“Manejo rentable y sustentable de un rodeo de cría en el
caldenar pampeano”
Año 2011
Trabajo: Cátedra de Clínica de animales de interés zootécnico.
Profesor: dr. Jorge Merlassino.
Autor: Cristian Albrecht.
Introducción:
La
producción de terneros en un rodeo de cría planteado en el marco de la región
del caldenar pampeano se basa, al igual que en otras producciones, sobre cuatro
pilares fundamentales:
·
Genética
·
Sanidad
·
Nutrición
·
Manejo
Todos
aquellos factores que afecten a alguno de estos pilares, van a afectar a la
actividad en su conjunto, con implicancias en la producción y consecuentemente
en el resultado económico.
En
la actualidad existe suficiente información como para que los productores
manejen con eficacia estos pilares y de esta manera les permita
obtener
mejores índices económicos, reproductivos, sanitarios, etc.
A
través del presente trabajo se trataran de citar los factores o causas que
producen una disminución en los índices anteriormente mencionados y se plantearan
diferentes alternativas de solución para mejorarlos.
Temas a desarrollar:
·
Manejo del pastizal natural y estrategias de
manejo nutricional en base a los recursos alimentarios de la región del
caldenar. Suplementación mineral.
·
Manejo sanitario del rodeo de cría y
aplicación de un plan sanitario.
·
Manejo reproductivo del rodeo de cría:
-diagnóstico precoz de gestación y descarte de vientres.
-diagnóstico de enfermedades venéreas en el toro.
-tipos de destete.
·
Selección de vientres y toros. Manejo
genético.
·
Principios de capacitación del personal.
Descripción de área del caldenar y
ubicación geográfica:
El área del caldenar
se ubica en la parte central de la provincia de La Pampa y sur de San Luis.
Abarcando una superficie de unos 4.000.000 de has.
El
promedio anual de precipitación es de unos 555 mm , siendo distribuidas
dichas precipitaciones mayormente en el semestre cálido, desarrollándose este
ecosistema en un clima templado continental.
Los rangos de elevación sobre el nivel
del mar se encuentran hasta los 400 metros .
La vegetación que predomina es un
bosque deciduo, dominado por el caldén (prosopis caldenia Burk), árbol de la
familia de las leguminosas.
Originalmente, el
caldenar fue un bosque abierto, y sus árboles alcanzaban una altura de 10 a 12 metros en la madurez,
con grandes espacios abiertos entre ellos.
La
cobertura aérea aunque variable, alcanzaba un 30 a 35 %. La densidad de
arbustos era baja. La densidad del caldén siempre fue menor donde la textura de
los suelos es más gruesa, formando un pastizal con aspecto sabánico.
Hoy,
la interacción entre la explotación forestal, el sobrepastoreo y la exclusión
del fuego del ecosistema, han provocado un desmesurado aumento de la densidad
del caldén, así como la invasión de otras leñosas.
De esta manera
incrementaron notablemente su densidad otras especies de prosopis, además de
chañar, chilladora, jarilla, molle, entre otras.
La
distribución de estas especies se ve influenciada por la topografía y la
textura del suelo. Los arbustos son más densos en las áreas con pendientes y el
caldenar típico prevalece en las áreas bajas.
Las
zonas con arboles grandes se encuentran en los sectores con textura de suelo
más fina. La dispersión y la mejora en la germinabilidad de semillas de las
especies leñosas por la hacienda, es un importante factor en el incremento en
la densidad de estas especies, especialmente de los prosopis.
Originariamente el
estrato herbáceo fue dominado por
especies de porte bajo, como el unquillo (Poa ligularis Ness ex Streudel),
flechilla negra (Piptochaetium napostaense Speg.), flechilla fina (Stipa tenius
philipi), gramilla cuarentona (Sporobolus cryptandrus), y pasto plateado (Tichacne
califórnica).
(Fotos:
plantas de flechilla fina en distintos estadios del ciclo según pastoreos.
Junio 2011)
Había
también especies de altura intermedia, como paja fina (Stipa tenuisima
Trinius), paja blanca (Stipa gynerioides Phil.), pasto puna (Stipa brachichaeta
Gordon) y paja amarga (Elyonorus muticus).
(Fotos:
pajas en distintos estadios del ciclo según pastoreos)
Las
especies bajas tienen generalmente buen valor forrajero y son más comunes hoy
día en áreas abiertas y en potreros que son manejados de forma correcta y no
sobrepastoreados.
Las
especies intermedias (pajas) tienen muy poco u nulo valor forrajero y es
común encontrarlas en lugares de sombra
y en potreros que fueron sobrepastoreados.
El
reemplazo de especies de porte bajo por otras de altura mayor provoca un
aumento en la cantidad de material fácilmente combustible, y en consecuencia
también aumenta el riesgo de incendios, los cuales en las últimas décadas han
sido devastadores.
El
área fue colonizada en la última centuria, siendo la producción ovina
predominante en las primeras décadas. Actualmente casi la totalidad del
caldenar soporta producciones de cría o de cría y recría de bovinos, con una
carga cercana a las 0.13 UG/ha en promedio.
Manejo del pastizal natural del caldenar:
Al manejar el pastizal, como con
cualquier otro recurso, deben fijarse objetivos. Se pueden encontrar dos
extremos en la mentalidad de quienes lo manejan.
Por un lado están
quienes pretenden mantener el área sin modificaciones, objetivo ideal y
admirable, pero que en la práctica tropieza con un sinnúmero de inconvenientes.
El primero es que parece poco lógico pretender extraer de un ecosistema un
producto que no le es propio (en nuestro caso terneros), sin modificarlo. Por
otra parte este ecosistema ya ha sufrido cambios lo suficientemente intensos
como para que no se pueda esperar que el mismo vuelva a una situación semejante
al “clímax” originario.
Así, si se quisiera revertir el
deterioro simplemente excluyendo el pastoreo, seguramente se tendería hacia un
estado con mayor cobertura de especies de porte intermedio de escaso o nulo
valor forrajero. Esta acumulación de material combustible en algún momento
desembocaría en un incendio devastador, y nos encontraríamos en la situación
exactamente opuesta la que se pretendía llegar.
En el otro extremo
están quienes pretenden una máxima producción de carne, sin medir el costo que
significa la destrucción del recurso, con las preocupantes secuelas que ello
produce. Seguramente, los inconvenientes económicos por los que han atravesado
los productores pecuarios, han hecho que muchos de ellos no hayan tenido otra
alternativa que encolumnarse cerca de ese extremo.
Es necesario entonces,
fijar un objetivo que contemple algunas pautas que no pueden dejarse de lado.
La primera, establecer el mayor beneficio económico posible. La segunda, es la
relativa sustentabilidad del sistema.
Estrategias
de manejo:
Las plantas del pastizal
natural se encuentran en una competencia constante (luz, nutrientes, agua,
etc.) y el productor agrega, con el manejo, importantes elementos que pueden
definir dicha competencia.
Respecto al pastoreo,
cuando el potrero está dominado por especies forrajeras, si se quiere mantener
esta situación de relativo equilibrio no deberán sobrepasarse umbrales que
afecten las reservas de las plantas dominantes, por lo que es conveniente hacer
uso del pastizal con pastoreos moderados. Cuando el pastoreo es excesivo, se
producen espacios vacios que son aprovechados por otras especies con otras
habilidades competitivas. Cuando esta situación se mantiene por un tiempo
prolongado, encuentran su oportunidad especies cuya estrategia no es tolerar el
pastoreo, sino escapar de él. Por ello es que comienzan a ganar un espacio cada
vez mayor las pajas.
El corte es altamente
detrimental para las especies intermedias, por lo tanto, cuando en pastoreos
intensos en los que los animales están obligados a consumirlas, se supera un
nuevo umbral, y aparecen especies que utilizan una defensa más onerosa, y que escapan
al pastoreo con defensas químicas, productos indigestivos, venenosos o poco
palatables para el animal.
Pero conviene
detenerse en la etapa intermedia de este proceso. Es muy común encontrar
estados transicionales en los que hay una densidad relativamente importante de
especies de porte bajo y una considerable cobertura de especies de porte
intermedio. Si el productor decide en éste caso un descanso prolongado con el
fin aparente de aumentar el vigor de las especies bajas forrajeras (flechillas,
unquillo, etc.), encontrará un resultado opuesto al esperado. Este es uno de los errores de manejo más frecuente,
ya que, el descanso de un semestre provoca un aumento significativo del
“empajamiento” al aumentar la
competencia por la luz, y esto beneficia a las especies de mayor altura,
dándole la oportunidad a las “pajas” de capitalizar este cambio relativo en la
oferta de los recursos.
Cuando
los pastoreos intensos alternan con descansos relativamente breves, se ha
observado que se mantiene un estrato herbáceo productivo, con una buena
proporción de especies forrajeras. La explicación estaría dada en el hecho de
que este esquema logra mantener baja la cobertura de todas las especies herbáceas,
no limitando el acceso de luz, permitiendo la recuperación de las especies
bajas, haciendo efectivas sus adaptaciones basadas en la tolerancia al pastoreo.
Lamentablemente este esquema,
que podría ser un paradigma de manejo y que es poco practicado por los
productores, no puede llevarse a cabo por la falta de infraestructura, como son
los potreros excesivamente grandes.
Una de las posibles opciones
es el uso del fuego como herramienta de manejo. Pero debe considerarse que el
mismo debe usarse solamente bajo ciertas circunstancias, y limitados en tiempo,
espacio e intensidad calórica.
En primer lugar en el momento adecuado.
Lamentablemente es común el uso del fuego al finalizar el invierno, como un
fácil escape al déficit forrajero. Si esto se hiciera 6 meses antes,
seguramente no se produciría ese déficit, y se hubieran creado las condiciones
para un estrato herbáceo más productivo. Por eso es importante realizar las
acciones de manejo dentro de una planificación, y no dentro de estrategias de
corto plazo. De acuerdo a lo antedicho, la época propicia para la realización
de quemas prescriptas sería el fin del verano.
En segundo término los fuegos deben acotarse
espacialmente. No tendría sentido quemar un área con una alta densidad de
forrajeras ya que, sólo lograríamos disminuir esa alta densidad.
Además deben quemarse superficies
lo suficientemente pequeñas como para que la carga animal interactúe con el
fuego.
En tercer lugar, el fuego debe ser acotado en su
intensidad. Cuando el calor es excesivo se produce la muerte de la parte aérea
de las leñosas más altas. Esto no solo quita valor paisajístico, sino que
eliminamos una fuente de protección, tanto del suelo como de los animales,
además del rebrote fachinaloso para nada aprovechable.
La combinación que nos
podría mantener al caldenar en un estado de relativo equilibrio con la máxima
producción de bienes que satisfagan necesidades humanas (carne, madera,
recreación, etc.), sería: altas cargas en poco tiempo, descansos no excesivamente
largos, uso razonable del fuego.
Para
poder llevar a cabo este manejo es fundamental contar con la mayor cantidad de
picadas posibles. Si se analiza el costo relativamente bajo que tiene su
construcción respecto de su utilidad, el productor pecuario no debe dudar de lo
acertada que es la decisión empresarial de construirlas.
Estas permiten el uso del
fuego, facilitan el manejo de la hacienda, y es la vía necesaria para la
introducción de otras dos tecnologías económicas necesarias para lograr un
adecuado manejo: el alambrado y la distribución del agua.
Manejo Sanitario del rodeo de cría:
El manejo sanitario de un rodeo de
cría incide directamente en la armonía total del sistema y para el mismo se
debe contar, cada vez más, con el asesoramiento y dirección profesional para
determinar causas y orquestar soluciones ante los problemas que se presenten.
No obstante ser el Médico Veterinario
el encargado de prevenir y tratar
las enfermedades que se presentan en el rodeo, cada asesor o productor debe
contar con un calendario mínimo de actividades
profilácticas a observar en el transcurso del año, a fin de que bajo la
supervisión del Médico Veterinario se vayan aplicando al rodeo.
El principio básico de un estado real
de salud animal, se refleja en diferentes indicadores objetivos de la
normalidad fisiológica en los bovinos de cría, que permiten conducir un plan
preventivo de salud animal, son:
·
Peso promedio adecuado a la especie, edad y
estado fisiológico.
·
Pelaje brilloso y corto en verano y largo y
firme en invierno.
·
Aspecto saludable y robusto.
·
Actitud y mirada vivaz.
·
Mucosas aparentes rosadas.
·
Deposiciones consistentes, acordes con el
pastoreo, sin llegar a diarreicas.
·
Región perineal limpia.
Por otra parte es necesario recordar
los factores que intervienen en el ciclo biológico de las enfermedades, a causa
de que permiten identificar el lugar de la cadena en el que se puede actuar
para evitar la presentación de enfermedades epizoóticas:
La interrupción de este ciclo se
realiza:
-fortaleciendo al huésped (población
animal)
-eliminando el agente (bacterias,
virus, parásitos, etc.)
-modificando el medio.
Para el caso del planteo de un rodeo
de cría en el caldenar pampeano,
resulta interesante resaltar el último punto.
El control o modificación del medio
consiste en disminuir los factores predisponentes para que no actúen
negativamente sobre el animal (huésped).
Dichos factores predisponentes son
fundamentalmente climáticos, nutricionales y de manejo. Estos últimos
constituyen las fallas o falta de programación, las fallas de implementación y
las de decisión. Faltas de programación se observan por ejemplo frecuentemente
en el destete y el estrés que este produce sobre los terneros.
Una manera de
disminuir este estrés, es evitar la acumulación de causas predisponentes, como
puede ser castrar, marcar y destetar en una sola operación. Por otra parte, el
estrés del cambio de dieta, mixta láctea-forrajera a forrajera plena, se
disminuye mucho si se le ofrece al ternero un forraje tierno y digestible, con
una disponibilidad suficiente y que lo haga fácilmente aprehensible por el
animal, para lo cual se debe haber pensado con anticipación y tomado los
recaudos necesarios.
Al no existir una programación
adecuada, las decisiones se toman sobre la marcha y no siempre son válidas, ya
que si tampoco se pensó en el alimento para la vaca de cría con suficiente
anticipación, cuando ésta pare en invierno y no cuenta con él, será tarde para
lamentarse y habrá que esperar hasta que se reponga en la primavera para que
pueda ovular y quedar preñada dentro de un lapso racional. Otra de las fallas
frecuentes por falta de implementación o falta de decisión puede encontrarse en
el estacionamiento del servicio.
Plan Sanitario Preventivo en el rodeo de cría:
-Aftosa:
Se vacunara a todo el rodeo en forma
obligatoria. Actualmente las disposiciones oficiales establecen vacunar en febrero-marzo a todo el rodeo y en
septiembre-octubre sólo a los terneros.
En el caso de terneros
mamones, no reaccionan bien a la vacunación antes de los 60-90 días de vida,
debido a la interferencia de anticuerpos calostrales maternos. Por lo tanto la
primovacunacion se debería efectuar alrededor de los 4-5 meses, y repetir antes
del destete con un intervalo de 20-30 días entre una y otra aplicación. Para
ello la vacuna debe mantenerse entre 4 y 8 °C por medio de heladeras o conservadoras.
Vacuna de aplicación subcutánea.
Ante síntomas de aparición
de enfermedad la denuncia es obligatoria y se debe suspender todo movimiento de
hacienda.
-Mancha y gangrena de los
terneros:
Vacunar a todos los terneros alrededor de los 3 meses
de edad. Revacunar al destete y a los 6 meses nuevamente.
No cuerear los terneros
cuya muerte haga sospechar de mancha en los potreros de pastoreo; éstos deben
ser enterrados cubriendo el lugar previamente con cal.
-Carbunclo:
Vacunar a todo el rodeo antes del
verano con vacuna cepa Sterne en campos con bajo índice de infestación y en
caso de campos muy contaminados revacunar a los 6 meses. Ante muerte igual
procedimiento que con mancha.
-Brucelosis:
Vacunación obligatoria a todas las
hembras entre los 3 y 6 meses de edad.
Realizar investigación serológica anualmente, eliminando todas aquellas vacas
con reacción positiva. Conviene realizar esta práctica en la época del
diagnostico de preñez.
Destruir todos los fetos abortados y
sus envolturas por medio del fuego o enterrar en el lugar extremando medidas de
seguridad en el manipuleo.
Apartar vacas abortadas y mandarlas a
venta.
Coincidentemente con el control de
brucelosis puede realizarse el control de tuberculosis a través de
tuberculinización.
-Diarrea neonatal:
Vacunación de madres 60 y30 días preparto,
la vacunación del ternero luego del nacimiento es cuestionada a causa de
registro de problemas de isoeritrólisis.
-Enfermedades parasitarias:
Aplicación de endectocidas sistémicos
en febrero-marzo, pudiendo repetir cada 6 meses. Cuestionado el uso indiscriminado
de desparasitarios de amplia difusión a causa del alto desarrollo de
resistencia.
En el caso del rodeo de cría es
aconsejable desparasitar al destete y controlar periódicamente el grado de
infestación en los terneros mediante el recuento de huevos en materia fecal
(huevos por gramo: hpg).
Para determinar el grado de
infestación en los potreros y su evolución, se pueden realizar recuentos de
larvas en los pastos, refiriendo los resultados a larvas por kilogramo de pasto
seco.
-Enfermedades venéreas: control de
toros
Entre estas enfermedades las más
comunes son la tricomoniasis y la campilobacteriosis. Ambas se transmiten por
la monta y causan muertes embrionarias precoces y a veces abortos. Además
disminuyen los porcentajes de preñez en vaquillonas con entore de no más de 90
días, o en el rodeo general, cuando éste, libre de enfermedad, se infecta por
primera vez.
Para el diagnóstico de estas
enfermedades el Médico Veterinario deberá realizar un chequeo diagnóstico sobre
todos los toros mediante muestreos prepuciales (raspajes de mucosa prepucial).
Dicho chequeo debe realizarse con suficiente anticipación al servicio, como
para poder tratar a los enfermos o buscar reemplazos con tiempo.
Conviene realizar los muestreos junto
con un análisis clínico completo (genitales internos y externos), aplomos,
dentadura, vista y estado general. Este examen puede ser realizado en otoño, a
fin de no conservar durante el invierno a animales que luego no se podrán usar.
Ene
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Feb
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Mar
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Abr
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May
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Jun
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Jul
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Ago
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Sep
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Oct
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Nov
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Dic
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Servicio
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X
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X
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X
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Parición
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X
|
X
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X
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Tacto
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X
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Destete
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X
|
X
|
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Revisación pre-servicio
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X
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De toros y de vientres que ingresaran al
servicio.
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Mancha, gangrena, enterotoxemia
|
X
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Vacunar todo el rodeo. Se utiliza una vacuna
triple o cuádruple. Se vacuna al destete (primovacunación con dos dosis) y
una revacunación anual.
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Hemoglobinuria bacilar (meada de sangre)
|
X
|
Vacunar a todos los vientres y toros a partir de
los dos años de edad (la primovacunación con dos dosis).
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Brucelosis
|
X
|
Se vacunan las terneras entre los 3 y 8 meses de
edad.
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Queratoconjuntivitis
|
X
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Se vacuna todo el rodeo (primovacunación con dos
dosis).
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Parásitos gastrointestinales y Fasciola hepatica
|
X
|
X
|
Al destete se desparasitan los terneros y el
resto del rodeo para limpiarlo antes del invierno. A partir de primavera se
debe desparasitar de acuerdo al manejo y análisis. Es recomendable
desparasitar animales de 1 y 2 años, ya que son más susceptibles.
|
||||||||||
Análisis de materia fecal
|
X
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Comenzar a realizar muestreos mensuales 45-60
días luego de desparasitar.
|
Manejo Reproductivo del rodeo de cría:
Manejo de los Toros:
La función de los
toros sólo se hace evidente en el momento o época de servicio. Sin embargo, es
fundamental mantenerlos durante todo el año en las mejores condiciones
posibles, para que al llegar a dicha época se encuentren aptos para cumplir con
su cometido.
Si bien intervienen con una proporción
muy baja con respecto a las vacas (4-6 %
en campos del caldenar), su función es muy importante, ya que si el que
falla es el toro se pueden perder, por lo menos en forma teórica, entre 16 y 25
terneros cada 100 vacas.
Por otro lado pueden transmitir a su
descendencia caracteres genéticos defectuosos; a las vacas enfermedades que
pueden afectarlas o afectar su gestación; y a otros toros, enfermedades
venéreas cuando montan las mismas vacas.
Revisación de los toros:
Es necesario, antes de
usar los toros como reproductores, tratar de descartar todo animal con cualquier
tipo de enfermedad o defecto.
Para esto se recurrirá a
un examen que incluye:
-examen físico general: dentadura (vejez),
problemas locomotores (aplomos), problemas en la visión.
-examen genital: prepucio, pene, testículos,
epidídimo y conductos deferentes. También se deberán revisar los genitales
internos (uretra, próstata, glándulas y vesículas seminales).
-pruebas diagnósticas específicas: tuberculosis,
brucelosis, tricomoniasis, campilobacteriosis y leptospirosis.
-pruebas complementarias: capacidad
de servicio, líbido, comportamiento social, etc.
-análisis seminal: motilidad y recuento en cámaras
de Newbauer.
-medida de circunferencia escrotal: deben
tener más de 30 cm
en toros de razas británicas a los 12-18 meses de edad. Existe correlación positiva
entre circunferencia escrotal y producción seminal diaria. También existe
correlación, cuando se toma en toros jóvenes, con la edad a la pubertad de
vaquillonas emparentadas.
Obtenida esta información, se podrá decidir cuales toros entraran
al servicio y cuáles no, evitando de esta manera incurrir en costos
innecesarios, evitar enfermedades y defectos indeseables, aumentando de ésta
manera la rentabilidad del rodeo.
Manejo a través del año:
Previo al servicio,
los toros deberán colocarse en potreros con alta disponibilidad y calidad
forrajera, con la intención de que tengan un buen estado corporal y que en lo
posible acumulen una cierta cantidad de reservas, importante a causa de que
durante el servicio el tiempo destinado, por parte del toro, para la ingestión
de alimento es menor ya que dedican parte de este tiempo en detectar grupos de
vacas sexualmente activos.
Durante el servicio los toros
peleadores o aquellos que estén lastimados deberán ser retirados del potrero y
reemplazados por otros si fuese necesario.
Estudios de comportamiento animal
indican la no conveniencia de la rotación de toros durante el servicio, a fin
de evitar romper el orden social establecido, pues hasta que este se
restablezca nuevamente pasara un tiempo en el que pueden perderse algunos
celos.
Terminada la época de servicio, se
retiran los toros del rodeo, colocándolos nuevamente en lo posible en potreros
empastados con el fin de que se recuperen. Deberá tenerse especial cuidado de
que los alambrados de dicho potrero estén en condiciones, para impedir que los
toros, ante algún estimulo olfativo o visual, realicen servicios por “robo”.
Debe aprovecharse cada ocasión de
encierre del rodeo para revisar los toros, curarle heridas por peleas, golpes,
corregir y arreglar pezuñas, etc.
La vida útil de los toros se calcula
en 4 o 5 servicios, lo que determina la necesidad de reposición del 20 o 25 %
anual. La reposición debe efectuarse con toros de cabañas de la zona (adaptados a la zona del caldenar), o
planear la producción de toros con los terneros producidos en el
establecimiento. El peligro de la consanguinidad en rodeos generales de más de
300 vientres se diluye enormemente, calculando una vida útil de las vacas de 7
años, pues resultará difícil que una vaca que produce un ternero en su segunda
parición a los 4 años, sea servida por su hijo, que entra al servicio con 3
años, pues la vaca ya tendrá 7 años. Por otra parte existiendo varios toros en
el rodeo, las posibilidades disminuyen aún más.
La inseminación artificial con semen
de toros buenos constituye una alternativa aún más interesante, dada la
economía que puede representar la propia producción de toros.
Elección de los toros
para el servicio:
Aprobados los toros en
cuanto a sanidad y aptitud reproductiva, se plantean previamente al servicio,
dos preguntas clave:
-¿Qué toros emplear con las vaquillonas?
-¿Cuáles utilizar con las vacas?
Generalmente, para el
rodeo de vacas adultas no existen problemas en cuanto al tamaño de los toros.
Es interesante señalar que el “tamaño” del toro en condiciones de entrar al
servicio, puede ser considerado desde dos puntos de vista: “fenotípico o real”
y “genotípico o potencial”.
En base a lo anterior se
plantea que, para vaquillonas deben
usarse toros de la misma o distinta raza, pero que sean genéticamente pequeños.
Para las vacas se podrán usar toros potencialmente o genéticamente grandes,
salvo que se detecte que transmiten caracteres no deseables para la
descendencia.
Manejo Reproductivo de las Hembras:
-Manejo antes del
servicio:
Cuando se
analiza un rodeo de cría en producción, debe prestarse especial atención a la
época en que en él se realiza el entore, ya que será responsable de la época de
parición, lactancia, destete, diagnóstico de preñez, etc.
Ventajas
de ordenar el rodeo y estacionar el servicio:
Los
primeros pasos para aumentar la eficiencia serán dirigidos al ordenamiento del
rodeo, correspondiendo este tiempo tanto a la aplicación de un plan sanitario
adecuado, como al estacionamiento y la limitación de la época de servicio y la
separación del rodeo por categorías.
Esto
último permitirá un manejo distinto para cada una de ellas, alimentario,
condiciones para la maternidad, sanitario, toros según tamaño, etc.
Luego de
ordenado el rodeo, se procederá al estacionamiento
del servicio, esto es hacerlo coincidir con el momento de máxima oferta
forrajera que pueda ofrecer cada campo y de restringirlo además a un período
que no supere los 90 días. Existen diversas estrategias explicadas ampliamente
en diversos libros referidos al tema, dichas estrategias pueden resumirse y
simplificarse en dos, estacionamiento brusco
o gradual.
Un rodeo en
estas condiciones, presentará múltiples ventajas con respecto al mismo rodeo
pero no estacionado. Estas son: al tener un entore de 3 meses, tendrá también
una parición de igual longitud, achicamiento de distancia entre cola y cabeza
de parición, se podrá prever la alimentación de las vacas, se podrá efectuar el
destete a comienzos del otoño, con pastos ricos y nutritivos para el ternero y
la vaca, e inmediatamente al destete se podrá realizar el diagnóstico de
preñez, separando para su engorde y posterior venta los animales vacíos. Si se
venden los terneros al destete, como en
la mayoría de los planteos en la región del caldenar, el lote de venta será
más homogéneo, obteniendo en la feria mejores ofertas, haciendo más rentable el
proyecto.
-Época de entore:
En un
rodeo ordenado, después de la parición en invierno, sucederá el nuevo servicio
en primavera. Es fundamental que el ordenamiento del servicio haya llevado al
productor a estacionar su servicio en la época de mayor oferta forrajera. Esta
coincide, en los campos del caldenar aproximadamente en los meses de noviembre-diciembre-enero.
Cabe
recordar para ésta época la necesidad de aptitud no solo de las vacas, sino
también, y con una gran relevancia, la aptitud de los toros, siendo el
porcentaje apropiado para nuestros montes, un 4-6% de toros.
-Intervalo Parto-Primer
Servicio:
El lapso entre el
parto y el primer servicio es sumamente importante,
ya que cuanto mayor sea dicho período, habrá mayor número de vacas cíclicas al
comienzo del servicio. Esto de traducirá en un mayor porcentaje de vacas
preñadas o en un menor número de servicios por concepción. Cuando se habla de
número de servicios empleados para lograr la preñez se debe tener en cuenta que
se considera el número de celos y no la
cantidad de veces que es servida una vaca mientras está en celo.
Con
intervalos parto-primer servicio de 27-50 días, se necesitan 1,94 servicios por
concepción. A medida que aumenta este intervalo desciende el número de servicios (montas) por celo, porque la
fertilidad del primer y segundo celo es menor que la de los siguientes.
-Manejo desde fin del
servicio hasta el destete:
El
servicio finaliza con el retiro de los toros del rodeo, y tanto en pasturas
naturales como cultivadas, coincide con la finalización del ciclo anual de las
plantas y la consiguiente pérdida de calidad de las mismas al florecer y
fructificar.
Digestibilidad de las pasturas y
producción láctea:
Pasturas
que durante otoño-invierno tienen una digestibilidad del 60% o más, llegan a
superar el 70% a principios de la primavera y luego disminuyen al 50% o menos
durante el verano.
La falta
de calidad de los forrajes incide en la disminución de la producción láctea y a
veces en la pérdida de peso vivo de las vacas. Como consecuencia se resentirá
la ganancia diaria de los terneros.
Esto
permite llegar a la conclusión de que, si se calcula que los terneros nacen,
término medio en agosto, en el mes de diciembre los terneros tendrán
aproximadamente 120 días de edad, que es cuando se produce la declinación de la
producción láctea y esto indicaría aún más la necesidad de estacionar el
servicio para poder tener un lote homogéneo
y así hacer coincidir dicha disminución de la digestibilidad de las
pasturas con la época de destete.
-Manejo del destete:
Tradicional, Anticipado, Precoz:
El destete tradicional, a la edad de 8 a
10 meses, poca ventaja aporta en lo que se refiere a descanso efectivo y
recuperación de las madres. A fin de que la vaca pueda realmente recuperar
estado y peso para afrontar un nuevo invierno, el final de una gestación, la
parición y un próximo servicio, es aconsejable realizar el destete en forma anticipada, cuando el ternero tiene entre 5 y 7
meses de edad y en un momento que coincide con el comienzo del otoño climático.
Este momento tiene dos ventajas: para la madre, permite un período más largo
entre destete y parto; y para el ternero, le permite cambiar la dieta en
momentos en que es posible encontrar forraje de regular digestibilidad.
Una
última alternativa la constituye el método de destete precoz, a los 2 a 3 meses de edad, con dietas especialmente
formuladas para el ternero, que se mantiene a corral. Representa una excelente
escapatoria para años climáticamente desfavorables para asegurar el recupero de
las madres para el próximo servicio; pero lamentablemente los costos de los
fletes, costos de asesoramiento veterinario, falta de capacitación del
personal, y mentalidad de los productores impiden muchas veces el desarrollo de
esta tecnología en los campos del caldenar.
La Importancia del vínculo con el personal:
“Cuando, en una reunión de amigos, un productor plantea sus
dificultades para conseguir un puestero que esté dispuesto a quedarse en el
campo todo el año, día y noche, para revisar en los momentos clave su rodeo, es
momento de cuestionase seriamente aspectos que van más allá de lo estrictamente
económico, para pensar en el tipo y calidad de relación que él está
ofreciendo”.
En las
últimas décadas, las empresas agropecuarias argentinas experimentaron un
proceso de cambio tecnológico que las llevó a ganar eficiencia y
competitividad. Sin embargo, la brecha existente entre la capacitación que
recibieron los empresarios y la de quienes ejecutan las tareas en el campo –en particular en la ganadería- es cada
vez más amplia.
La nueva empresa
agropecuaria, comprende un ámbito mayor que el de la producción de granos,
carnes, o productos con valor agregado, para transformarse en un espacio que
configura lo social y organiza la vida de la gente; mientras que el trabajo ha
dejado de ser sólo un contrato económico, para transformarse en un mecanismo de
validación social, de aceptación por parte de la sociedad de lo que una persona
es capaz de hacer. Y es momento de que
el campo comience a incorporar ciertas
prácticas que vayan en ese sentido.
Capacitación, comunicación y
paradigmas
Un proceso de capacitación
eficiente debería hacer hincapié en aspectos clave como la motivación y la
comunicación, más allá de la instrucción
de las actividades específicas en el campo.
El verdadero corazón de
las empresas, su motor de crecimiento, está dado por la formación de equipos de
trabajo cuyos intereses trasciendan los personales en pos de un objetivo común,
con metas claras y una visión consensuada. Y esto se logra con cambios en los
paradigmas respecto de las estructuras tradicionales de las organizaciones y,
sobre todo, con cambios de actitud de los empresarios y de los mandos
intermedios, si los hubiera, (ej. Veterinarios asesores).
En cuanto a la motivación,
no se administra en comprimidos, ni tampoco se relaciona únicamente con
incentivos monetarios, sino que se deben crear ámbitos especiales para
generarla, comenzando por el propio convencimiento de que se están haciendo las
cosas bien, para el bien de la empresa y de las personas que la componen.
Comunicar y motivar
Dar una instrucción para
que el personal realice una tarea no siempre implica que exista comunicación
entre el dueño o el encargado y su gente, es decir, informar no es comunicar.
La información debe
involucrar necesariamente a las partes en cuestión: emisor y receptor. Si se
orienta en un solo sentido estamos perdidos. Para entender ese proceso hay 4
aspectos clave:
-el mensaje no es lo que
se dice, sino lo que entiende el otro.
-si el receptor entiende
mal, el responsable es el emisor.
-mal o bien, el mensaje
pasa.
-el 30% del mensaje está
en el contenido y el 70% en la forma.
El
desafío de articular los cambios pertinentes y de motivar al personal comienza
desde la dirección. Se debe asumir un
modo de trabajar en red o en equipo, distinto del modelo verticalista
tradicional.
Desde el punto de vista
motivacional, es importante hacer algunos cambios clave. El primer estímulo
debe provenir del dueño de la empresa. Cuando se capacita al personal, no sólo
se alcanza el objetivo de hacer que otras personas se sientan realizadas, sino
que ese estado hará que la empresa sea más eficiente. Los especialistas
sostienen… “no es lo mismo atravesar la peor seca para una empresa cuyo
personal tiene puesta la camiseta,
que con personas que sólo concurren a trabajar para cobrar su salario”
Algunas recomendaciones
para mantener al personal motivado son las siguientes:
-Bonificaciones
según eficiencia medidas siempre en la misma escala.
-Revisar las
condiciones edilicias y ver que las necesidades básicas del empleado estén
resueltas.
-Reconocimiento
verbal y público de las acciones bien hechas.
-Capacitación.
Cómo empezar
Un camino es empezar a trabajar en equipo. Teniendo en cuenta
estos conceptos, es fundamental establecer objetivos y definir la visión de la
empresa así como el rol que deberá ocupar cada individuo.
Fuentes:
·
libro de INTA “Aspectos ecológicos del
estrato herbáceo del caldenar y estrategias para su manejo” Llorens Enrique y
Frank Ernesto.
·
“Manejo de un rodeo de Cría” Jorge Carrillo.
Editorial Hemisferio Sur.
·
“Manual Merck de Veterinaria” quinta edición.
Editorial Océano/Centrum.
·
“Calendario Sanitario” http://www.inta.gov.ar/esquel/info/documentos/animal/bovinos16.htm
·
Revista CREA (N° 368 Junio 2011)
·
Fotografías: fuente propia. Zona de “El
Durazno”, a 130 km
de la ciudad de Santa Rosa”.
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