sábado, 1 de noviembre de 2014

Martín, Pamela - Trastornos alimenticios en bovinos: Meteorismo- Acidosis Ruminal- Intoxicación con nitratos.


Trastornos alimenticios en bovinos:
Meteorismo- Acidosis Ruminal- Intoxicación con nitratos.

Presentado por: Martín, Pamela.
FCV-UNLPam 2013



Prólogo.

A través del siguiente trabajo, se tratarán 3 de las patologías más frecuentes y comunes de los rodeos bovinos, tanto extensivos como intensivos; de cría o lechería.
Todas comparten una causa común: desde desbalances en la administración de la ración, hasta desequilibrios nutricionales que conllevan al desmejoramiento del estado general del animal y/o del rodeo hasta descenso en la producción, y de no tratarse a tiempo, conllevan importantes pérdidas económicas.
Durante el desarrollo del siguiente informe, se hará un breve recordatorio fisiopatológico de cada uno de los trastornos, pretendiendo hacer especial hincapié en los factores de riesgo, la diferenciación clínica a campo y los tratamientos disponibles actualmente.



















                                                                                                      
Introducción.

La alimentación de los rumiantes se basa en una simbiosis entre los microorganismos del rumen y el animal. El rumiante aporta alimentos y las condiciones adecuadas del medio (temperatura, pH, anaerobiosis, ambiente reductor, etc.) y las bacterias utilizan parcialmente los alimentos, haciendo útiles los forrajes que de otra forma serían indigestibles para la mayoría de los mamíferos, aportando los productos de la fermentación con valor nutritivo para el rumiante: ácidos grasos volátiles y la proteína microbiana.
Si esta relación se distorsiona por cambios en la ración o ciertas sustancias, se produce un desequilibrio en la microflora ruminal que conduce a diversas alteraciones.

El empaste, timpanismo o meteorismo es producido por la dificultad de eliminar los gases ruminales generados desde la fermentación de los alimentos, principalmente dióxido de carbono y metano, contenidos en su mayoría dentro de una espuma muy estable, la que impide su eliminación por el eructo. La presencia de espuma está muy asociada no sólo a las especies forrajeras consumidas (leguminosas), sino muy especialmente al estado fenológico en que son pastoreadas las mismas con el objetivo de maximizar la producción.

La acidosis ruminal es un problema muy frecuente en el ganado lechero, en comparación con el ganado para carne. Es consecuencia de una alimentación con alto contenido de grano altamente fermentable, como suplemento energético, para rumiantes cuyo metabolismo se encuentra plenamente adaptado al consumo de forraje.

El nitrato (NO3), per se, no resulta tóxico en el organismo del animal, excepto cuando es consumido en grandes cantidades desde el ambiente (como aguas de bebida, suelo); la mayor toxicidad la presenta el nitrito (NO2) y, en algunos casos, la acumulación de amoníaco (NH3) generado durante la digestión y metabolismo de compuestos proteicos y no proteicos en el aparato digestivo.










METEORISMO/ EMPASTE/ TIMPANISMO:
Etiología.

La concentración de gases en rumen se encuentra aproximadamente en las siguientes proporciones: 65% de dióxido de carbono (CO2), 27 % de metano (CH4), 7 % de nitrógeno (N2) y 0,6 % de hidrógeno (H2). Estos se ubican en una única burbuja en la parte superior del saco dorsal del rumen que es desplazada por los movimientos ruminales coordinados para su eructación. Cuando el bovino es incapaz de eliminar esos gases, la presión intraruminal se incrementa y aparecen los primeros síntomas característicos del meteorismo.
Meteorismo gaseoso:
En este tipo de meteorismo, los gases se encuentran separados del contenido sólido-líquido del rumen, o sea, no hay espuma y su expulsión en estos casos se ve dificultada por la inhibición del eructo por una obstrucción mecánica del esófago, por ej., ingestión de un cuerpo extraño, masticación deficiente de ciertos alimentos, abscesos, compresión del esófago, intoxicaciones que reducen la motilidad ruminal (cianhídrico, amoníaco, atropina, urea, ciertos medicamentos), lesión del nervio vago, acidosis o alcalosis, etc.
Meteorismo espumoso:
Es el empaste más frecuente, donde pudiendo existir algo de gases libres, la mayoría no se separa del alimento en digestión, quedando mezclados y retenidos en el mismo. Su mayor incidencia se observa en animales que pastorean algunas leguminosas como alfalfa (Medicago Sativa), trébol rojo (Trifolium pratense) trébol blanco (Trifolium Repens) y algunas gramíneas forrajeras. También se puede producir por un consumo excesivo de granos.












Meteorismo espumoso por pastoreo

El animal ingiere vegetales de la familia de las leguminosas que poseen sustancias formadoras y estabilizadoras de la espuma ruminal; en general, estas plantas tienen poca fibra y alto contenido de material soluble, por lo cual, al masticar y digerir este forraje, se segrega poca saliva. Este bolo fibroso baja el pH del rumen (la saliva secretada no alcanza para cumplir con su función buffer) dando las condiciones para que la espuma se estabilice. El forraje estimula la proliferación de microorganismos que digieren celulosa (bacterias celulolíticas) y productoras de grandes cantidades de gas, además de diversas sustancias que también estabilizan la espuma (por ej., mucopolisacáridos bacterianos). Las proteínas solubles y determinadas partículas del forraje (paredes celulares, fragmentos de cloroplastos, etc.), favorecen la retención de gas, el cual se ve atrapado en pequeñas burbujas que se acumulan en la parte superior del rumen.
Esta acumulación impide la eructación y eliminación de gases, induciendo hipermotilidad que agrava el cuadro, pues provoca un efecto de mezclado en rumen, estimulando mayor fermentación y producción de gas. En el grado de mayor distensión, se llega a la parálisis total de los movimientos ruminales.
En este punto, el rumen agrandado en la cavidad peritoneal, presiona sobre el diafragma, comprimiendo el aparato respiratorio y cardiovascular; se compromete la hematosis, recarga el ventrículo derecho y comprime los vasos, derivando en una isquemia de los órganos abdominales. Al estar inhibida la eructación, se retienen y absorben grandes cantidades de dióxido de carbono, lo que complica la hipoxia celular y se agrava el cuadro hasta la muerte por asfixia.















Meteorismo espumoso por grano

Con la ingestión de grandes cantidades de grano, la dieta y los microorganismos ruminales cambian de forraje de lenta digestión a almidón de rápida digestión.
En este caso, las sustancias que abundan son ácidos orgánicos derivados de la fermentación del almidón (ej., ácido láctico) y mucopolisacáridos bacterianos, los cuales contribuyen de manera positiva a la formación de espuma estable.
Los cereales responsables difieren en el grado de degradabilidad ruminal y velocidad de fermentación: trigo (Triticum durum) y cebada (Cereale secale) se digieren mucho más rápido que sorgo (Sorghum spp) o maíz (Zea mays). También, el procesado del grano (por ej., silaje, molido, gelatinización, etc.) incrementa la velocidad de fermentación al facilitar a las enzimas de las bacterias amilolíticas el acceso al almidón, acelerando la producción de ácidos orgánicos y mucopolisacáridos, lo que conlleva a la disminución del pH y aumento de la viscosidad del líquido ruminal por muerte de varias poblaciones bacterianas, lo que permite la estabilización de la espuma (Mc Donald “Nutrición animal” 4º edición- Editorial Acribia 1993)
















Factores de riesgo
Factor vegetal

Existen determinadas especies vegetales meteorizantes, generalmente de la familia de las leguminosas, pudiendo mencionarse entre las más peligrosas la alfalfa, los tréboles rojo, blanco y los de olor (Melillotus spp).
Son especialmente riesgosas en su estado vegetativo, cuando la planta es aun joven, debido a varios factores que reúnen en este estado fenológico: alta proporción de agua intracelular, alto contenido en proteínas solubles y carbohidratos rápidamente fermentables, débiles paredes celulares de rápida ruptura y baja concentración de polisacáridos estructurales; todo ello determina una alta tasa de digestión mucho más rápida que otras leguminosas no meteorizantes. Se genera entonces un elevado volumen de gases, grandes acumulaciones de partículas y proteínas vegetales, polisacáridos bacterianos y sustancias espumógenas que originan una masa espumosa de pequeñas burbujas retenidas en ella y que provocan el aumento de la presión intraruminal.
También existen ciertas sustancias dentro de la célula vegetal como son las fracciones de proteína soluble, con acción espumante. La proteína soluble fracción I o “18 S” (enzima ribulosa difosfato carboxilasa) es la principal originadora y estabilizadora de espuma con una elevada tasa de solubilidad y degradabilidad ruminal. La fracción II o “2 S” es un grupo heterogéneo de proteínas que tiene importancia al generar alteraciones tensoactivas en el líquido ruminal, estabilizando la espuma.
Los lípidos también intervienen en la estabilización de la espuma, formando complejos lipoproteicos que cubren las burbujas de gas. Es por ello que los productos antiempaste tensoactivos deben incorporar un detergente o alcohol que degrade la capa lipídica, debilitando las burbujas y facilitando su ruptura.
Otras sustancias espumantes pueden ser: saponinas, pectinas, minerales.
En los mismos vegetales, hay compuestos de acción antiespumógena, como son los taninos: compuestos fenólicos que se caracterizan por unirse a las proteínas solubles y precipitarlas, reduciendo su  capacidad formadora de espuma.








Factor grano

La degradabilidad ruminal se incrementa con el procesamiento, los cuales originan una rápida producción de ácidos orgánicos (ácido láctico) y mucopolisacáridos, lo que conlleva a un descenso del pH e incremento de la viscosidad del líquido ruminal ya que se facilita el acceso de las enzimas bacterianas al almidón, con respecto al grano solo.

Factor animal

La susceptibilidad al meteorismo se asocia a la especie, edad y categoría del animal, así como también la productividad de este: novillos de alto ritmo de engorde y vacas lecheras de alta producción debido a sus altos niveles de consumo son generalmente alimentados con grandes volúmenes de forrajes de alta calidad (alfalfa) o grano. Otros factores de susceptibilidad son el hambre y la heredabilidad.
Un factor muy importante es la producción de saliva y su papel en la manutención del medio ruminal: es el primer jugo digestivo, aporta la mayor proporción de buffers para el rumen y contiene sustancias que modifican la formación de espuma. La cantidad secretada por el animal depende exclusivamente de la dieta. Entre sus funciones antiespumantes más relevantes se hallan:
·        Dilución: diluyen los factores vegetales espumantes.
·        Buffer: aporta bicarbonato de sodio en grandes cantidades, el cual incrementa el pH ruminal, disminuyendo la estabilidad de la espuma.
·        Mucina: Es un mucopolisacárido presente en la saliva que tiene un potente efecto antiespumante.
Entre sus funciones espumantes se hallan:
·        Producción de dióxido de carbono: el bicarbonato, además de buffer, una vez llegado a rumen, por acidificación produce dióxido de carbono (CO2).
·        Poca salivación: cuando consume pasturas tiernas y húmedas por rocío, heladas o lluvias.









Factor microbiológico

El rumen de un animal empastado presenta un número mucho más elevado de microorganismos que en un animal normal; esto se debe a la gran cantidad de sustratos rápidamente digestibles presentes en el alimento. Se incrementan las bacterias de acción mucolítica, destruyendo la mucina de la saliva (antiespumante); otras, liberan mucopolisacáridos, los cuales aumentan la tensión superficial, estabilizando la espuma.
El pH ruminal de un animal empastado varía entre 5,5 y 5,9. La temperatura normal del rumen es 39º C; cuando se halla por encima de esta marca, disminuye la estabilidad de la espuma y cuando disminuye por debajo de los 37º C, la espuma se estabiliza y resulta muy difícil que se destruya. (Church “El rumiante: fisiología digestiva y nutrición” Editorial Acribia 1993)

Diagnostico clínico

Los animales afectados pueden presentar características externas tales como: inquietud (se acuestan y levantan varias veces), orinan y defecan con frecuencia, ollares dilatados y boca abierta por esfuerzos por respirar, lengua exteriorizada. El signo más evidente es la dilatación del abdomen sobre saliendo por la fosa paralumbar izquierda; dorso arqueado, patas separadas, etc. 
Internamente, la compresión del rumen sobre diafragma, pulmones, corazón y vasos sanguíneos se hace evidente con las alteraciones respiratorias y cardiovasculares: mucosas cianóticas, venas superficiales, pulso débil, disnea. Entre pocos minutos y 2 horas el animal disneico y cianótico cae y muere con espasmos asficticos.
Para el diagnóstico, se emplea comúnmente una escala de 5 grados:




Tratamiento

Depende del grado de meteorización del animal. Es recomendable aplicar un tensoactivo vía bucal o intraruminal; los tensoactivos sintéticos actúan más rápido que los aceites, entre los cuales es más recomendable utilizar vaselina líquida.
Cuando ya se presentan síntomas de asfixia, la única solución es evacuar el gas por punción o chuzeado del rumen, a realizar con cuchillo o trocar en el centro de la fosa paralumbar del lado izquierdo.

Para trocarizar, se efectúa una pequeña incisión para luego punzar; la cánula efectiviza la salida del gas atrapado en la espuma y la misma cánula se puede utilizar para introducir agentes antiespumantes.
Si ninguno de estos métodos resulta, realizar una incisión más amplia y extraer algo del contenido ruminal con la mano para aliviar la presión y retirar algo de la espuma meteorizante.
Productos antiempaste que actúan en rumen

Según los productos y su acción podemos clasificarlos en:
Tensoactivos sintéticos (detergentes, alcohol etoxilado): con propiedades detergentes “baja espuma” reducen la tensión superficial de las burbujas, disminuyendo la estabilidad de la espuma y liberando el gas atrapado. Además, emulsionan los lípidos vegetales impidiendo que estabilicen las burbujas. Estos productos aumentan la densidad del contenido ruminal.
Agentes antiespumantes (aceites vegetales, parafina, vaselina líquida): Actúan directamente sobre la espuma, impidiendo su formación al mezclarse con sus constituyentes y diminuyen sus propiedades espumígenas.
Antibióticos (ionóforos): pueden ser utilizados para aumentar la eficiencia de conversión del alimento, alterando la flora ruminal, modificando las proporciones de ácidos grasos volátiles y reduciendo la generación de CO2  y CH4. Inhiben el crecimiento de bacterias Gram (+), como las productoras de ácido láctico y mucopolisacáridos.
Sales: mezclas de sales como cloruro de sodio (ClNa), actúan disminuyendo el consumo de MS y acelerando la tasa de pasaje de líquidos al rumen al aumentar la tasa de dilución, pero el aumento de peso se deprime con este tipo de dietas.


















Acidosis ruminal
Introducción

La acidosis ruminal es un problema muy frecuente tanto en la producción de ganado lechero como en la de ganado para carne. Es consecuencia de una alimentación con alto contenido de grano, como suplemento energético, para rumiantes cuyo metabolismo se encuentra adaptado al consumo de forraje.

Modificaciones del pH ruminal

El pH normal u óptimo en el rumen es entre 5,5 y 7,0; el mantenimiento de este equilibrio es el resultado de la producción y neutralización de ácidos orgánicos provenientes de la fermentación de hidratos de carbono solubles (energéticamente más eficientes) y cuyo aporte debe limitarse y/o contrarrestarse con hidratos de carbono estructurales (ej., celulosa), de fermentación más lenta, menos eficientes energéticamente.
Al momento de la ingesta y subsiguiente producción de ácidos grasos volátiles (AGV), el pH desciende. Los mecanismos reguladores de la acidez del contenido ruminal nivelarán este pH al punto más conveniente para la degradación y digestión microbiana de los nutrientes alimenticios, siendo de esta forma alto para dietas ricas en celulosa (forraje) y bajo en raciones ricas en almidón o hidratos de carbono solubles (grano).
Los inconvenientes suelen aparecer en dietas cuyas raciones incluyen altas raciones de carbohidratos fácilmente fermentables: su ventaja es la gran cantidad de energía que aportan; su desventaja es que, al disminuir el aporte de material fibroso, disminuye la secreción de saliva también, decreciendo la llegada de sustancias buffer al rumen, principales reguladoras del pH del medio.
Al caer el nivel de acidez, se crea una atmósfera favorable para el desarrollo masivo de la flora amilolítica; si el rango de pH sigue cayendo hasta 5,5 o 5, comienzan a proliferar colonias de bacterias productoras de ácido láctico.
Este es el punto crítico en la acidez del rumen: aquí todo depende de su capacidad de absorción de los AGV generados a través de su mucosa, pudiendo adaptar su superficie para lograr una velocidad mayor de absorción.


Etología

La patología se desencadena por un consumo excesivo de alimento o raciones compuestas en su mayor parte por almidones o carbohidratos de rápida fermentación y en menor medida, por fibras de baja degradabilidad. Los alimentos con los que se la relaciona son granos de cereal, subproductos industriales (melazas, desperdicios de pan, arroz y frutas), etc.
Aparece en producciones intensivas de bovinos para carne (feedlot) o en bovinos de producción lechera, cuando se les cambia la alimentación sin período de adaptación (por ej., administración de concentrados); la acidosis no solo se presenta en animales desacostumbrados al concentrado, sino también en animales que llevan tiempo prolongado consumiendo grandes cantidades de este alimento.
Otra causa muy frecuente es el consumo de grano antes de la ingestión de forraje o que han sido cortados muy pequeños y que carecen de suficiente fibra para estimular la rumia y secreción de saliva, produciendo escaso bicarbonato (de función buffer en rumen).

Tipos de acidosis

Existen 2 tipos: aguda o clínica y subaguda o subclínica. Parten de la misma etiología, aunque son muy diferentes en sus signos clínicos.
La acidosis aguda es provocada por un excesivo consumo de carbohidratos rápidamente fermentables, lo cual deriva en el aumento de la proporción de ácido láctico en rumen. En condiciones normales, el ácido láctico es un intermediario presente en mínimas cantidades en el líquido ruminal, cuyo valor no aumenta debido a que su mayor parte es sintetizado y metabolizado dentro del rumen por diferentes colonias bacterianas. Cuando el láctico se acumula, debido a que el pH ruminal ha descendido por debajo de 5,5 y han desaparecido la mayoría de las bacterias lactolíticas, se desarrolla la flora de lactobacilos, productores de láctico, contribuyendo así a bajar aún más los valores de acidez del medio; esta disminución acarrea consecuencias fatales cuando el pH baja por debajo de 5,0.
La acidosis subaguda es consecuencia de periodos transitorios repetidos de pH ruminal moderadamente bajos, insuficientes para desencadenar la sintomatología clínica de la acidosis. La alimentación exclusiva de concentrados estimula el desarrollo de la mucosa ruminal que favorecería la absorción de AGV. Sin embargo, en mucosas no adaptadas a este tipo de dieta agresiva, la absorción de AGV es lenta, estos ácidos comienzan a acumularse en rumen, provocando una ligera acidosis. En consecuencia, se crea un ambiente propicio para la proliferación de poblaciones de clostridios y coliformes, los cuales, inflaman la mucosa y desencadenan hiperparaqueratosis, bloqueándose así la absorción de los AGV.

Patogenia

Con una dieta rica en carbohidratos de rápida fermentación, en el rumen se sintetizan en grandes cantidades ácido láctico y AGV (acético, butírico y propiónico). En simultaneo, se modifica la flora y fauna ruminal, proliferando las bacterias gram (+), generalmente productoras de láctico. Al incrementarse la cantidad de este tipo de ácido, baja el pH del medio, favoreciendo su reproducción y disminuyendo paulatinamente las poblaciones de protozoos y bacterias gram (-).
La concentración de láctico deriva en diversos desequilibrios: su acumulación aumenta la presión osmótica del rumen, por lo que el organismo cede agua hacia el interior de este; el contenido ruminal se torna más líquido y se produce hemoconcentración, deshidratación, pudiendo llegar a oliguria o anuria; en sangre, cambian las concentraciones de piruvato, lactato y glucosa, generándose acidosis metabólica. Debido a la muerte de numerosos microorganismos gram (-), se liberan endotoxinas que producen daños en diversos órganos, como abscesos hepáticos.
Internamente, el ácido tiene un efecto cáustico en la mucosa del rumen, lo que se observa en edematización, paraqueratosis y ulceraciones (rumenitis). Posteriormente se genera gangrena y necrosis difusa, llegando a peritonitis aguda.
En casos de acidosis subclínica, se puede evidenciar laminitis; uno de los primeros signos clínicos observados en bovinos productores de leche es la disminución de la grasa en esta, ya que en las dietas con alta cantidad de almidón, se privilegia la síntesis de ácido propiónico y disminuye la de ácido acético (precursor de la grasa de la leche).










Signos clínicos

Acidosis aguda: anorexia, dolor abdominal, taquicardia, taquipnea, diarrea, deshidratación, letargia y muerte en menos de 12 horas si no se trata; los bovinos sobrevivientes a los síntomas iniciales pueden recaer ante una rumenitis bacteriana.
Acidosis subaguda: pérdida de peso, baja producción y baja cantidad de grasa en leche, disminución de fertilidad, úlceras ruminales, abscesos hepáticos, laminitis.

Diagnóstico y tratamiento

Se basa en el conocimiento del tipo de alimentación, los signos clínicos y examen del líquido ruminal (color, olor, suspensión de partículas y pH)
La dificultad que se presenta al momento de decidir un tratamiento es la determinación del carácter agudo o subagudo del cuadro. Si se trata de una acidosis subaguda, se requiere una acción rápida, removiendo el contenido ruminal, seguido de una terapia de fluidos y electrolitos para compensar el pH ácido.

Prevención

El mejor método es la adaptación del rumen a la digestión de carbohidratos altamente fermentables. Esta transición debe ser paulatina (desde forraje y aumentando de a poco la proporción de concentrado), tanto para animales de producción lechera como animales para producción de carne; el proceso conlleva la modificación de las papilas ruminales para que incrementen su capacidad de utilización de AGV y adaptación de la microflora a sustratos rápidamente fermentables.
Podremos aplicar la ración integral: una mezcla uniforme y equilibrada de forraje y grano con el fin de proporcionar suficiente fibra y grano para obtener una cantidad controlada de AGV; se le pueden adicionar buffers como bicarbonato, para ayudar a mantener un pH alcalino cuando se sabe que la cantidad de saliva no será suficiente.




Intoxicación por nitrato, nitrito y amoníaco

Introducción

El nitrato (NO3), per se, no resulta tóxico en el organismo del animal, excepto cuando es consumido en grandes cantidades; la mayor toxicidad la presenta el nitrito (NO2) y, en algunos casos, la acumulación de amoníaco (NH3) también deriva en desequilibrios orgánicos.

El nitrógeno en los rumiantes

Los rumiantes tienen la capacidad de utilizar las fuentes de proteína vegetal y compuestos nitrogenados no proteicos (CNNP) para satisfacer sus necesidades de nitrógeno para la síntesis de sus proteínas; sin embargo, los alimentos nitrogenados, al igual que los alimentos conformados por carbohidratos, sufren fermentación, donde su conformación cambia totalmente por acción bacteriana, transformandose y recombinandose en nueva proteína bacteriana. Los CNNP atraviesan el mismo proceso e inclusive, el rumiante puede reutilizar parte de lo ingerido (reciclado como urea) como fuente inorgánica de nitrógeno para síntesis de proteína microbiana.
En resumen:


Aprovechamiento del nitrógeno.

El producto principal que los microorganismos generan a partir del nitrato proteico o CNNP es amoniaco, usado por las mismas o diversas bacterias para la síntesis de proteínas propias o proteína bacteriana, la que luego el rumiante digerirá y usara para sus proteínas corporales.
Para un aprovechamiento óptimo de cualquier fuente de nitrógeno, las bacterias ruminales requieren energía que en estos casos provendrá de la fermentación de los hidratos de carbono alimenticios (celulosa, hemicelulosa, almidón).
Si el amoníaco es abundante y excede a la cantidad necesaria para la síntesis proteica, es absorbido a través del epitelio ruminal, pasando a sangre y llegando a hígado para ser transformado en urea, la cual tiene 3 caminos: filtrarse por riñón y excretarse por orina; seguir por sangre y llegar a las glándulas salivales para ser utilizada como fuente de nitrógeno no proteico a rumen; puede regresar y reabsorberse por epitelio ruminal. Este camino tripartito se denomina CICLO RUMINO-HEPATO-salivAL.

El nitrato, a las pocas horas de ingestión, es reducido a nitrito por la enzima nitrato reductasa y luego, el nitrito es reducido nuevamente a hidroxilamina y amoníaco. Durante este proceso, las bacterias gastan 8 equivalentes de reducción que de otra forma habrían empleado en la producción de metano; por lo tanto, actuando como aceptor de electrones, el nitrato modifica la proporción final de los productos de la fermentación ruminal.

Patogénesis de la intoxicación

La clínica de la intoxicación es, por lo general, la suma de la acción patógena de los 3 compuestos (nitrato, nitrito o amoníaco); ciertos síntomas también dependen de la concentración en sangre del compuesto ya ingerido y metabolizado.
Patogenia del nitrato
Cuando ocurre acumulación de nitrato en rumen por falta de poder reductor para su conversión a nitrito, ese exceso puede ir a sangre o intestino.
Si pasa a sangre, una parte se eliminará por riñón y resto será reciclado a través de ciclo hepato-rumino-salival. El exceso de nitrato y nitrito son irritantes renales.
Si pasa a intestino, provoca irritación de la mucosa intestinal (gastroenteritis), pudiendo derivar en diarrea y facilitando la colonización por microorganismos patógenos, causando una infección intestinal.
El reciclado a rumen de nitrato desde sangre, endógeno o absorbido en el tracto digestivo puede gravar una excesiva ingestión del mismo; la reducción química ruminal de gran cantidad de nitrato puede disminuir drásticamente la cantidad de ácido butírico disponible para la pared ruminal que lo utiliza como principal fuente de energía.
Patogenia del nitrito
Cuando los rumiantes consumen nitrato con el alimento o el agua de bebida, la fermentación de los carbohidratos proporciona el poder reductor necesario para la reducción de éste a nitrito y de éste a amoníaco; como la conversión de nitrato a nitrito es más rápida que la de nitrito a amoníaco, un déficit en el poder reductor o de energía fermentable, provocará una acumulación en el líquido ruminal de nitrito que pasará a sangre.
Allí, el nitrito actúa como un compuesto metahemoglobinizante: cambia la hemoglobina, oxidando el Fe++  de su grupo hemo a Fe+++, obteniéndose entonces metahemoglobina, la cual no es capaz de transportar oxígeno; también tiene un efecto vasodilatador periférico, provocando la caída de la presión sanguínea y choque circulatorio. En consecuencia, se manifiesta hipoxia tisular y posteriormente, muerte por hipoxia general.
Patogenia del amoníaco
Una concentración de amoníaco en rumen por encima de la capacidad de utilización microbiana determinará la absorción de una elevada cantidad a través del epitelio ruminal y pasaje a sangre; ya en hígado, el amoníaco es usado para sintetizar urea.
La síntesis de urea supone un gasto energético adicional a las necesidades del animal y compite con el proceso de gluconeogénesis, desarrollado en el mismo órgano, lo que resulta perjudicial para el organismo en condiciones fisiológicas de elevada demanda de glucosa (por ej., durante la lactación y gestación). Por otro lado, el exceso de amoníaco ruminal reduce la absorción de magnesio, generando hipomagnesemia, debido a que el amoníaco contribuye a formar una sal compleja que fija el magnesio y evita la absorción de este mineral por parte del intestino, ocasionando su deficiencia.

Tolerancia
La tolerancia del animal al nitrato ingerido depende de su capacidad ruminal para la utilización del nitrógeno y su adaptación a la dieta. Los factores que determinan esta tolerancia son:
·        Cantidad de nitrato contenida en el alimento o agua y velocidad a que es consumido.
·        Velocidad de digestión del alimento y consecuente liberación del nitrato: los forrajes verdes liberan su contenido celular más lentamente que forrajes conservados.
·        Tasa de conversión de nitrito a amoníaco depende fundamentalmente del poder reductor proveniente de la fermentación de los carbohidratos.

Toxicidad
La evolución de la intoxicación puede ser:
*Hiperaguda: (metahemoglobina mayores al 90%). Animales muertos sin síntomas. A la necropsia se observa sangre color chocolate e hiperemia en las mucosas.
*Aguda: (metahemoglobina 80-90 %). Mucosas cianóticas, respiración rápida, pulso débil y rápido, debilidad, sangre achocolatada y coagula normalmente. Muerte sobreviene por fallo cardiaco y circulación.
*Subaguda: (metahemoglobina 50%). Salivación excesiva, cólicos abdominales, diarrea, debilidad,  ataxia, convulsiones, elevado ritmo cardiaco y respiración dificultosa; abortos.
*Crónica: (metahemoglobina 10-20 %). Letargo, pérdida de apetito, coloración oscura de mucosas, reducción de fertilidad, menor producción de leche.
Los síntomas productivos y reproductivos se relacionan con una reducción del estado energético corporal por la concentración excesiva de amoníaco en rumen, lo que conlleva a un gasto de energía en su detoxificación a urea y la alteración de los productos finales de la digestión (acético, propiónico y butírico)

Prevención
·        Analizar el agua, especialmente tras un período de lluvias, si hay pozos cerca o durante fertilizaciones nitrogenadas.
·        Analizar forrajes sospechosos de acumular nitratos, por ejemplo tras heladas o sequías.
·        Facilitar la adaptación de la microflora ruminal del ganado al nitrato mediante un incremento gradual en el consumo de los forrajes peligrosos.
·        Formular las raciones considerando el aporte de nitrógeno, reducir los aportes de proteína soluble, aumentar la energía fácilmente fermentable; equilibrar con minerales y vitaminas.

Conclusión

Estas alteraciones son fruto principalmente del desbalance dietario al que se forzó al bovino en vistas del aumento de la productividad de éste, ya sea en leche o carne. Se hacen especialmente manifiestas en explotaciones intensivas y allí es donde pesa mucho más la economía que el bienestar animal.
Para cerrar este informe, a continuación se describe brevemente el balance nutricional eficiente y necesario tanto para aumentar la producción como para mantener la salud metabólica del rumiante.


En estas condiciones se favorece la producción proteica y por lo tanto el crecimiento microbiano. La fermentación de los carbohidratos con la consecuente producción de AGV se incrementa con el fin de satisfacer las fuertes demandas energéticas de un rápido crecimiento microbiano. La producción de amoniaco es baja, porque la mayor parte del nitrógeno se encuentra incorporada a la proteína microbiana.


Existe gran cantidad de energía pero insuficiente nitrógeno para una adecuada síntesis proteica, por lo tanto el crecimiento microbiano no es óptimo. La energía se vuelve ineficiente utilizada para mantener células que no se están replicando, en lugar de utilizarse para los procesos sintéticos de las células en crecimiento. Hay microorganismos que todavía fermentan carbohidratos con una formación moderada de AGV, pero el crecimiento microbiano y la producción de amoniaco se limita debido a la carencia de nitrógeno.


En esta situación existe mucho nitrógeno para sostener el crecimiento, pero se limita debido al insuficiente aporte de energía. Esto obliga a los microorganismos a utilizar aminoácidos para sus requerimientos energéticos en vez de utilizarlos para la síntesis proteica. Gran cantidad de los AGV proviene de las cadenas carbonadas de los aminoácidos, mientras que los grupos amino son derivados hacia la producción de amoniaco.



Bibliografía
  • Church “El rumiante: fisiología digestiva y nutrición” Editorial Acribia 1993
  • Mc Donald “Nutrición animal” 4º edición- Editorial Acribia 1993

Páginas de Internet





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