sábado, 1 de noviembre de 2014

ROJAS ZACARIAS SILVANA - SINDROME DE ULCERAS GASTRICAS EN EQUINOS


UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PAMPA:
“FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS”


 





                             


                                                         
CATEDRA DE CLINICA DE ANIMALES DE INTERES ZOOTECNICOS


DEPARTAMENTO: CLINICAS Y PATOLOGICAS


PROFESOR: JORGE MERLASSINO


ALUMNA: ROJAS ZACARIAS SILVANA


2013


SINDROME DE ULCERAS GASTRICAS EN EQUINOS

                                                             INTRODUCCION

  El síndrome de ulceras gástricas es una patología de gran prevalencia en equinos, afectando principalmente a los de alto rendimiento y gran actividad deportiva. La causa de estas ulceras son múltiples y variadas; característica anatómicas del caballo, estabulación, dieta, ejercicio intenso, transporte prolongado, parásitos y administración excesiva de analgésicos no esteroides. (Andrews et al 1999; Murray.M 2003). Las ulceras se producen cuando hay un desequilibrio entre los factores agresivos y protectores dentro del estomago. Si la producción de acido clorhídrico excede la capacidad buffer del estomago ( saliva, moco, bicarbonato) pueden ocurrir daños a los tejidos. La dieta del caballo va a tener una influencia crucial sobre la producción de acido en el estomago. Debido a que el caballo sufrió un cambio de conducta influida por la mano del hombre, pasando horas de pastoreo frecuente a estar en estabulación donde pasa horas sin alimento que llegue al estomago la producción de acido clorhídrico continua y se acumula provocando una baja de pH considerable. (Calderon, 2005).
   
ANATOMIA DEL APARATO DIGESTIVO DEL EQUINO:

Es importante conocer la anatomía del aparato digestivo del caballo para entender la fisiopatología de las ulceras gástricas.


El estómago tiene forma de J y es muy parecido al de las demás especies, se encuentra caudal al diafragma y al hígado, se ubica en la parte dorsal del lado izquierdo del plano medio del abdomen, su posición es variable, depende del grado de distensión y el estado de las vías respiratorias, descansa sobre la porción dorsal del abdomen, cercano al bazo, hígado y páncreas.


  Podemos remarcar que la capacidad del estomago equino representa un 4% de toda la capacidad del tracto gastrointestinal (8-16 litros aproximadamente). La porción oral del estómago, esta revestida por epitelio escamoso estratificado de espesura variable y similar a la mucosa esofágica, considerada por algunos autores como una proyección del esófago (DE SOUZA, 2011), se caracteriza por la ausencia de estructuras glandulares y de los mecanismos de protección, ya que no se ha detectado mecanismo de transporte activo y su funcionalidad aun es desconocida (VITS, 2005; DE SOUZA, 2011). Aproximadamente el 80% de las úlceras se producen en esta región, y ocupa un tercio de la superficie total del estómago (BUCHANAN y ANDREWS, 2003; ANDREWS et al., 2005). esta zona es la mas susceptible a las lesiones ulcerosas; la parte distal del estomago esta recubierta por una mucosa glandular y ocupa los dos tercios restantes. La mucosa escamosa actúa cm reservorio de la ingesta, mientras que la porción glandular posee glándulas tubulares con células secretoras mucosas, serosas y endocrinas como las células G (productoras de gastrina), células parietales encargadas de producir ácido clorhídrico y las células principales encargadas de la producción de pepsina. (Sanchez; L 2004; Blikslager; A 2004)


  La estimulación de la secreción acida está dada por estímulos nerviosos (acetilcolina), paracrinos (histamina) y endocrinos (gastrina). El primer estimulo es el nervioso producido al ver, oler o degustar el alimento, cuando el alimento llega al estomago se produce la activación de receptores sensoriales de la mucosa gástrica; se libera histamina en las glándulas gástricas y gastrina liberadas por las células G.
  La inhibición de la secreción gástrica está dada por la presencia de ácido clorhídrico en la luz gástrica dando cm resultado un Ph menor a 3 que inhibe la secreción de gastrina.
 

ETIOPATOGENIA:

Los factores intrínsecos que protegen a la mucosa gástrica de la formación de ulceras son:
-estrato muco-bicarbonato: sirve para captar el ion H+ desde la luz gástrica y así formar CO2 y H2O. El moco se secreta cm una mucina secretada por células caliciformes y forman una delgada capa adherente sobre la mucosa que lubrica el contenido luminar y le confiere una resistencia sustancial a la degradación por parte de las proteasas, incluida la pepsina. (Blikslager; A 2004;  Sanchez; L 2004)

-mantenimiento adecuado del flujo sanguíneo: Es indispensable mantener un flujo sanguíneo adecuado para formar y remover los ácidos grasos volátiles (AGV) producidos durante la fermentación intragástrica y permitir una rápida regeneración y queratinización celular. El flujo sanguíneo mucoso es el principal factor contribuyente para mantener la salud de la mucosa gástrica y se ve regulado por el óxido nítrico y las prostaglandinas

-producción de prostaglandina E2 por parte de la mucosa: Las prostaglandinas del tipo E2, están ligeramente envueltas en la protección de la mucosa; este efecto citoprotector actúa contra la necrosis profunda y promueve una reposición celular más rápida, evitando la lesión macroscópica, se cree que las prostaglandinas modulan la secreción ácida, bloqueando el aumento de monofosfato de adenosina cíclica, estimulado por la histamina (GOLOUBEFF, 2006; CASTAÑEDA, 2010).
  Además, las prostaglandinas de la serie E estimulan la producción de moco y bicarbonato, favorecen el flujo sanguíneo de la mucosa y previenen el estasis asociado con el daño vascular inducido por irritantes, ya que inhibe la adherencia de neutrófilos al endotelio dañado, es decir, las prostaglandinas tienen un papel crítico en la salud de la mucosa del tracto gastrointestinal; por lo tanto, la administración de AINES predispone a los caballos a ulceración de la mucosa por el ácido clorhídrico gástrico (JONES, 2006), además, las prostaglandinas promueven la secreción de la barrera mucus/bicarbonato y su síntesis puede ser inhibida por el aumento de liberación de corticoesteroides por estrés debido a entrenamiento y confinamiento (VITS, 2005).
-factor de crecimiento epidermal salival: el factor de crecimiento epidérmico es unos péptidos producido por la saliva capaz de inhibir la secreción acida y estimula la proliferación epitelial favoreciendo así la recuperación de la mucosa.

-adecuada motilidad gastroduodenal: necesaria para el adecuado vaciamiento gástrico y la presencia de alimento en el estomago ya que absorbe una cierta cantidad de acido disminuyendo su contacto con la mucosa.

Principales factores intrínsecos que favorecen la formación de ulceras:

-ácido clorhídrico
-pepsinas
-sales biliares: se adhieren al epitelio escamoso estratificado haciéndose liposoluble e iniciando el daño una vez que el Ph cae por debajo de 4 favoreciendo la acción corrosiva del ácido clorhídrico

Principales factores ulcerogenicos extrínsecos:

-          administración excesiva de antinflamatorios no esteroides como fenilbutazona y flunixin meglumina: estos bloquean la ciclooxigenasa e inhiben la síntesis de prostaglandinas endógenas.
-          Factores dietéticos como la alimentación con piensos ricas en carbohidratos hidrosolubles de fácil fermentación que generan sustratos que pueden dañar a la mucosa escamosa.
-          Factores estresantes como la estabulación prolongada y transporte asociados a la deshidratación que generan una situación de estrés elevando los niveles séricos de corticoesteroides endógenos inhibiendo la síntesis de prostaglandinas endógenas.


Mecanismo de lesión de la mucosa escamosa estratificada: Como ya señalamos, en esta porción del estómago del equino es donde mas posibilidades hay de producirse lesiones ulcerosas, aproximadamente en un 80% de los casos en equinos de alto rendimiento. Esto es debido a que los caballos no cuentan con una barrera física como la del esfínter esofágico inferior para proteger a la mucosa escamosa del estomago a la exposición acida y la línea de llenado gástrico normal se encuentra justo por debajo del cardias, de tal forma que solo la mucosa escamosa junto a la curvatura menos adyacente al borde plegado recibirá la exposición regular al contenido acido gástrico.
  El ejercicio intenso puede causar ulceración escamosa en caballos de alto rendimiento debido al incremento de la presión abdominal produciéndose así una compresión gástrica ocasionando una elevación de la línea de llenado gástrico, aumentando la exposición del acido por la mucosa escamosa. Las parasitosis provocada por Gasterophilus spp también se consideran una causa en la formación de ulceras ya que estas larvas tienen preferencia por la mucosa escamosa donde se adhieren en cercanías del margo plicatus e inducen la formación de ulceras. (MacAlister, C et al 1997; Andrews, F y Nadeau, J. 1999).


Úlceras primarias de la mucosa escamosa. Nótese la grave ulceración de la mucosa escamosa en la región adyacente al marco plicatus. Fuente: José Cardona Álvarez.


CLASIFICACION DE LAS ULCERAS:

Las lesiones tienen 5 niveles de puntuación, y son los siguientes:

Grado 0: mucosa intacta sin lesión ni hiperqueratosis. El caballo se encuentra en buenas condiciones.
Grado 1: pequeñas lesiones, hiperemia e hiperqueratosis.
Grado 2: ulceras aisladas o multifocales.
Grado 3: ulceras importantes aisladas o multifocales, o lesiones superficiales muy extendidas.
Grado 4: ulceras profundas y extensas

                       
Úlcera de primer grado de la mucosa glandular y úlceras de segundo grado de la mucosa escamosa. Fuente: José Cardona Álvarez.




Ulceraciones profundas de grado 4

FACTORES DE RIESGO DE ULCERACION GASTRICA EN EQUINOS:


Intensidad del ejercicio. El ejercicio diario puede aumentar la exposición de la mucosa no glandular al ácido, lo que explica porque hay mayor prevalencia de ulceras gástricas en los caballos de alto rendimiento y que sufren rutinas intensivas de ejercicios. (ANDREWS et al., 2005).

  Además, la actividad física intensa hace que aumente la presión de los músculos abdominales por contracción lo que conlleva a que se eleve la presión intrabdominal, haciendo que comprima el fúndus gástrico, aumentando la línea de llenado gástrico, de esta manera altera la estratificación de pH del estómago, siendo más ácido que lo normal las zonas de la mucosa (FIGUERAS y MERRITT, 2002 ; MERRITT, 2003), el ejercicio también puede causar ulceración al retrasar el vaciamiento gástrico y disminuir la motilidad gástrica, aumentando la exposición de la mucosa no glandular al contenido ácido (DE SOUZA, 2011).

Transporte. El transporte de los caballos ha sido asociados a la deshidratación, aumento de la amenaza de enfermedad de las vías respiratorias (pleuritis, perineumonía), e inmunosupresión, durante el transporte, el consumo de agua y de alimento suelen estar disminuidos (ANDREWS et al., 2005) y los niveles séricos de corticoesteroides endógenos se aumentan inhibiendo la síntesis de prostaglandinas endógenas lo cual puede causar un aumento en la incidencia de las ulceras gástricas.(CARDONA, 2007. El stress provocado por esta situación provoca un gran desequilibrio en el organismo del animal desencadenando lo anteriormente dicho.

Estabulación. Los caballos que se encuentran en pastoreo presentan una reducción en la prevalencia de las úlceras gástricas en comparación con los caballos que están alojadas en boxes o establos cerrados; la razón de esto, puede ser multifactorial, como los caballos que están estabulados pueden ser alimentados de forma intermitente, lo que hace que disminuya la secreción salival, la cual a través del bicarbonato y del factor de crecimiento epidermal salival regulan el ácido clorhídrico de secreción continua, además, el alimento por sí mismo es un agente protector de la mucosa (ANDREWS et al., 2005), así mismo la estabulación también ha sido asociada con deshidratación, enfermedades respiratorias y depresión del sistema inmune por estrés (CARDONA, 2007).

Estrés. El síndrome de estrés involucra una serie de respuestas nerviosas, endocrinas e inmunológicas, que producen tres efectos característicos: La hipertrofia suprarrenal, la involución del timo y las úlceras gástricas (CHACON et al., 2006). Todo lo citado anteriormente también son desencadenantes de stress desequilibrando la homeostasis del animal.
  El destete violento y precoz se ha sugerido como un evento generador de estrés severo, el cual se podría clasificar como estrés neurógeno; cualquier tipo de estrés, ya sea físico o neurógeno, produce un aumento súbito de la secreción de la hormona adrenocorticotrópica (ACTH), seguida en minutos por un aumento de la secreción corticosuprarrenal de cortisol; la secreción de cortisol aumenta en situaciones de estrés,(CHACON et al., 2006); el ejercicio constante, el transporte, la estabulación, procesos de amanse y entrenamiento también son factores desencadenantes de estrés (DE SOUZA, 2011).

Alimentación intermitente vs alimentación continua. La alimentación actual de los caballos domésticos se realiza en 2 ó 3 comidas diarias, a base de alimentos energéticos concentrados que se digieren rápidamente. Esto conlleva largos periodos sin alimentación durante los cuales no hay neutralización de la acidez gástrica (MORCATE, 2005).

  Durante el pastoreo, hay un continuo flujo de saliva e ingesta que protege el estómago del ácido, con el pH del estómago mayor a 4 una gran parte del día. Por el contrario, cuando la comida se niega a los caballos, antes de carreras o en los establos, el pH gástrico disminuye rápidamente y la mucosa no glandular queda expuesta a un medio ácido menor a 4, por lo que la alimentación intermitente ha demostrado que causa y aumenta la severidad de las úlceras gástricas en caballos (ANDREWS et al., 2005).

Dieta. Los caballos en libertad pasan cerca de 18 horas por día en pastoreo y nunca más de 4 horas sin comer a diferencia de los caballos en estabulación de se alimentan dos o tres veces al día con una dieta generada por los encargados, estando hasta 6 u 8 horas sin alimentarse, con el estomago vacio y con elevada producción de acido clorhídrico.

Medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINES). La administración excesiva de antiinflamatorios no esteroides (fenilbutazona y flunixin meglumina), bloquean la enzima ciclooxigenasa, por lo que inhiben la síntesis de prostaglandinas endógenas, disminuyendo su efecto citoprotector, por lo que, la inhibición de prostaglandinas por AINES resulta en una disminución del flujo sanguíneo de la mucosa, disminución de la producción de moco y aumento de la secreción de HCl. (CARDONA, 2007).


EPIDEMIOLOGIA

La prevalencia de este tipo de lesiones gástricas puede estar influenciada por aspectos de manejo como la estabulación, la dieta, el transporte y la actividad que realiza. Los animales que pastan en praderas y desarrollan actividades leves, poseen estómagos normales o simplemente pueden presentar erosiones leves, mientras que en los caballos de alto rendimiento, que se encuentran en entrenamiento, estabulación o sometidos a viajes prolongados se presentan lesiones mayor gravedad como ulceras activas, y la prevalencia puede llegar a un 90% de los casos (Murray, M. 2003). La mayoría de los datos actuales incluyen a los caballos de alto rendimiento como los purasangre de carrera y los trotones standardbred, siendo la mucosa escamosa el sitio de mayor presentación de lesiones ulcerosas, con una prevalencia que oscila entre el 70% y el 94%, pudiendo alcanzar el 100% en la medida que aumenta el entrenamiento, sin embargo se ha encontrado prevalencias entre 10% y 40% en la mucosa glandular, siendo menos frecuente por su sistema intrínseco de defensa (Sandin, A et al 2000; Andrews, F y Nadeau, J. 1999; Bertone, J. 2000; Bezdekova, B. 2005; Mac Clure, S et al. 2005).
Con respecto a la relación entre el sexo y la presentación de ulceras gástricas, se ha encontrado que existe mayor riesgo en los machos castrados, pudiendo deberse a la disminución de la testosterona, la cual cumpliría su papel en la estimulación del factor de crecimiento epidermal salival, que bloquea las secreciones ácidas y estimula la migración epitelial de la mucosa gástrica, algo parecido ocurre en el caso de las hembras donde son las hormonas femeninas las que estimulan el factor de crecimiento epidermal, por lo que se explica que en yeguas el riesgo de ulceras es relativamente más bajo (Rabuffo, J et al. 2002).
Los animales alimentados con concentrados y granos presentan mayor prevalencia de ulceras gástricas, ya que inducen mayor respuesta postprandial de gastrina, la cual es un estimulo potente para la secreción de ácido clorhídrico, mientras que en los animales con dietas con alto contenido de fibra y proteína presentan prevalencias menores, debido a que la fibra estimula la producción de saliva con alto contenido de bicarbonato y factor de crecimiento epidermal, contrarrestando la acidez gástrica, igualmente la proteína podría actuar como buffer (Nadeau, J et al. 2000). También se reporta la presencia de ulceras subclínicas o silenciosas en la mucosa escamosa en animales clínicamente sanos (Vatistas, J et al. 1999). Los animales sometidos a factores estresantes como estabulación, amanse, entrenamiento y viajes prolongados también están expuestos a sufrir mayor presentación de ulceras (Mac Clure, S et al. 2005).
La prevalencia de ulceras gástricas descrita en los potrillos varía entre un 25% y 57%, la mayoría de estas lesiones están localizadas en la mucosa escamosa y entre un 4% y 9% en la mucosa glandular (Barr, B. 2001). Los potrillos que se encuentran amamantando y son menores de 6 meses, están más propensos a sufrir de ulceras, ya que desde los dos días de edad tiene una importante secreción de ácido clorhídrico y una mucosa escamosa muy delgada en constante desarrollo, por lo tanto el sometimiento de estos animales a factores estresantes, podría afectar la replicación de las células epiteliales (Sánchez, L. 2004).


Manifestaciones clínicas:

Estas van a depender de la severidad de las lesiones, entre las manifestaciones mas frecuentes encontramos malestar abdominal que se ve a la inspección clínica por cólicos leves a moderados y frecuente posicionamiento en decúbito, bruxismo, inapetencia, mala condición corporal, cambios en la conducta, eructos y bajo rendimiento deportivo. (Murray, M. 2003; Merrit, A. 2003; Baker, S et al 2004)

Diagnostico:

   Para realizar un diagnostico correcto se debe llevar a cabo una anamnesis precisa y una observación detallada de los signos clínicos. La manera mas objetiva y precisa es la gastroscopia ya que permite la examinación directa y valoración correcta de las lesiones.
  Se puede realizar también el test de sangre oculta en materia fecal que nos puede indicar la presencia de ulceras sangrantes, aunque no es definitivo (Reef, V. 2003; Pratt, S et al .2003) y la paracentesis puede revelar reacción inflamatoria o la presencia de bacterias en la cavidad abdominal, lo cual podría confirmar una perforación (Murray, M. 1999; Barr, B. 2001). La ultrasonografía abdominal nos permite ver perforaciones en caso de que se visualice líquido libre en la cavidad abdominal y distención del estómago. Esta se puede complementar con una paracentesis.
  Cuando no es posible realizar gastroscopia, el diagnostico se debe aproximar basándose en los signos clínicos y en la respuesta al tratamiento supresor de la acidez gástrica, por lo que el dolor abdominal debe suprimirse a las 24 hs postratamiento. (Murray, M. 2003).

TRATAMIENTO:

Actualmente las estrategias terapéuticas para las ulceras equinas se basan en tres pilares fundamentales:
-          Reducción de la acidez gástrica:
-          Proteger o recubrir la ulcera gástrica con un agente resistente al acido
-          Estimulación de la protección intrínseca de la mucosa. (Merrit, A.2003).

La reducción de la acidez gástrica es el objetivo terapéutico principal ya que alivia los síntomas provocados por las ulceras y crea un ambiente propicio para la curación de la herida. (Lewis ,S 2003; Sanchez; L 2003). Para lograr esta reducción de acidez se incluyen fármacos Inhibidores de la bomba de protones, antagonistas de receptor de histamina tipo 2, antiácidos y adherentes protectores de mucosa. (Merrit , A 2003; Sanchez ;L 2004).
  Dentro de los inhibidores de protones se incluye al Omeprazol, Iansopresol, Pantoprazol, Rabeprazol y Esomeprazol. Estos agentes pueden bloquear la secreción del ácido clorhídrico durante 24 hs por su elevado poder antisecretor. El Omeprazol es el único agente inhibidor de la bomba de protones autorizados para caballos en el tratamiento del síndrome de ulcera gástrica. Se recomienda una dosificación oral de 4mg/kg cada 24 hs durante 30 días, luego se disminuye la dosis a 1 o 2 mg/kg cada 24 hs para disminuir o prevenir la recurrencia de la enfermedad en animales que se mantienen en entrenamiento. (Andrews, F et al. 1999; White, L et al. 2003; Mac Clure, S et al .2005).
  Los antagonistas H2 como la cimetidina y la ranitidina suprimen la secreción de ácido clorhídrico  a través de la inhibición competitiva de los receptores para histamina tipo 2 de las células parietales. La dosis que se recomienda de cimetidina es de 20 a 30 mg/kg cada 8 hs vía oral o de 1 a 2 mg/kg cada 6 horas vía endovenosa durante 14 a 21 días, lográndose la cicatrización completa a los 30 a 40 días. (Merrit, A. 2003; Murray.M 2003)
  Dentro de las sustancias adherentes protectores de mucosa encontramos al sucralfato que se adhiere a la mucosa lesionada promoviendo la producción de moco, la síntesis de prostaglandina Ey aumenta la concentración del factor de crecimiento epitelial en el área ulcerada. Se recomienda una dosis de 10 a 20 mg/kg vía oral cada 6 a 8 horas. (Tillotson, K and Traub-Dargatz, J 2003)
  Los antiácidos recomendados son el hidróxido de aluminio y el hidróxido de magnesio que neutralizan el ácido gástrico existente, aumentando el Ph por encima de 4 y aliviando los síntomas, administrando 180 a 240 ml por animal cada 2 o 4 horas y el tratamiento y resultados se verá modificado según el animal.
  El tipo y duración del tratamiento dependerá de cada animal, de la gravedad de las lesiones ulcerosas y del manejo del caballo.


















CONCLUSION

  Luego de haber concluido el trabajo con diferentes fuentes y opiniones de profesionales yo considero que por sus diferentes actuaciones y acciones en el área deportiva están todas las miradas puestas sobre el aparato locomotor del equino y sus aplomos, y se está descuidando la parte alimenticia y digestiva, la cual están influida por una variedad de factores tanto internos como externos.
  El estrés provocado por los cambios bruscos en la alimentación, la movilización, la estabulación, que a mi criterio lo considero muy antinatural, y otros factores externos como los medicamentos administrados de manera indiscriminada son un combo que hacen que este animal tan fuerte y dócil a su vez sufra las ulceraciones gástricas, que, si no estamos atentos como profesionales, pasan desapercibidos poniendo en riesgo la salud de nuestro caballo.
  A mi criterio, al equino de deporte y trabajo se le está exigiendo cada vez más, se está dejando de lado el bienestar animal para satisfacer nuestras necesidades como espectador y consumidor, y nos olvidamos que el caballo es el mejor compañero del hombre.
  Hoy en día gracias a las investigaciones se ha encontrado los fármacos adecuados para tratar las ulceras gástricas y  la metodología complementaria es de suma importancia por lo que cada médico veterinario encargado de esta especie debe mantenerse capacitado para optimizar su actividad.




















BIBLIOGRAFIA


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