocidas como seños. Cuando se hace la inspección también debe prestarse atención a los aplomos del pie y del dedo y relacionarlos entre sí. En condiciones normales ambas pinzas deben estar dirigidas hacia el frente de tal forma que sus prolongaciones sean paralelas entre sí. Cuando esto no ocurre y el pie se desvía, aparecen los defectos de izquierdo (chueco hacia afuera) donde las puntas de las pinzas se dirigen hacia afuera y estevado (chueco hacia adentro) donde se produce una alteración inversa (pinzas hacia dentro).
En el examen desde lateral debe observarse los bulbos de los talones y en los talones, teniendo en cuenta:
La altura de estos, el paralelismo entre la línea de la muralla en los talones y la misma a nivel de las pinzas y las características del eje del dedo. Elevando el dedo se inspecciona la suela, para esto muchas veces es necesario hacer la limpieza de la misma. Hecho esto se observa la forma, la implantación y las características de la ranilla o candado. Prestar especial atención al olor ya que muchas enfermedades producen un olor fétido y desagradable.
Corona y cuartilla
Son frecuentes e la región, heridas, desgarros, presencia de granulación exuberantes y el desarrollo de vesículas y grietas sobre la cara volar de la cuartilla. Suelen aparecer quemaduras producidas por el rose por arneses o mala sujeción.
Dentro de las modificaciones de los perfiles de la zona, son frecuentes las deformaciones, generalmente duras y que caracterizan a las osteítis periarticulares y a la artrosis interfalangianas proximal y distal. Deformaciones unilaterales en la zona de proyección de los cartílagos complementarios de la tercer falange que, con o sin fistula, caracterizan al gabarro cartilaginoso.
El hueco ubicado en la cara bolar de la corona y limitado a cada lado por el reborde superior de los cartílagos alares y el bulbo de los talones se conoce con el nombre de fosa de Chenot, la cual muchas veces, disminuye su profundidad, llegando, a veces a borrar su perfil, hecho característico de la bursitis podotroclear.
Nudo
Esta articulación, es en el equino una de las zonas sometidas a mayores esfuerzos. Normalmente la región debe presentar contornos netos. No es rara la existencia de deformaciones ya sea en toda la articulación o alguna de sus partes (edema traumático, fibrosis, osteoartritis, exostosis, bursitis). Observación de costado, de atrás y en forma oblicua permite el examen de los huesos sesamoideos y de la inserción de las ramas de Ruini (entrecuerdas). Sobre los huesos sesamoideos deberá repararse en su tamaño y su forma. La inflamación de las ramas de la entrecuerda borra sus perfiles normales y altera la forma de la porción posterolateral de la región, dismorfosis que caracteriza la tenosinovitis baja.
Caña
En la inspección de frente se prestara atención en los perfiles lateral y medial, donde con frecuencia se desarrolla exostosis por hiperextensión del ligamento interóseo que reúne al metacarpiano principal con cada uno de los rudimentarios. Hacia distal, próximo al nudo suelen observarse deformaciones que, en la mayoría de los casos, son blandas y corresponden a la ectasia de la sinovial articular o la sinovitis de la gran vaina sesamoideana. Cuando  se observa de lateral se investiga el perfil de los tendones flexores de las falanges (cuerdas), los cuales son asiento de muchas alteraciones.
La deformación sobre el perfil anterior del hueso, generalmente en la mitad inferior, corresponde a la denominada “sobrecaña” lesión osteoperiostica característica de equinos jóvenes, producida por microfracturas.
Carpo
 Esta región suele ser asiento frecuente de alteraciones evidentes a la inspección. Pueden observarse deformaciones articulares generalizadas (osteoartrosis) o, localizadas (osteoperiostitis de los huesos tercer carpiano e intermedio) también puede observarse la ectasia de la sinovial articular (fondos de saco en la cara dorsal y lateral del carpo por encima del hueso accesorio). La presencia de una deformación del tamaño y forma de una naranja, sobre la cara anterior de la articulación, es típica de la denominada bursitis precarpica.
Antebrazo, codo, brazo, hombro y espalda.
Salvo los traumatismos que provocan heridas o contusiones, son relativamente escasos los datos que pueden obtenerse a la inspección de dichas regiones. Es importante prestar atención al volumen de las masas musculares de la región, pues los trastornos locomotores crónicos o por vía refleja producen una marcada atrofia, especialmente de las masas más voluminosas como es el caso del grupo del anconeo. La presencia del codo descendido, con atrofia del musculo tríceps hará sospechar de parálisis del nervio radial, fractura de humero o fractura de olecranon. Otros signos nos harán sospechar de la disfunción del nervio supraescapular (atrofia de músculos de la espalda, espina escapular marcada, etc.).
Palpación y percusión
Terminada la inspección se comienza el examen palpatorio y percutorio del miembro problema. Esta maniobra puede hacerse con el miembro en apoyo, la mayoría de las veces requiere la elevación del miembro en cuestión.
Palpación del pie
Al estar recubierto por cuerno, es necesario realizar la palpación instrumentada, recurriendo a la pinza de tentar, este elemento en muchos casos sirve para la percusión del casco. La palpación y palpación presión es muy útil para evaluar la sensibilidad de la región. Es importante” buscar dolor sin producirlo”
La existencia de dolor como signo patológico no siempre es fácil de valorar. La respuesta más clara se obtiene cuando el paciente se resiste en forma evidente a la exploración (retiro del miembro enfermo, elevación de manos). Otras veces los signos son más leves como contracción de los músculos de la región del antebrazo y brazo. Es conveniente realizar el estudio comparativo con el miembro opuesto. La maniobra se inicia elevando el miembro y solicitando que el ayudante lo sostenga por el nudo o cuartilla. Se limpia la zona de la palma, lagunas laterales y centrales del candado si estuviesen sucias. Se realiza la palpación presión de la zonas correspondientes a las distintas porciones del pie (pinzas, talones, muralla, etc.) utilizando la pinza en la posición mas adecuada a la anatomía de la porción a explorar.
Terminada la exploración instrumentada se procede a la palpación manual de la fosa de Chenot, cartílagos alares y bulbos de los talones. La maniobra se realiza con el miembro elevado, en semiflexión y se realiza la palpación presión de cada uno de los bulbos de tos talones en toda su extensión, prestar atención a las manifestaciones de dolor. Acto seguido se colocan los pulgares en la fosa de Chenot, esto sirve para realizar la palpación presión de forma profunda en busca de dolor. Desde la misma posición  y utilizando los pulgares se realiza la exploración de los cartílagos alares. Primeramente se presiona, a cada lado sobre la proyección del borde superior de los mismos, luego pasando el pulgar hacia su lado interno, desplazándolos hacia afuera en toda su extensión, luego inversamente se empuja el cartílago hacia la primer falange. Estas maniobras combinadas, permiten investigar la sensibilidad y elasticidad de los cartílagos. En caso de animales con herraduras es importante hacer el examen con el paciente calzado y luego retirar la misma. Una maniobra aconsejable es la “lectura de la herradura”, esta aporta datos importantes. Como por ejemplo desgaste sufrido, lugar de máximo desgaste, el lustre que adquiere la herradura en sus caras, etc. La percusión del casco debe realizarse con el miembro en apoyo y luego elevado, se realiza con el martillo metálico. Es importante para detectar dolor o sonidos de oquedad en suela y muralla.
Regiones de la cuartilla y corona
El clínico realizara palpación presión a punta de dedo en toda la circunferencia del rodete coronario, con especial énfasis a la realizada en correspondencia con las pinzas del casco y de las porciones mas anteriores de las mamillas. Luego de la palpación de los elementos duros, se procederá a la palpación del tendón profundo (cara volar) y del extensor largo de las falanges (cara dorsal). Siempre deberá verificarse la existencia de contornos y consistencia normal. Realizar una palpación presión para descartar y/o confirmar la presencia de osteofitos por tironeamiento periostico y desmitis de los ligamentos sesamoideos distales. Luego de la palpación se indica al ayudante que tome con firmeza el miembro por la porción proximal de la cuartilla y el clínico inicia la exploración de los movimientos pasivos de las articulaciones interfalangianas. Tomando a mano llena el casco se imprimen movimientos de extensión, flexión, lateralidad y rotación, con el objeto de verificar la amplitud y dirección de dichos movimientos, la existencia de dolor y las características de dicho dolor.
Región del nudo
Es frecuente que esta articulación sea asiento de trastornos patológicos. En  esta articulación se examinara selectivamente los huesos sesamoideos proximales, los ligamentos y la articulación propiamente dicha.
 Sesamoideos proximales con el miembro elevado sostenido por un ayudante a nivel del metacarpo el clínico:
Realizará la palpación presión de cada uno de los huesos sesamoideos, esta debe realizarse sobre el borde posterior de las caras abaxiles, sobre la superficie de las caras abaxiles y sobre el extremo superior de los sesamoideos en la inserción del órgano de Ruini.
Con ambos pulgares se ejerce presión sobre las caras distales de los sesamoideos para evaluar el estado de los ligamentos sesamoideanos distales y luego desde la misma posición se imprimen movimientos leves de flexión y extensión de la articulación, a la vez que se empujan los sesamoideos desde su cara distal. 
Ligamentos articulares se procede a la inspección de todos los puntos de inserción ligamentosa (colaterales, articulares, sesamoideanos, etc.)
Articulación propiamente dicha se realiza la palpación presión a punta de dedo sobre la interlinea articular, en toda su circunferencia, sobre el punto de inserción de la capsula articular y sobre la epífisis del metacarpo y primer falange, especialmente en animales jóvenes, donde las placas de crecimiento están abiertas.
Flexión forzada del nudo maniobra muy importante porque en esta operación de existir dolor se hace evidente. El clínico se coloca mirando hacia el miembro problema ya elevado, apoya el carpo sobre su muslo, y tomando el casco por la muralla con ambas manos se flexiona, observando la posible aparición de reacciones dolorosas. Estas maniobras permiten obtener datos de sensibilidad que podrá encontrarse normal o exacerbada. Cualquier maniobra brusca puede arrojar respuestas falsas positivas, siempre debe compararse con el miembro opuesto.







Grado de movilidad articular. Cuando se realiza la exploración de la movilidad pasiva articular, debe repararse, aparte de los datos relativos a la sensibilidad, la amplitud que presentan los movimientos normales de la misma.

Región de la caña
Los elementos a explorar son los tendones flexores de las falanges, el ligamento suspensorio de los sesamoideos y los huesos metacarpianos.
Tendones flexores y órgano de Ruini.  El ligamento suspensorio de los sesamoideos recibe el nombre de “entrecuerda”, mientras que el conjunto formado por el tendón del flexor superficial y el profundo se denomina “cuerda”. Se inicia la palpación con el miembro en apoyo, situación en la cual, al estar soportando las presiones del peso del cuerpo, ambas estructuras se encuentran en tensión. Se comienza palpando la entrecuerda desde proximal hacia distal, por medio del pulgar e índice y medio colocados en forma de pinza. Primero se deslizan los dedos por la entrecuerda para verificar uniformidad y la posible existencia de deformaciones localizadas, nódulos, etc. Luego se realiza una palpación presión delimitando las deformaciones y rastreando la existencia de dolor. Seguido a esto se eleva el miembro y se procede a una meticulosa palpación, que debe realizarse en toda la extensión de la cuerda y entrecuerda, y en la primera, individualmente para cada uno de los elementos constitutivos.
Metacarpianos. En los huesos metacarpianos existen una serie de puntos osteálgicos que deben ser explorados como norma. En la mayoría de los casos, estos puntos se corresponden a lugares de inserción de ligamentos, fascias, tendones, etc. A las manifestaciones de dolor e inflamaciones de esta zona se las denomina enfermedades de las inserciones.
Región del carpo
Se exploran simultáneamente las articulaciones radiocarpiana, intercarpiana, y carpometacarpiana. Se observa la presencia de deformaciones blandas, verificando su límite, consistencia y posible fluctuación, deformaciones duras. Con el carpo en semiflexión se procede a la palpación a punta de dedo del carpo, reborde anterior del radio, cara anterior y rebordes articulares de los huesos de la fila proximal y distal del carpo y la interlinea de la articulación carpometacarpiana. La investigación del dolor se realiza a través de los movimientos pasivos de la articulación, tomando el miembro de la caña se practica movimientos de pronación, supinación y movimientos de lateralidad. Una maniobra muy importante es la flexion forzada de la articulación del carpo. Consiste en flexionar al máximo esta articulación de tal forma que la cara palmar contacte con las caras palmares del metacarpo y nudo. Se mantiene la articulación en flexión durante 30 segundos a 1 minuto y luego se hace deambular al paciente al trote. Si la cojera se intensifica la prueba es positiva.
Región del antebrazo
Se procede a la palpación de las masas musculares que rodean al radio reparando en su consistencia, tono y sensibilidad
La denominada “brida radial” o ligamento frenador proximal se inserta en una cresta en la cara posterior del radio, por debajo de la mitad del mismo y cerca del borde medial y corresponde a la cabeza radial del flexor superficial, es frecuente el asiento de lesiones, por lo que debe ser explorado minuciosamente.  Manteniendo el miembro explorado elevado y flexionado a nivel del carpo, el clínico lo mantiene por la caña con su mano, con la otra mano palpa a punta de dedo sobre la cara interna del antebrazo en el punto medio entre el pliegue axilar y la castaña, directamente por detrás del borde posterior del radio. Cuando existe dolor el paciente se niega a esta maniobra, lo que se manifiesta más que por el retiro del miembro explorado, por la elevación del brazo.
Región del brazo y la espalda
Al igual que en la zona anterior, se realiza palpación presión para investigar consistencia, tono y sensibilidad de los músculos. Esta palpación es particularmente importante en los músculos de la espalda pues son los que en general originan el dolor y la disfunción locomotora en la cojera de la espalda. Se investiga el grupo ancóneo, el supra e infraespinoso, tanto en su cuerpo como en su inserción y el esternocefalico. Es muy importante realizar los movimientos articulares pasivos de esta articulación.
Articulación humerorradialcubital
  Se comienza con la palpación presión de las estructuras externas de la zona, y palpando el proceso ancóneo para controla su integridad. En este punto se debe considerar la inserción del tríceps braquial. Se realiza la movilización pasiva de la articulación tirando el mimbro hacia adelante. De esta forma se logra extender la articulación, seguidamente, con el miembro extendido hacia adelante, se lo lleva hacia arriba. Lo rotación de la articulación permite explorar los músculos que la rodean, complementariamente se puede llevar el miembro hacia afuera y hacia adentro si se sospecha de los ligamentos colaterales.
Articulación escapulohumeral
En general, la palpación a punta de dedo de las masas musculares de la espalda pueden demostrar la presencia de algias, deformaciones, etc. Las mismas maniobras de extensión y elevación del miembro y la retracción del mismo extiende y flexiona la articulación escapulohumeral y tienen particular valor para detectar trastornos en la misma cuando se ha podido descartar la existencia de lesiones en la articulación distal.

Exploración del miembro posterior
La exploración del miembro posterior sigue los mismos principios enunciados para el miembro para el miembro anterior. Asimismo, la evaluación de las regiones comunes (pie, nudo, caña) es idéntica.
Inspección
La inspección del miembro posterior se realiza siguiendo los mismos principios establecidos para el examen del miembro anterior.
Región del tarso (garrón)
La región del tarso suele ser asiento de deformaciones y desviaciones de importancia, que condicionan la aptitud del equino. Es necesario valorar la posición de los garrones, en lo que hace a sus desplazamientos (cerrado o abierto de garrones) como así también valorar el ángulo de dicha articulación. Son frecuentes en esta región tanto las deformaciones blandas como duras. Las primeras responden a las ectasias de las sinoviales tendinosas (tenosinovitis) caracterizadas por presentar forma alargada y estar emplazadas en correspondencia con los distintos tendones. Este tipo de deformaciones pueden corresponder también a distensiones de la capsula articular, cuya ectasia, característica de la denominada artrosinovitis crónica o hidrartrosis,  presenta 3 fondos de saco: uno anteromedial, otro lateral y el tercero localizada en el hueco del garrón. Otra deformación blanda de la zona corresponde a la ectasia de la bolsa cuneana (bursitis cuneana) ubicada en antero medial del tarso. La última deformación blanda de la zona corresponde a la bursitis calcánea que se localiza en la punta del hueso calcáneo.
Las deformaciones duras de la zona son en general manifestaciones del denominado complejo osteoartrosis társica. El denominado “esparaván” típico (esparaván óseo) corresponde a la deformación dura de la porción anterodistomedial de las articulaciones tarsometatarsianas, intermetatarsiana e intermetatarsianas, involucrando los huesos cuneiformes (1 y 2 pequeños fusionados) gran cuneiforme (tercer tarsiano) y epífisis proximal de los metatarsianos rudimentarios medial y principal. La denominación de “corvaza” corresponde a la deformación que asienta en la parte lateral y distal del tarso. Sobre el lado interno del garrón asienta otra deformación dura denominada “corva” que asienta principalmente sobre el maléolo interno de la tibia parte del hueso astrágalo.
Sobre el perfil posterior de la región y comprometiendo los huesos calcáneo, pequeño cuneiforme y cuboide desarrolla una deformación denominada “trascorva”.




Región de la pierna y Babilla
Ambas regiones, por sus propias características no suelen desarrollar deformaciones específicas, salvo el desarrollo de abscesos, hematomas o tumores factibles de ser detectadas por simple observación, auxiliada por la palpación. En la babilla en casos excepcionales es posible la observación de la ectasia de la sinovial articular. Cuando existen lesiones en esta articulación es fácil observar la actitud postural típica, con el miembro elevado y mantenido en semiflexión “pata a lo tero” y la d la luxación superior de la patela, con la extremidad extendida hacia atrás, (imposibilidad de flexión del miembro, que es arrastrado durante la deambulación).
Región de la Grupa
Las alteraciones de estas estructuras no se hacen evidentes a la inspección, dada la profundidad de la zona. Sin embargo en algunas situaciones como en la subluxación sacroiliaca es posible detectar asimetría en la línea media, cuando se realiza la observación desde atrás. En ocasiones puede observarse un descenso de la grupa como en las fracturas altas del cuerpo del ileon. Es muy frecuente observar la atrofia muscular provocada por las disfunciones locomotoras crónicas o la atrofia refleja, hecho muy evidente a nivel de los músculos glúteos.
 

Palpación
La exploración requiere proceder a la elevación y sujección  del miembro a explorar.
Tarso (articulaciones tibioastragalina, intertarsiana y tarsometatarsia).
Manteniendo el miembro en elevación y sostenido por la mano derecha, los dedos de la mano izquierda se incurvan sobre la cara medial de la articulación del tarso. Con la mano en esta posición, se aplica presión sobre el ligamento plantar para controlar sensibilidad en la zona llamada “trascorva”. Manteniendo la mano en la misma posición, pero usando solo los dedos índice y medio, se aplica presión sobre la cara posterior de la cabeza del rudimentario medial, en el caso de existir dolor, este se manifiesta por flexión y abducción del miembro, cuando el animal intenta sustraerse a la maniobra eso puede interpretarse como un indicio característico de lesiones en la zona tarsica. Otra zona importante para realizar la palpación presión es la bolsa cuneana, esta debe hacerse a punta de dedo en búsqueda de sensibilidad.
Terminada esta fase de la palpación, se toma el mimbro posterior ahora con la mano izquierda y, con la derecha se palpa a punta de dedo la cara posterior de la cabeza del rudimentario lateral.
En esta región debe palparse también el tendón de Aquiles, buscando eventuales engrosamientos y la inserción de la cuerda femorometatarsica (3º tarsal y 3º metatarsiano, y 4º tarsal y 4º metatarsiano)en busca de dolor o deformaciones. En este caso a modo de ejemplo se describió la maniobra utilizada para explorar el tarso izquierdo.
Una prueba tradicional para verificar la presencia de dolor en la zona del garrón es la denominada: flexión forzada del tarso, conocida también como prueba del esparaván y prueba de Hering.
Consiste en mantener el tarso flexionado durante un periodo de tiempo y luego hacer trotar al animal, evaluando lo que ocurre durante los primeros pasos que realiza el paciente. Se considera positiva la prueba cuando, durante los primeros pasos posteriores a la flexión, el animal exhibe una cojera que antes no existía como consecuencia del incremento del dolor producido por la compresión de las estructuras articulares producido por el grado de flexión extremo.
Región de la pierna (tibia)
Es una zona de donde se producen con frecuencia contusiones y fracturas de tibia que pueden varar en cuanto a gravedad clínica. Por palpación presión se debe evaluar la base ósea. También debe realizarse una prolija palpación, especialmente en la cresta tibial, frecuente asiento de procesos osteocondrósicos.
Region dela Babilla(articulación femorotibiorrotuliana)
 Se debe palpar a punta de dedo entre los ligamentos patelares la capsula articular con el fin de determinar si existe aumento de presión del líquido sinovial, debido al volumen de dicha articulación dicho aumento no siempre es visible.
El siguiente paso es forzar hacia afuera la patela con el fin de engancharla sobre el cóndilo femoral medial entre los ligamentos rotulianos medio y medial.

Luego debe evaluarse el ligamento colateral medial. Al examinar el miembro posterior derecho, el clínico debe abordar el miembro desde atrás y mirando hacia craneal ubicando su mano izquierda en la cara interna del tarso, ejerciendo tracción hacia afuera, simultáneamente con el hombro se empuja la babilla hacia medial y la mano derecha se coloca en la cara interna de la articulación tratando de palpar el ligamento. La positividad de la prueba se manifiesta por el retiro del miembro (dolor). Los ligamentos cruzados (sobre todo el craneal) se exploran movilizando la articulación femorotibial. El clínico se coloca detrás del enfermo y empuña con ambas manos la extremidad proximal de la tibia y apoya la rodilla sobre la cara posterior del hueso calcáneo. Desde esta posición se ejerce tracción hacia atrás en busca de movimientos de desplazamientos y ruidos de crepitación.
Región de grupa y muslo
En esta región es importante realizar una minuciosa palpación e las masas musculares debido a su tamaño. Se comienza la palpación ando suaves palmadas o acariciando la grupa para luego ir incrementando paulatinamente la presión. El principio es una palpación a mano llena, para luego, efectuar una palpación presión a punta de dedo en zonas específicas. Se debe palpar en la zona de los glúteos, el cuádriceps y la masa muscular ubicada en la cara medial. Sobre la cara externa debe explorarse la zona del trocánter en busca de dolor o para delimitar y determinar la existencia de deformaciones. La palpación rectal es importante cuando se debe evaluar la integridad de los huesos de la pelvis, así también algunas estructuras ligamentosas y articulares, como es el caso de la articulación sacro ilíaca.
Para la exploración de la articulación coxofemoral se realiza la movilización pasiva tratando de llevar el miembro hacia atrás, tomándolo desde la cuartilla (extensión de la articulación coxofemoral). La positividad de la prueba se manifiesta porque el animal ejerce poca resistencia a la maniobra o deja llevar su miembro hacia atrás sin oponer resistencia. La segunda forma de movilización es traccionando el miembro hacia adelante (flexión articular). Su interpretación es semejante a la de la movilización posterior.

 Exploración de la columna vertebral y examen neurológico.
Dentro de la exploración del aparato locomotor la evaluación de la columna vertebral y el examen neurológico constituyen una parte muy importante que, por su dificultad, suelen dejarse de lado, corriendo el riesgo de cometer grandes errores diagnósticos.
http://t1.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcRFEF0xN0FAOhcawaaUIH02JU3hsv4W5_mzgC5iQu6ISmyS65_l7Q

La columna vertebral constituye un elemento de sostén para músculos, tendones y ligamentos y un mecanismo de protección para la medula espinal.
Anatómicamente se divide en cinco regiones, en cervical, torácica, lumbar, sacra y coccígea. En el equino la formula vertebral es:  
C7 T8 L6 S5 Co 15-21.              
Una vértebra tipo está formada por el cuerpo, el arco, y los procesos.
Medula espinal
Es la porción del sistema nervioso central ubicada en el canal vertebral. Se extiende desde el occipital hasta aproximadamente la parte craneal de la segunda vertebra sacra. La medula se divide en segmentos cada uno de ellos da origen a un par de nervios, de cada lado de la medula espinal se desprenden 42 pares de nervios espinales.
La medula, en general, es de tamaño uniforme, salvo dos ensanchamientos: la intumescencia cervical y la intumescencia lumbar. Estos plexos dan origen a los nervios que se distribuyen por los miembros.
La vía final común de todas las funciones motoras de los miembros es la neurona motora inferior (NMI) que es la neurona eferente que conecta el sistema nervioso central con un músculo efector. Las NMI reciben los axones del encéfalo y tallo cerebral. Estas neuronas son llamadas colectivamente) neuronas motoras superiores (NMS). Responsables de los movimientos normales. En general las NMS inhiben a las NMI. Su disfunción causa la perdida de la inhibición de la NMI y produce respuestas exageradas de la información refleja aferente.
Examen neurológico
El examen neurológico siempre debe estar precedido por un examen clínico completo, debido a que ciertas enfermedades primarias de otros sistemas puedan dar signos nerviosos. El examen formal debe seguir una secuencia ordenada. De Lahunta divide el examen en cuatro partes: 1-   deambulación, 2- reacciones posturales, 3- reflejos espinales, 4- nervios craneanos.  Los objetivos finales del examen es: precisar si hay enfermedades neurológicas, determinar cuál es su ubicación anatómica y establecer la causa. Para evaluar la columna vertebral los autores proponen como plan básico de exploración, el clásico de la semiología, reseña, anamnesis, inspección, palpación y percusión, con el agregado de algunos exámenes complementarios (examen del líquido cefalorraquídeo, radiografías, etc.) 
http://t0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcS9Lj-AVjoY4aBBwuvEg7m6uejxfh2SIj5cXzcl_9aMXpkqLSM_ug
Luego de la metodología semiológica clásica se continúa con el examen de los reflejos, tanto de miembros anteriores y posteriores. Por último se explora el tono muscular a través de la palpación presión con la yema de los dedos.







Comentarios:
  En el presente trabajo se remarca la importancia de la clínica en cuanto al aparato locomotor equino tanto en caballos de deporte como de trabajo, dada por las características de producción extensivas de nuestro país. También desde el punto de vista reproductivo. Es importante el examen clínico exhaustivo, metódico y el acompañamiento de exámenes complementarios (radiografías, ecografías, etc.) y de correctas prácticas de manejo y sanidad de nuestros equinos.  













BIBLIOGRAFÍA

“Exploración del aparato locomotor de los equinos”. Lightowler, c.h. Mercado , Mc. García Liñeiro, D.A.
“Enfermedades quirúrgicas de los miembros del caballo”. Adams, OR. García Liñeiro. Fort Collins.
Material de la cátedra Clínica de Animales de Interés Zootécnico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario